Esperanza
“La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre”.
Friedrich Nietzsche (1844-1900), filósofo alemán
ESPERANZA O RESIGNACIÓN
“Nosotros somos prisioneros del porvenir de nuestros sueños; a fuerza de esperar mañanas que cantan, perdemos la sola vida real que es la de hoy. Por eso nosotros no vivimos jamás, dice Pascal nosotros esperamos vivir. Es la trampa de las religiones, con o sin Dios; la esperanza es el opio del pueblo ”. André Comte Sponville (1952).
Frase lapidaria y aguda la anterior, yo diría estremecedora puesto que si bien define estados emocionales también pone de manifiesto una realidad que es la esperanza como parte del yo, el deseo de hacer tal o cual cosa o peor aún esperar que suceda, el anhelo de tener o hacer, el desear.
Con la venida de este año nuevo 2010, vemos por todos lados mensajes llenos de buenos deseos, tanto en los medios informativos, nuestros vecinos y familiares nos saludan con frases anhelantes de prosperidad y que este año sea mejor que el recién pasado, etc., nada malo en eso, lo que realmente es pernicioso es creer que todo sucederá maravillosamente bien, mientras nosotros nos sentamos placenteramente a esperar que la Providencia haga lo suyo.
Craso error creer que con sólo desear o anhelar los hechos se darán milagrosamente, definitivamente no, soñar o anhelar es bueno, es parte de nuestra naturaleza humana, pero esos anhelos deberían ser acicates que nos obliguen a actuar para alcanzar nuestras metas y hacer de nuestras esperanzas realidades concretas.
A propósito de realidades, la cotidianidad de la nuestra me ha movido a hacer la anterior reflexión. No podemos esperar, desear o anhelar que Nicaragua estará mejor cada día con el actual gobernante, Daniel Ortega Saavedra, que ha mostrado no sólo incapacidad para gobernar, sino también que sus intereses personales están muy por encima de los nacionales, por lo tanto no bastan buenos deseos ¡hay que actuar! en consecuencia, debemos estar totalmente claros que somos los nicaragüenses los que haremos de nuestro país un lugar mejor y no caudillos que se creen redentores de un pueblo al cual pisotean y empobrecen día a día, tratándonos como pordioseros y no como ciudadanos.
Hagamos de nuestras esperanzas un compromiso de hacer que las mismas se concreten, que se hagan realidades, como diría Camus: “El esfuerzo mismo para llegar a la cima basta para llenar un corazón de hombre”.
Pavel Molina
RESPETO AL PUEBLO
Después de 19 años de residir en Estados Unidos y esperando un cambio en mi querida Nicaragua, en 1998 tuve que pedir mi ciudadanía al ver que las cosas seguían iguales.
Porque Nicaragua nunca saldrá de sus problemas por una sencilla razón: quienes están en la Asamblea Nacional (AN) , las Alcaldías, el Consejo Supremo Electoral (CSE), etc., no les sirven al pueblo, sino a sus intereses. No estoy refiriéndome sólo al presente Gobierno, sino a todos los gobiernos desde los liberales del somocismo, hasta el presente día. Nunca fui miembro de un partido, soy totalmente apolítico pero durante los años de los liberales, tuve una vida tranquila, aún cuando votaba con los conservadores, porque supe respetar a los líderes, sin arrodillarme ante ellos.
Cuando la revolución de 1979 llegó al país, pensaba hacer la misma cosa… respetando al nuevo Gobierno, esperando de ellos el mismo trato que el somocismo dio a mi escuela, el Centro Cultural “Hooker” de Corinto, pero no fue así, por lo cual luego de amenazas, el 01 de octubre de 1979, tuve que abandonar el país.
Los que están en el poder en cualquier país, tienen la obligación de acatar la voluntad del pueblo, así como también, el pueblo tiene la obligación de respetarlos.
Si esto no está sucediendo, entonces el pueblo tiene la sagrada obligación de usar las urnas para resolver el problema, y los elegidos deben de ser “personas que van a luchar por el bien del país y de todos los habitantes” bajo la bandera azul y blanco de la Patria. Mientras los escogidos para representarles sean personas que van a tener miedo de hacer bien, Nicaragua nunca saldrá de sus problemas.
