Han pasado ya dos días desde su estupenda exhibición boxística, pero las imágenes de Román “Chocolatito” González, haciendo destrozos en la humanidad de Iván Meneses, se resisten a perder intensidad.
- A pesar de que algunos disparos de Román González se aproximaron a la zona prohibida, el pinolero sigue siendo un boxeador limpio y muy preciso en sus ejecuciones.
González se vio mejor porque volvió a recurrir a sus ganchos y golpes ascendentes en combinaciones que se había guardado en presentaciones anteriores.
Pero además de su precisión, la preparación física también estuvo a la altura y parecía con cuerda para caminar ampliamente, pero no fue necesario.
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Aún lo vemos disparado ganchos con precisión quirúrgica y uppercuts con instinto homicida, mientras construye un éxito sobre un azteca que ha sido desnudado a pesar de su valentía temeraria y de sus ventajas antropométricas que de poco le sirvieron.
González resultó una fiera que se lanzó sobre su presa, y en un alarde de precisión acertó lo que disparó. Y luego martilló con poder hasta destruir a Meneses y mantener a salvo su reinado en el casillero de las 105 libras de la AMB, después de tres exposiciones del título.
La pregunta ahora es, ¿qué es lo próximo para González, el más talentoso de los peleadores nicas en este instante? Las opciones son múltiples. Se ha hablado que podría unificar ante Raúl “Rayito” García, el invicto monarca (27-0 y 16 KO) de la FIB.
De igual manera, el propio púgil habló de saltar de categoría y retar al titular de las 108 libras de la AMB, Giovanni Segura (22-1, y 18 KO), mexicano, al igual que García, y por supuesto, que Meneses, la última de sus víctimas en la tarima brava.
Y hay quienes no descartan la posibilidad de verlo ante el boricua Iván Calderón (33-0, 6 KO), con quien incluso tuvo un agrio intercambio de palabras en diciembre pasado en nuestro país. Éste es el más atractivo de los duelos, pero podría ser el más difícil de materializar.
González dijo el sábado que le gustaría realizar una defensa más en las 105 libras, antes de saltar a las 108, pero el boxeo a veces da unos giros imprevisibles, sobre todo cuando el dinero los obliga. Así que vamos a ver qué sucede finalmente.
Sin embargo, quizá lo mejor que dejó el trabajo de Román el sábado en Puebla, México, es que ha disipado las dudas sobre su entusiasmo al prepararse. De otro modo no habría ofrecido una presentación tan precisa y contundente como la que dio.
Ahora le queda descansar, pero sin distanciarse mucho de su peso, a fin de estar listo para cualquier variante que se le presente en los próximo meses.
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