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El Bóer a reaccionar

Seguro que 11-13 no es el récord que habían imaginado fanáticos y directivos del Bóer cuando se inició el actual torneo de beisbol de Primera División. Pero es así como van los Indios, instalados en el cuarto lugar del Grupo "B".

Seguro que 11-13 no es el récord que habían imaginado fanáticos y directivos del Bóer cuando se inició el actual torneo de beisbol de Primera División. Pero es así como van los Indios, instalados en el cuarto lugar del Grupo “B”.

Y más que eso, su nivel de juego no termina de convencer. Por lo general lucen irresolutos, sin una pretensión clara de lo que desean y la inseguridad se percibe desde todas sus áreas. Hay quienes incluso han puesto en duda el carácter de este plantel, que ha reunido a jugadores de experiencia con otros más jóvenes.

Uno ve al San Fernando y de inmediato se percata que el fundamento del equipo es su ataque, aun cuando no haya agarrado el ritmo. Ves al Matagalpa y sabés que ahí hay pitcheo aunque les falte pólvora. Y claro, observás a Chontales y te das cuenta que tienen un club balanceado.

Pero la base del Bóer, ¿dónde está? Hay dos bateadores caracterizados como Ofilio Castro y Mario Holmann. Y un lanzador reconocido como Mario Peña. Los demás son muchachos aún en construcción o jugadores que no terminan de madurar a pesar de tener varias temporadas de experiencia.

Y lo peor del Bóer es que Holmann y Castro no sincronizan. Cuando Mario se calentó, Ofilio estaba apagado. Ahora Holmann bajó el gas y Castro va acelerando. Y en forma general, el comportamiento del club ha sido de contrastes. Si se batea, no se pitchea, o viceversa, pero siempre se pierde por alguna razón.

Una falla inicial del Bóer fue haber errado en la escogencia de su base (los jugadores A). Y si la base está mal, lo que se coloca encima difícilmente va a sostenerse. Y cuando no se gana, vienen los constantes cambios en la alineación y justo ahí llega la inestabilidad que afecta al plantel.

Pero lo esencial ahora será descubrir qué es capaz de hacer el Bóer con lo que tiene. Y como es natural, las miradas irán siempre hacia Holmann y Ofilio en la ofensiva, y hacia Peña desde el montículo. Estos jugadores tienen que multiplicar su esfuerzo. De lo contrario irán hacia abajo.

Ha sido bueno descubrir que Winston Dávila está listo para jugar diario, que Jonathan Loáisiga se está sacudiendo la presión y que hay chavalos bravos en el staff de lanzadores. Eso puede ser un buen punto de partida, aun cuando medirse a los Toros no parece apropósito para intentar una reacción.

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