El fenómeno El Niño, que trae sequías al país, se está debilitando. A pesar de eso, sus efectos se mantendrán hasta julio o agosto, informó el Comité Regional de Recursos Hidráulicos del Istmo Centroamericano (CRRH), al que pertenece Nicaragua.
El CRRH dio a conocer este sábado la Perspectiva del Clima en América Central para el período marzo-mayo 2010, resultado del Foro del Clima que culminó a inicios de marzo, en el que participaron los servicios meteorológicos e hidrológicos de la región.
- Sobre el caso específico de Nicaragua, el CRRH considera que incluso en los últimos días de marzo podrían presentarse lluvias aisladas, especialmente en las regiones autónomas del Atlántico y en la zona Norte del país.
No obstante, Nicaragua también podría sufrir el efecto de falso inicio de lluvias, ya que, a medida que avance el mes de mayo, las precipitaciones podrían comportarse de forma irregular e incluso deficitarias en algunas zonas del país.
Con todo, lo más probable es que el período lluvioso empiece a establecerse desde el 25 de mayo, y sobrepase los valores históricos de junio y julio.
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Las conclusiones del Foro se centran en que el escenario “más probable” es que la sequía se mantenga, “pero que se debilite gradualmente en la primera temporada de la estación lluviosa, entre mayo y julio, dando lugar a un mayo deficitario, seguido por una segunda parte de la estación húmeda entre normal y lluviosa”.
Falso inicio de lluvias
A pesar de que la sequía se mantendría durante la primera etapa de la época húmeda del año, el CRRH prevé que el debilitamiento de El Niño podría empezar a observarse antes, incluso, del 15 de mayo, cuando suelen caer las primeras precipitaciones.
Esto se debe que el Océano Atlántico podría tener condiciones de presión y de temperatura que propicien la ocurrencia de lluvias en abril.
Aún cuando estas precipitaciones marquen el inicio de la estación lluviosa, el mes de mayo podría ser más seco, por lo que el CRRH decidió hacer una advertencia.
“Este falso inicio de las lluvias debe considerarse como una posibilidad en algunas zonas específicas, por lo que se recomienda consultar a los servicios meteorológicos sobre las perspectivas para las zonas climáticas dentro de cada uno de ellos”, informó el CRRH.
Esto significa que los productores y demás interesados deberán consultar al Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter) sobre las condiciones climáticas de la próxima temporada lluviosa, especialmente en un campo donde todo cambia de forma constante.
El CRRH habla de previsiones, y no de conclusiones de estricto cumplimiento, debido a que las condiciones climáticas pueden cambiar en cualquier momento.
De confirmarse las lluvias copiosas, es posible que en un futuro se hable del fenómeno de La Niña, que trae al país efectos contrarios a las sequías provocadas por El Niño.
Esto significa que, de pocas lluvias, habría agua en exceso, pero también mayor número de tormentas y huracanes.
Esto ya ocurrió en los años 1998, 2005 y 2007, que fueron antecedidos por sequías de El Niño.
Los recuerdos de esos tiempos no son agradables. En 1998 el huracán Mitch causó más de tres mil muertos en Centroamérica, por lo menos la mitad de ellos en Nicaragua.
En 2005 se rompieron todos los récords de huracanes, y el Katrina causó el mayor desastre en la historia de Estados Unidos. Dos años después, en 2007, el huracán Félix dejó 112 muertos en Nicaragua y el mayor desastre ecológico de Centroamérica, en Bosawas.
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