MADRID/EFE
Brasil quiere que se den las condiciones para que el ex presidente hondureño Manuel Zelaya, derrocado por el golpe de Estado del pasado 28 de junio, pueda regresar a la vida política de su país, dijo hoy el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Celsom Amorim.
“Para nosotros, quizás lo más importante de ese proceso de reconciliación, sería crear condiciones para que el ex presidente Zelaya, que era el presidente legítimo hasta el 27 (de junio de 2009), pueda también volver a participar de la vida política en Honduras”, señaló.
El jefe de la diplomacia brasileña se manifestó así tras asistir a una reunión ministerial entre la Unión Europea (UE) y su país celebrada hoy en Madrid.
Preguntado por si Brasil va a reconocer al Gobierno del nuevo presidente hondureño, Porfirio Lobo, Amorim respondió que “Brasil no reconoce gobiernos, Brasil reconoce estados”.
“Tenemos ahí (en el país centroamericano) un encargado de negocios que está funcionando para fines administrativos y para fines consulares, pero seguiremos mirando a lo que pasa”, indicó el titular brasileño de Relaciones Exteriores.
Sobre si le parecería bien la presencia de Lobo en la cumbre que la UE y América Latina celebrarán el próximo mayo en Madrid, a la que ha sido invitado por la Presidencia española de la Unión, Amorim contestó con un escueto: “Vamos a ver…con el tiempo. Vamos a ver”.
Al igual que otros países latinoamericanos, Brasil todavía se niega a reconocer a Porfirio Lobo como presidente de Honduras, incluso tras su investidura el pasado 27 de enero.
El Ejecutivo brasileño tampoco considera legítimo el proceso que condujo a las elecciones del pasado 29 de noviembre, en las que salió elegido Lobo.
Gran parte de la comunidad internacional dio la espalda a esos comicios por entender que se desarrollaron en un marco de ruptura constitucional por el golpe de Estado contra Zelaya, que el 27 de enero viajó a República Dominicana gracias a un salvoconducto firmado por Lobo, tras actuar como presidente en el exilio en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa.
La mayoría de la comunidad internacional también ha cuestionado las garantías de transparencia necesarias para la celebración de esas elecciones.
Celson Amorin habló de ese asunto tras comparecer en una rueda de prensa junto a su colega español, Miguel ngel Moratinos, y la Alta Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea, Katherine Ashton.
Amorim, Moratinos y Ashton mantuvieron una reunión en Madrid con la que la UE y Brasil activaron el diálogo político de alto nivel previsto en la Asociación Estratégica creada en Lisboa el 4 de julio de 2007, cuando tuvo lugar la primera cumbre bilateral.
Bruselas considera a Brasil un socio estratégico, debido a su condición de potencia emergente cuyo peso en América Latina y en el mundo ha crecido en los últimos años de la mano del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.