Patente de corso
Atacar la instrumentalización que ha hecho el orteguismo del Poder Judicial con una amnistía es como querer quitar el dolor de cabeza con un hachazo. El remedio saldría peor que la enfermedad. ¿Qué país sería éste con el sistema judicial en manos de Daniel Ortega y con una camarilla política blandiendo la amnistía como patente de corso para robar y después limpiar?
Incapacitados
Pero no se vaya a creer que rechazar la amnistía es darle algún voto de confianza a este mal llamado “sistema judicial”. Todos sabemos que si Arnoldo Alemán, por ejemplo, da con sus huesos en la cárcel en estos momentos, se deberá con seguridad a que no quiso pactar con Daniel Ortega y no porque esté pagando por los delitos que cometió. Lo que no se puede perder de vista en este debate son tres cosas: uno, que la justicia está totalmente instrumentalizada por Daniel Ortega; dos, que efectivamente hay actos de corrupción que merecen ser juzgados y castigados por sanidad social; pero, tres, este sistema de justicia, como hemos visto, no tiene actualmente capacidad para juzgar estos actos de corrupción.
Cambio de seña
¿Cuánto creen que durarían esos gigantescos rótulos de “se buscan por ladrones”, si Arnoldo Alemán decide hacer la cosa como el pacto manda? ¿Seguirían saliendo esos spots por los canales oficialistas y los periodistas de estos medios seguirán clamando justicia con el mismo entusiasmo con que lo hacen ahora si otra vez salen Daniel Ortega y Alemán en la misma foto? Todo eso desaparecería raflá si Alemán se amarra con Ortega. Veríamos a los jueces archivando casos o dictado apurados sobreseimientos, volverían las fotos de Ortega, Alemán sería invitado a los actos oficiales de Ortega y en el Canal 4 no sería más el “sinvergüenza ladrón”, sino el “ex presidente Alemán”. ¡Qué bárbaros!
Prueba de fuego
Arnoldo Alemán debe demostrar con hechos que de verdad está comprometido a matar la criatura que él ayudó a procrear. Si Daniel Ortega tiene el poder de hacer lo que está haciendo, es porque Arnoldo Alemán se lo dio en buena parte. La Presidencia, el Poder Judicial, el Consejo Supremo Electoral, la Contraloría… Todos regalos de Alemán. Y a estas alturas, el mismo Alemán ya debe haber entendido que ceder al chantaje ni siquiera lo convierte en socio, sólo le sirve para aflojar por ratos la cuerda que tienen alrededor de su cuello y que volverán a socar tan pronto lo necesiten otra vez.
Miedo y valor
Tanto Arnoldo Alemán como Eduardo Montealegre deberían amarrarse los pantalones y estar dispuestos a someterse a la justicia orteguista si fuese necesario. Sólo cuando demuestren que están dispuestos a ir a la cárcel si es necesario, le quitarán el poder que Daniel Ortega tiene sobre ellos. No es con amnistías. La fuente de poder de Ortega es el miedo, y cuando estén dispuestos a asumir su propio miedo como hombres, en ese momento comenzarán a ser libres.
Amnistía
Lo más risible de todo esto es que los mismos orteguistas que hoy le hacen cruces a la amnistía, mañana estarán promoviendo una para protegerse ellos de la justicia que los perseguirá por las tropelías que ahora están cometiendo.
¿Y los narcos?
Cómo le podemos creer al orteguismo que, con el control que tiene sobre el Poder Judicial, todas esas liberaciones de narcos se produzcan sin que ellos sepan nada de nada. Sólo les pongo un ejemplo: ¿Qué creen que pasaría si algún magistrado o juez liberara por su cuenta a alguno de los políticos que haya caído en sus garras o que enjuiciara a alguno de los allegados a Ortega sin su consentimiento? ¿Cuánto duraría ese magistrado o juez? ¿Por qué no sucede eso mismo que se están imaginando con los magistrados o jueces que liberan a narcos por montón?
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