Por Eddy López y Octavio Enríquez
MANAGUA Y LEÓN
Róger Gurdián asumió ayer la rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) en León y con ello murió la autonomía universitaria en esa ciudad.
Rodeado de miembros del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), entre ellos Vicente Chávez, Gurdián se convirtió en el rector de la más antigua casa de estudios del país.
Chávez es un cercano colaborador del ex jefe de la Seguridad del Estado, Lenín Cerna Juárez, ahora secretario de Organización del gobernante FSLN.
Hace un mes, Cerna Juárez apoyó a Gurdián para garantizar su elección, ya que los dirigentes del FSLN consideran que la UNAN-León debe ser un bastión del sandinismo.
El nuevo rector admitió ayer el apoyo partidario. “Agradezco a la cúpula del FSLN por el apoyo que me ha brindado, tengo la seguridad de cumplir. En la universidad cabe todo, menos lo absurdo”, dijo Gurdián.
Pero marcaba con esas palabras una enorme contradicción, porque el jueves pasado universitarios afines al presidente Daniel Ortega intentaron impedir que se presentara el último tomo de las obras completas del filósofo nicaragüense Alejandro Serrano Caldera.
Después de un inexplicable corte de energía eléctrica, los estudiantes invadieron el Paraninfo, donde se hacía la presentación, e hicieron sonar sus celulares al ver que la presentación continuaba pese a la amenazadora oscuridad y al calor cada vez más sofocante.
Este grupo estudiantil, del llamado CUUN (Centro Universitario), atacó hace meses al novelista Sergio Ramírez y a la historiadora Dora María Téllez porque estos también disienten de Ortega.
SERRANO LAMENTA
Serrano Caldera lamentó ayer la actitud intolerante de los jóvenes orteguistas.
El boicot “es una obra de un grupo reducido de estudiantes que de alguna manera no quieren el libre debate de las ideas, quieren establecer criterios absolutos y dogmáticos”, dijo Serrano a LA PRENSA.
Este sabotaje a lo que se esperaba fuese un banquete intelectual fue repudiado por el Centro Nicaragüense de Escritores, el Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica, la Academia de Ciencias y por Dora María Téllez, quien cree que ya murió la autonomía universitaria en León.
“La autonomía tenía sentido porque había libertad de expresión y libertad de cátedra, y porque tienen sus propios recursos, tienen su propia administración para que no estén sometidos a los dictados del Gobierno”, explicó Téllez en un programa en Radio Corporación.
Según la comandante Téllez, el orteguismo odia el debate y tiene miedo a escuchar las opiniones de los otros.
Ver en la versión impresa las páginas: 2 A