Como si estuviesen en pleno invierno, niños del municipio de Mateare caminaban ayer rumbo a su escuela por las grandes charcas que dejó una intempestiva lluvia que cayó el sábado pasado y que inundó unas ochenta casas de la comunidad Los Brasiles. Trabajadores del Ministerio de Salud fumigaron y abatizaron en la zona. “Queremos evitar cualquier foco de contaminación que provoque enfermedades en los niños, principalmente por el desborde de las letrinas y el agua que se estancó en los patios y calles”, explicó Felipa Zapata, directora del Centro de Salud Carlos Lacayo. Advirtió que en estas situaciones proliferan las diarreas, malaria, enfermedades respiratorias y dengue.
LA PRENSA/ G. FLORES