Por Lucía Navas, Gisella Canales y Luis Eduardo Martínez
Si los productores de carne nicaragüenses que enfrentan las restricciones técnicas y de empaque provocadas por Venezuela estaban esperanzados en encontrar alguna solidaridad y respaldo del presidente Daniel Ortega, mejor que busquen apoyo en otra parte, pues para Ortega son los productores los culpables.
El presidente Ortega además calificó de “mentiras” las restricciones denunciadas por los exportadores de carne, y los culpó de ser ellos quienes incumplen el acuerdo suscrito con Venezuela hace seis meses, y no aprovechar “este mercado solidario”, que permitió amortiguar la caída de las exportaciones del rubro al mercado norteamericano.
“De repente salen noticias que no tienen nada que ver con la realidad”, cuestionó Ortega, a la vez que dijo que “teniendo un mercado disponible y noble como es el venezolano, es injusto que se esté tratando de culpar a Venezuela”.
Aseguró que los mataderos se comprometieron “a empacar la carne, hacer unos tipos de corte para que se puedan distribuir en Venezuela hacia los mercados populares; a cambio Venezuela les da un sobreprecio de 100 dólares”.
“De los mataderos sólo uno ha cumplido, el matadero San Martín, los otros mataderos no han cumplido y por eso es que está la situación. No es culpa de Venezuela, sino que es responsabilidad realmente de los mataderos”, afirmó.
Las exportaciones de carne hacia Venezuela son a través de Alba Alimentos de Nicaragua (Albalinisa), empresa ligada a la familia de Ortega Murillo.
RECLAMAN AL MAGFOR Y MIFIC
Pero además de los problemas con Venezuela que alegan los exportadores de carne nacional, Guatemala adoptó medidas por aparente protección al sector ganadero de ese país, mientras los nicaragüenses reclaman por la falta de acción del Ministerio Agropecuario (Magfor) y el Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (Mific), instituciones que se han tardado en responder a las medidas dañinas a la producción nacional.
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Sobre lo que sucede con Venezuela, Solón Guerrero, presidente de la Federación de Asociaciones Ganaderas (Faganic), y el presidente de la Unión de Productores Agropecuarios (Upanic), Manuel Álvarez, expresaron preocupación por la cadena de consecuencias debido a la “falta de seriedad” de los venezolanos en cambiar cada dos meses las condiciones en que quieren recibir la carne de res procedente de los mataderos nicaragüenses.
Según Guerrero, “de manera directa afecta al dueño de hato, por la especulación que se puede causar con el precio que le pagan al ganadero las plantas”.
“De por sí ya es un problema conseguir una buena oferta”, consideró Guerrero, al agregar que por el atraso en la cadena de producción de la matanza, etiquetado y empaque en los mataderos para adecuarse a lo que quiere Venezuela, “se va a saturar la búsqueda de demanda de parte de los ganaderos para que compren sus animales, y nos pueden querer bajar el precio”.
La matanza de reses por mes anda en aproximadamente 20 mil cabezas de ganado. Actualmente se paga 42 dólares el ganado en canal, es decir, el cuerpo de la res al cual se le ha retirado la piel, las patas y las vísceras.
Las quejas también las da Upanic. “Te dicen ahora quiero bolsas de dos libras y eso es imposible, porque las exportaciones se mandan en cortes grandes en cajas. Después te van a decir que les mandés (la carne) en bolsas de a libra o media libra. Es una cambiadera de cosas, sobre el corte, después con la temperatura de los contenedores y todo esto eleva los costos”, se quejó Manuel Álvarez, agregando que al incurrir en gastos extras los mataderos se los trasladan al productor, y “entonces quién es el perjudicado: el ganadero”.
VICE DE MAGFOR SE SUMA A ORTEGA
La vicetitular del Ministerio Agropecuario y Forestal (Magfor), Amanda Lorío, estima que los exportadores de carne deben “ajustarse” a las nuevas exigencias del mercado venezolano, llamándolos a invertir en la modernización de las plantas.
Tras un encuentro con miembros del llamado Consejo Departamental de la Producción en Matagalpa, la funcionaria dijo este miércoles que “cada mercado tiene sus propias normas” y “las especificaciones las pone el que compra”, señalando que Nicaragua no puede imponer a otro país que cambie las reglas de la comercialización.
Indicó que “casi” el 40 por ciento de las exportaciones de carne bovina son hacia Estados Unidos y si ese país “pone sus normas, tenés que cumplir”.
Lorío considera que “tenemos capacidad en el país para cumplir con todos esos requisitos. Es un asunto de ajustarse, de aprender, eso nos pasa con los diferentes nichos de mercado que vamos encontrando”.
Sin embargo, Lorío reseñó que “el tema era el punto de congelación, que es superior y eso es un asunto que los productores tienen que trabajarlo, porque el mercado venezolano ofrece precios altamente favorables”.
PANAMÁ CON LO SUYO
Y si no bastaran los problemas, Panamá también interrumpió la exportación de carne nicaragüense. Según Canicarne y Conagan, el problema es la manera de interpretar el TLC firmado entre Nicaragua y Panamá.
“En el TLC que teníamos firmado anteriormente, la carne gozaba de comercio libre y no se pagan impuestos de introducción”, explicó Onel Pérez, presidente de la Cámara Nicaragüense de Plantas Exportadoras de Carne Bovina (Canicarne), “pero ahora se asigna una pequeña cuota y debe pagarse 30 por ciento hasta tanto no se hayan asignado la cuota mediante subasta”, agregó.
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