Querida Nicaragua: Viejo es el cuento de los galgos y los podencos, los famosos perros de caza del viejo continente. Un par de liebres estaban escondidas tras un matorral cuando oyeron los ladridos de los perros. Entonces empezaron a discutir. La una dijo: son galgos, la otra, son podencos. No, dijo la primera, son galgos, no, son podencos dijo la otra. No, son galgos, no, son podencos. Al poco rato los ladridos estaban a un lado de ellas y rápidamente las devoraron.
Igual es el caso de la oposición al frentismo. Se la pasan todo el tiempo discutiendo y culpándose unos a otros. Se tienen desconfianza, se adivinan las malas intenciones de algunos y los trucos futuros que quieren hacer. No hay sinceridad en los encuentros que han tenido, con todo y que han sido apoyados por un hombre de altas calidades morales como es el señor Obispo Juan Abelardo Mata.
Las discusiones de ahora son acerca de que se perdieron tantos concejales de un lado o de otro, que se hicieron trampas con los fiscales de uno u otro partido, que llamaron a la unidad al otro grupo y que este no quiso asistir pues creía que sacaría más concejales que el otro. Discuten a grito partido en los micrófonos de la Corporación y al fin no quedan en nada. Lo que hacen es profundizar las diferencias, crear más divisiones mientras el danielismo ríe.
No se les ocurre hacer una mesa redonda seria, donde participen gentes de buen criterio y conocimientos sólidos. Una mesa redonda para analizar el problema de cómo quitarse de encima a la principal alimaña o a las alimañas que tienen aquí los procesos electorales y que no son otras más que los “honorables” magistrados, sus secuaces que les hacen el trabajo sucio, y la legión de empleados menores del CSE, contaminados y adiestrados en el jugueteo sucio con las cédulas, en la retardación de las mismas a los partidos contrarios, al juego del ratón loco, a la manipulación de boletas electorales, a la falsificación de números en los conteos, a la falta de observación nacional e internacional con lo que cualquiera entiende que se está preparando el fraude. No han entendido ni discutido todavía las declaraciones del tristemente célebre Tomás Borge cuando dice textualmente: “aquí puede pasar cualquier cosa, menos que el Frente Sandinista pierda el poder”. “Es inconcebible un retorno de la derecha. Digan lo que digan, hagamos lo que tengamos que hacer, el mayor costo sería perder el poder. Aquí habrá Frente Sandinista hoy, mañana y siempre”.
Hagamos lo que tengamos que hacer significa que un fraude más, es lo de menos, que no invitar a observadores no tiene la menor importancia, que hay que ganar las elecciones sea como sea. Los reclamos vienen después y nunca progresan.
Estos son los temas que debería discutir una oposición unida. Este gobierno hace lo que quiere, pone los rótulos que quiera, insulta a quien quiera, gasta el dinero como quiere sin pedirle permiso a nadie, nombra funcionarios pasando por encima del Congreso y violando las leyes de la nación.
Por todo esto es que la oposición debe estar estrechamente unida y en sesión permanente buscando soluciones, no peleándose por cuatro concejalías en el Atlántico y abriendo grietas que cada día dividen más. Como las liebres del cuento, la oposición nicaragüense podría terminar devorada por los galgos y podencos del danielismo. Ojalá no sea así.
El autor es director de Radio Corporación
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