- La joven Deysi Ramírez, denunciada el martes ante el Distrito Tres de la Policía por el secretario general del CSE, Francisco Quiñónez, y el asesor legal, Luis Luna, por haber solicitado una cédula de identidad bajo el nombre falso de María del Carmen Rodríguez Mendoza, acudió ayer ante el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), junto al director de El Nuevo Diario, Francisco Chamorro, medio para el cual colaboró en la investigación.
El Consejo Supremo Electoral me está acusando en vez de buscar cómo resolver lo que está pasando en sus narices (…) o tal vez se dan cuenta y se hacen de la vista gorda, expresó por su parte la joven, quien aseguró que ella colaboró con su tío, el periodista Carlos Larios, quien realizó la investigación en ese medio de comunicación sobre proxenetismo en bares y centros nocturnos, sin que le hayan pagado.
El abogado Boanerges Ojeda alegó que el delito de uso de documentos falsos, por el cual acusan a la joven, no existe, pues tendrían que demostrar que ésta de forma intencional sacó provecho de los documentos y en este caso no hay ningún uso para beneficio (personal), ellos tendrían que demostrar que lo usó para cometer una estafa, para lograr un título, alguna licencia.
Además, Ojeda considera que más bien el CSE debería utilizar a la muchacha como un testigo calificado, para profundizar en los supuestos actos de corrupción señalados a lo interno de esa institución en la tramitación de documentos de identidad.
El Código Penal establece una pena de tres a cinco años de prisión por el delito de falso testimonio, más agravantes.
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Cédulas de identidad hay, pero no para todos. Ése es el mensaje que manda el Consejo Supremo Electoral (CSE), cuando uno escudriña en el desastroso proceso de cedulación ciudadana en el país y descubre cómo un alto mando de la guerrilla colombiana, personas buscadas por narcotráfico o jóvenes menores de edad que son víctimas de proxenetas obtienen sin atraso cédulas de identidad falsas. Pero un ciudadano que cumple los requisitos de ley no es tratado con la misma diligencia.
De hecho, si de irregularidades se trata, el CSE parece omnipresente, sin ningún problema ni pudor, pues así como entregaría cédulas a menores de edad para alterar sus identidades o propiciar sus votos en alguna elección, también parece poder restar años a jóvenes peloteros que estarían interesados en firmar contrato con ligas profesionales extranjeras. Y, de esta manera, lo único que se le escapa al CSE es entregar cédulas a aquellos ciudadanos que no simpatizan con el partido oficial o que no tienen “conectes”.
En la Comisión Nacional de Beisbol Superior (CNBS), el comisionado Carlos Reyes admite que la alteración de cédulas es un problema con el que conviven frecuentemente.
El caso más reciente en la CNBS es el del pelotero originario de Matagalpa Evert Moisés Andino Alvarado, quien posee dos cédulas de identidad en las que aparece con dos años diferentes de nacimiento.
Reyes explicó que el caso de Andino fue detectado porque el muchacho ya estaba en los archivos del campeonato del año pasado con cédula número 441-050591-0004X, pero este año trato de inscribirse con una cédula 441-050593-0005N. La primera de las cédulas es válida del 1 de septiembre del 2008 al 1 de noviembre del 2018. La segunda lo es del 4 de diciembre del 2009 al 4 de diciembre del 2019. Es decir, que en quince meses el joven logró obtener dos cédulas de identidad.
El comisionado de la CNBS explicó que el argumento del muchacho es que hubo una rectificación de su partida de nacimiento y estimó que eso quizá pueda ser cierto, pero que tienen “dudas razonables”, porque Andino presenta dos documentos que no saben cómo obtuvo y conocen historias de personas que facilitan estos cambios en busca de ganar comisiones por la firma de contrato de los muchachos en ligas internacionales. Incluso, dice que en algunos casos cambian alguna letra o nombre de los peloteros, para que el archivo de la Comisión no los detecte tan fácilmente.
“Es gente que se dedica a firmar peloteros, (es) la que anda metida en esa cuestión (la duplicación de cédulas con datos alterados). Enredan a los familiares de los menores o a los padres para que vayan a hacer los trámites y les ofrecen dinero a cambio de eso”, relata Reyes.
Para el comisionado el problema de experiencias como éstas es que “malea” el sistema del beisbol, al engañar a las organizaciones internacionales de ese deporte y propone que el CSE investigue casos como éste.
Sin embargo, a pesar de que éste y otro tipo de anomalías ya se han denunciado sobre el proceso de cedulación, fue hasta este martes que el Consejo presentó una primera denuncia para investigar irregularidades, y lo hizo denunciando primero por falso testimonio a una joven que habría contribuido con un diario nacional a revelar un red de proxenetas que obtiene cédulas falsas para menores de edad.
El abogado Boanerges Ojeda, que ayer acompañó a esa joven en el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), opinó que el problema con la cedulación falsa es “casi seguridad nacional”, porque no sólo revela un problema de corrupción, sino que resulta en motivos de desconfianza sobre el único documento legal de identificación de los nicaragüenses.
El coordinador del Área de Gobernabilidad del Grupo Cívico Ética y Transparencia (EyT), Mario Medal, también opinó que la problemática de cedulación no es un tema nuevo, pero sí tiene gran importancia.
Medal lamentó que el CSE “no ha querido ser beligerante en el tema de cedulación”, pues subraya que la población resiente los retrasos con sus trámites, mientras ahora el CSE prefiere poner contra la pared a alguien que revela una arista del problema y no investiga a los responsables ni se revisa internamente.
“Si se siguen investigaciones, se encuentran otros problemas. Y esto va más allá de las quejas de los partidos, por todo el peligro que representa sobre la credibilidad del documento de identidad. Es claro que la cedulación muestra síntomas sobre manejos irregulares del CSE y debería ser revisado con lupa”, sugirió.
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