Por Edgard Rodríguez C.
El beisbol es el mismo, pero se juega de forma distinta en la postemporada. El margen para el error desaparece, el interés se dispara enormemente y la presión puede llevarte al siguiente nivel, o bien, paralizar tu esfuerzo.
En los play offs se vuelven tan importantes las agallas como el talento. Aparecen héroes que nadie imaginó y por lo general, las grandes figuras se ocultan bajo la asfixia. ¿Qué nos traerá la Final que inicia hoy entre el Oriental y los Leones? Ya vamos a descubrirlo aún con el equilibrio que se capta antes del play ball esta tarde (6:00).
A juzgar por lo que indican las cifras, el Oriental debe imponerse. Es un mejor equipo. Tiene un pitcheo más profundo y una ofensiva mejor escalonada. Pero, cuando uno revisa que Leones y granadinos terminaron nivelados con 9-9 en la campaña regular, se percata que no existió tal superioridad.
El Oriental lanzó mejor de forma colectiva. Lo hizo para 3.14, que es mejor que el 3.50 de los Leones. A la ofensiva, los de Granada batearon para .291 y los de León para .278. Es decir, hay diferencias considerables. Pero el 9-9 vuelve difícil cualquier proyección. Es más, León pareció más incisivo en la recta final de la campaña y eso podría incidir en el aspecto anímico actual.
Y aunque eso sea parte del pasado, es la única referencia real que se tiene a mano. Y es a partir de ahí que se establecen los vaticinios. Pero el análisis se complica cuando uno se encuentra que no hay forma de medir las agallas de un equipo. Tenemos que verlos, exigidos por las circunstancia, qué son capaces de hacer. Si brillan o si se arrugan.
Siento un gran respeto por el equipo de León. Me parece más combativo y más hecho para sobreponerse a la presión. Domina las pequeñas cosas del juego como el toque o el robo y jamás se da por vencido, pero el Oriental tiene mayores recursos. Tiene más fondo. Ahora vamos a descubrir si son capaces de utilizar bien lo que tienen.
Los cuatro mejores bateadores de la liga son del Oriental y cinco de sus lanzadores ganaron al menos cuatro juegos. Pero falta verlos funcionando como equipo, algo que León ha hecho todo el año para sobreponerse a las carencias con que inició la liga.
Lo mejor del beisbol es que nadie sabe hacia qué lado irá la bola después que sale de la mano del pitcher. Tenemos que esperar. No hay de otra.
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