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Luis Sánchez Sancho

Elefenor de Eubea

Margaret George, la escritora norteamericana a quien he citado en esta columna, menciona en su libro Helena de Troya a Elefenor de Eubea, uno de los reyes y príncipes que llegaron a la corte del rey Tíndaro, de Esparta, para pedir en matrimonio a la princesa Helena, la mujer más bella del mundo.

Era “un hombre enorme con la forma de una tinaja de aceite de oliva”, describe Margaret George a Elefenor, quien fue el primero de los pretendientes de la mano de Helena en hablar ante el rey Tíndaro.

—Yo no soy un guerrero— balbuceó Elefenor, ofuscado por la deslumbrante belleza de Helena. Y agregó el príncipe de Eubea: —Sólo puedo decir que si Helena me eligiera, ella tendría una vida de lo más corriente, donde cada día transcurre en paz.

Por supuesto que Helena no iba a elegir a alguien como Elefenor. Pero la verdad es que él sí era un guerrero, y de los más bravos.

Homero menciona a Elefenor en La Ilíada , una vez en el Canto II, Catálogo de las Naves, en el que enumera a todos los reyes y príncipes que, capitaneando sus naves y al mando de sus ejércitos fueron a Troya para sitiarla, tomarla y destruirla. Los eubeos llegaron en cuarenta naves negras, “capitaneados por el magnánimo Elefenor Calcodontíada” (o sea, hijo de Calcodonte), relata Homero. Y agrega que los eubeos “se dejaban crecer la cabellera en la parte posterior de la cabeza: eran belicosos y deseaban siempre romper con sus lanzas de fresno las corazas en los pechos de los enemigos”.

Vuelve Homero a mencionar a Elefenor en el Canto IV de La Ilíada , al narrar uno de los sangrientos combates de la guerra de Troya: El troyano Antíloco mata al griego Equepolo, Elefenor acude en su auxilio y trata de tomarlo de un pie para arrastrarlo fuera del alcance las flechas, pero se acerca el fiero troyano Agenor, quien con su lanza de bronce hiere mortalmente al príncipe eubeo, quien muere poco después.

En realidad fue muy triste la historia de Elefenor. Era nieto de Abante (quien a su vez era hijo de Poseidón, dios de los océanos), y descendiente de Ares, dios de la guerra. De manera que cuando Elefenor, al pretender la mano de la bella Helena, se presentó ante Tíndaro y dijo que él no era un guerrero, fue quizá por un exceso de modestia.

Mucho antes de eso, un día cuando Elefenor se encontraba en el palacio de Eubea, vio que un criado enloquecido estaba maltratando a su abuelo, Abante. Acudió entonces en ayuda del anciano, armado con un bastón de bronce. Quiso asestar un golpe al criado, pero con tan mala fortuna que en vez de darle al agresor golpeó en la cabeza a su abuelo, quien murió instantáneamente.

A causa de este homicidio involuntario Elefenor tuvo que irse al exilio, como era la costumbre y la ley. Sólo regresó para reunir al ejército eubeo que debía ir a la guerra de Troya para recuperar a Helena y destruir la legendaria ciudad. Pero aún así no se le permitió llegar a Eubea: desde una roca cercana a la playa tuvo que dirigir la organización de la marcha y luego se embarcó y puso al frente de la expedición militar.

Elefenor peleó durante casi toda la guerra de Troya, pues murió hasta que se acercaba el final, al cabo de diez años de asedio y combates. Y cuenta Homero que siempre estaba acompañado por los hijos del héroe Teseo, Acamante y Denofonte, junto a quienes combatió bravamente hasta que murió tratando de ayudar a Equepolo.

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