A los antiguos griegos debemos muchas palabras, conceptos, leyes e instituciones que están vigentes hasta ahora. Entre ellas la amnistía, que en los días que corren ha provocado una virulenta controversia política en Nicaragua.
La amnistía —palabra que viene del griego y significa no memoria u olvido— evoca a la diosa del recuerdo, Mnemosine, hija de Urano y de Gea, o sea del Cielo y la Tierra. Como diosa de la memoria o del recuerdo, Mnemosine fue la madre de las nueve Musas, como se llamaba a las diosas madrinas de las ciencias y las artes, pues los antiguos griegos consideraban que la memoria era la fuente de la inspiración.
Pero así como de la mitología griega se deriva la amnistía, en tanto que concepto o palabra, también de la historia de la antigua Grecia deviene política y jurídicamente, o sea como institución, como recurso político y como ley.
Corría el año 1068 antes de Cristo. Atenas sufría el asedio de los dorios, procedentes de la región del Peloponeso. Consultado el dios Apolo en su gran templo de Delfos, el oráculo indicó que Atenas sólo podría salvarse en el caso de que su rey, Codro, se sacrificara enfrentándose solo a los invasores. Codro atendió el oráculo, se sacrificó y de esa manera Atenas pudo en aquella ocasión derrotar a los dorios.
Entonces los atenienses decidieron que en vez de nombrar a un nuevo rey, era mejor elegir o escoger a un ciudadano-funcionario que estuviera investido de mucha autoridad y poder, al que llamarían arconte (que significaba algo así como “gobernante”), a fin de que restableciera el orden, la unidad, la estabilidad y el progreso de la sociedad ateniense. Y nombraron como arconte a un hombre muy inteligente, audaz y severo llamado Dracón, o sea dragón.
Dracón dictó una serie de leyes y disposiciones administrativas sumamente drásticas. Las leyes de Dracón le permitían a los acreedores esclavizar a sus deudores que no podían pagar las deudas; se condenaba a muerte a las personas por todo delito contra la propiedad, cualquiera que fuese su magnitud y causa (en una ocasión un hombre muy pobre y hambriento que robó un repollo para comer fue por eso ejecutado. Cuando alguien preguntó a Dracón por qué se le había aplicado tan terrible pena a aquel desdichado, el cruel arconte respondió: “Porque no pude encontrar otro castigo peor”). Por eso es que de Dracón se derivó para la posteridad el concepto de leyes y medidas draconianas, o sea extremas y despiadadas.
Pero como siempre sucede tarde o temprano, el pueblo ateniense se cansó de los excesos de su gobernante, lo destituyó y nombró en su reemplazo a un hombre sabio y prudente llamado Solón, quien lo primero que hizo fue derogar las leyes draconianas. Solón dictó una ley que mandaba olvidar los delitos y agravios por los cuales muchas personas habían sido ejecutadas, o estaban presas, exiliadas o escondidas. Y se llamó amnistía aquella ley dictada por el sabio legislador Solón, porque mediante ella Atenas, o sea la sociedad, olvidaba y perdonaba todas las culpas reales o supuestas de las personas a las cuales benefició.
Como dice Isac Asímov en su libro Los griegos : “Las leyes de Solón fueron un enorme progreso con respecto a la situación anterior. El peligro de rebeliones violentas desapareció por un tiempo, pues Solón demostró que había una alternativa a la oligarquía diferente de la tiranía. Atenas ofreció la democracia como alternativa, y por eso sólo merece la eterna gratitud del mundo moderno”.
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