El ex presidente Arnoldo Alemán, siendo condenado a prisión, no tiene nada que ver en la vida política del país. Comienza el camino hacia una Nicaragua para todos los nicaragüenses corrigiendo este error que demuestra el miedo y el temor de los que tiene el derecho de hacer cumplir las leyes del país.
Heberto J. Hooker
Ypsilanti, Michigan
MÁS EDUCACIÓN, MENOS DELITO
Estados Unidos tiene la más alta tasa de criminalidad de los países desarrollados. Una nueva investigación acaba de arrojar importantes conclusiones que pueden ser muy útiles en América Latina. El estudio muestra que, de cada 10 hombres que no terminaron el colegio secundario, uno está actualmente en la cárcel. Mientras que entre los que finalizaron la secundaria es uno de cada 35. Los jóvenes que no terminan la secundaria, tienen una posibilidad 400 por ciento mayor de caer en la delincuencia. La conclusión es clara: reforzar la educación.
Otro estudio mostró que 2/3 de los que salen de la cárcel vuelven a ella antes de tres años. Al salir, la posibilidad de conseguir trabajo es remota. El Congreso americano lo entendió y aprobó la “Ley de la segunda oportunidad”. Se compromete a darles todo tipo de apoyo laboral y educativo para reinsertarlos. Baja la reincidencia y es mucho menos costoso que lo que se gastaría en policía, juicios, y cárceles.
En América Latina aumenta la demanda ciudadana de seguridad. Es totalmente legítima, pero se corre el riesgo de caer en manos de una visión demagógica: “la mano dura”. Promete solucionar el problema, bajando la edad en que se puede encarcelar a los niños, dando más facultades a la Policía, suprimiendo derechos y garantías. Culpa a los jueces por las reincidencias.
En los países donde se aplicó una mano dura, la delincuencia juvenil aumentó en lugar de bajar porque no ataca sus causas, sino que más bien las agrava. El 50 por ciento de los jóvenes no termina la secundaria. Desertan por los males de la pobreza. Las empresas no aceptan personas sin secundaria. Uno de cada cuatro jóvenes ha quedado fuera del mercado de trabajo y del sistema educativo.
Los jóvenes pobres son los más discriminados. Son presuntos culpables. La prestigiosa ONG Periodismo Social analizó 120,000 noticias en 22 diarios argentinos y concluyó: “Pocas fuentes, pocas estadísticas, títulos que condenan antes que lo haga la justicia”.
La mano dura ignora todo esto, y sólo reprime.
En América Latina hay dos tipos de delito que hay que diferenciar. Uno es el crimen organizado, las bandas del narcotráfico, la trata de personas, los secuestros. La sociedad debe defenderse con todo el peso de la ley, fortaleciendo y profesionalizando la Policía para encararlas. El otro es lo que se conoce como delincuencia juvenil. La mano dura los termina de expulsar de la sociedad, facilita que el crimen organizado pueda reclutarlos ante su desesperación. Eso sucede con las maras en Centroamérica, en Ciudad Juárez, en el Gran Buenos Aires argentino.
La mano dura es una gran estafa. La verdadera mano dura es la que hay que aplicar a las causas de la delincuencia juvenil, dando a los jóvenes marginados oportunidades de trabajo, de educación, y fortaleciendo sus familias.
Bernardo Kliksberg
Analista político internacional y periodista
ISLA DE OMETEPE
La isla de Ometepe es una isla maravillosa que se encuentra en nuestro país, por esta razón debemos sentirnos orgullosos los nicaragüenses. Ha sido elegida como candidata para ser nombrada patrimonio del mundo. Y no es para menos, ésta es la isla más grande del mundo sobre agua dulce, y con dos volcanes que conforman un paraíso natural, mejor que Hawai, propiedad de los Estados Unidos, es un punto privilegiado por donde pasaron los nativos precolombinos y los conquistadores españoles, siendo un refugio no sólo de la naturaleza, sino de poesía y arte.
Debería ser declarado por el Estado, como Refugio Insular de la Nación. Por ningún motivo debe ser devastado, hay que preservarlo y la preservación sólo se consigue mediante el ejercicio de la promoción, una cosa que no se conoce, no se puede estimar. Es necesario el espíritu de preservación concomitante con el de promoción. Como dice una canción: “Ometepe tierra prometida, Ometepe oasis de paz”, que corra la voz, así.
Luis Ricardo Arévalo Arias
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