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Silvio Méndez-Navarrete

Capitalismo versus socialismo

 

 

“Socialismo: filosofía del fracaso, credo de los ignorantes, prédica de la envidia, distribución de la miseria en forma igualitaria para el pueblo”.

 

Wiston Churchill


Constantemente escuchamos de militantes políticos de extrema izquierda condenar el sistema capitalista como el causante de todos los males que padecen las naciones subdesarrolladas. Lo catalogan como “capitalismo salvaje”, el “peor sistema económico para cualquier país”, predicando además falsedades de que todo en manos del Estado funciona mejor, como en Cuba o los países comunistas de Europa del Este, los que abolieron el nefasto sistema y hoy lo repudian.

Interesante observar que los países que practican economías capitalistas, son democracias bien establecidas, donde los procesos electorales se llevan a cabo sin ninguna interrupción a la vida cotidiana de sus ciudadanos, lo que no sucede en países de índole comunista o aspirantes a comunistas. Estos más bien son gobiernos fracasados en principios democráticos y creadores de pueblos destruidos en todo aspecto.

No quiero asegurar que el capitalismo sea un sistema económico perfecto, sin embargo, los que lo han adoptado son países de éxito económico y social, incluyendo el caso de capitalismo implementado en países de la ex Unión Soviética, los cuales han adoptado este sistema que camina de la mano con la democracia. Estos eran países gobernados por regímenes dictatoriales comunistas, sin libertades individuales. Estas dictaduras fracasaron porque “comunismo es sinónimo de desgracia”. Observemos dos revoluciones opuestas de más o menos 50 años de establecidas cada una: Cuba y Taiwán. El cubano promedio gana US$300 dólares al año, el taiwanés US$17,400 dólares. Taiwán ha tenido 4 presidentes electos democráticamente, en Cuba ha habido solo un dictador sanguinario por 50 años, con sus ergástulas llenas de prisioneros políticos, ciudadanos que se han atrevido a oponérsele y expresarse en contra del verdugo. Sin embargo este dictador es visto por los líderes comunistas del mundo, como ejemplo máximo de cómo ser y aspiran a emular su sistema. De Taiwán nadie se quiere escapar hacia China Continental; de Cuba, la gran mayoría arriesgaría su vida por llegar a EE.UU. Esto expresa con elocuencia el fracaso de la revolución cubana, sin necesidad de ir a mucho detalle. Cuba resiente no poder hacer negocios con USA y achaca a esto el fracaso de su economía. Es de preguntarse, ¿por qué no hace sus negocios con los países socialistas a los que tanto alaban estos líderes del socialismo del siglo 21? ¿Por qué añora poder comprar y vender en Estados Unidos? ¿ Por qué será?

En nuestro hemisferio, países que dicen practicar o aspirar al comunismo son completamente disfuncionales para sus ciudadanos. Países ricos en recursos naturales, como Venezuela, Bolivia, Ecuador, se distinguen por su acelerada inflación, escasez de alimentos, abuso de autoridad, convirtiendo al país en un estado policía, en una digna imitación de Cuba.

El capitalismo salvaje ha proveído a Nicaragua de más de US$8,000 millones en los últimos 10 años, por solidaridad con este empobrecido país que no tiene como cumplir sus obligaciones por sí solo. Un país exportador de material humano, que salen en busca de oportunidades de empleo que asegure una vida digna, no criando chanchos, ni pollos que es lo único que les ofrece este gobierno a su población. Estos nicaragüenses, trabajando en países de “capitalismo salvaje”, mandando las remesas familiares que se han convertido en la mayor fuente de divisas para el país.

Los gobiernos totalitarios tienen preferencia por el comunismo porque es un sistema que les permite el control total de la población. Necesitan controlar todas las aéreas susceptibles cuyo resultado es la dependencia ciudadana, que es su caldo de cultivo, lo que mata al mismo tiempo, la motivación al trabajo. En estos países, la eficiencia no tiene ningún valor, el trabajo lo pagan se haga bien o mal, una pretensión mutua de pago y trabajo sin ningún incentivo.

Comunismo lleva en sí la semilla de su destrucción, sin importar la riqueza del país, este siempre termina llegando al fracaso socioeconómico. No hay motivación, no hay producción, todo es escaso, no aceptan la realidad de que la población quiere trabajo para una vida digna; eso ya lo vivimos en Nicaragua. El capitalismo en democracia ha probado ser un sistema exitoso, proveyendo libertad y recompensa económica a los que lo practican. De otra manera, los países capitalistas no podrían regalar todos los años millones de dólares a estos países fracasados que no pueden proporcionar oportunidades para generar vidas decentes a su población. El comunismo es un fracaso que llega, tarde o temprano y deja mucho sufrimiento, sangre y destrucción.

El autor es ingeniero

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