BRASILIA/AFP
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lloró este jueves en las ceremonias oficiales en homenaje a 18 militares brasileños muertos durante el terremoto que devastó zonas de Haití el pasado 12 de enero.
Visiblemente emocionado, el mandatario lloró al presentar personalmente sus condolencias a familiares y amigos de los militares que murieron cuando se desempeñaban como integrantes de la Misión de la ONU para la Estabilización de Haití (Minustah).
“Fueron valientes compatriotas que viajaron a Haití con un único mensaje: ‘Ustedes no están solos”, dijo Lula en un discurso, para agregar: “En Haití nuestros guerreros de la paz nunca fueron confundidos con invasores extranjeros”.
Para Lula, “hay momentos en que las palabras se tornan frágiles ante la brutalidad de los hechos. La tragedia que se abatió sobre Haití fue uno de esos episodios en los que el destino parece haber asumido las riendas de la condición humana”.
Los militares muertos recibieron un ascenso post mortem al grado inmediato superior al que detentaban y recibieron además la Medalla del Pacificador, que el propio presidente depositó sobre cada ataúd.
Poco antes, en Rio de Janeiro, el ministro de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, participó de las excequias del brasileño Luis Carlos da Costa, segundo en la jerarquía civil de la Minustah y quien también falleció en el terremoto.
“Es muy triste para nosotros que en menos de siete años hayamos perdido a Sergio Vieira de Mello (representante de la ONU en Irak, muerto en un atentado en 2003 en Bagdad) y Luis Carlos da Costa”, lamentó Amorim.
Da Costa fue homenajeado en el centenario Palacio de Itamaraty, en Rio de Janeiro, primera sede de la cancillería brasileña y que actualmente hospeda a la representación de la ONU en Brasil.