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La langosta es UNO DE LOS 20 principales rubros de exportación de Nicaragua. LA PRENSA/G. MIRANDA

Los negociantes de la langosta

A un lado está la puerta que lleva a la oficina del administrador, un hombre blanco y barbudo; luego un pasillo estrecho y de ahí la oficina de Carlos Goff, el dueño de la empresa de capital hondureño que empezó con tres barcos y ahora es propietario de ocho.

 

 

TERCERA PARTE

BILWI/RAAN

 

En una vieja casa de verjas negras, situada en el barrio Los Ángeles, que es atravesado por una de las dos calles más transitadas de Bilwi, se alza una de las empresas más prósperas del sector langostero de la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN) que emplea a 415 personas. Detrás de las verjas y de un letrero en que se lee “Copescharly”, se ven algunos aperos de pesca como redes y cayucos en reparación.

A un lado está la puerta que lleva a la oficina del administrador, un hombre blanco y barbudo; luego un pasillo estrecho y de ahí la oficina de Carlos Goff, el dueño de la empresa de capital hondureño que empezó con tres barcos y ahora es propietario de ocho.

Goff tiene 33 años (edad en que murió Cristo) casado, con hijos. Es un hombre que ha pasado por todos los eslabones del universo langostero. Sabe bucear, pero nunca lo ejerció como un oficio para ganarse la vida. Ha sido marinero y después capitán. Fue capitaneando barcos langosteros que surcó las aguas del Caribe nicaragüense, proveniente de Honduras.

Goff es uno de los empresarios que comenzó a explotar la langosta en Nicaragua con la bandera hondureña. Pero luego, cuando se prohibió la pesca de extranjeros y se nacionalizó la actividad, adoptó la Azul y Blanco con el escudo, como su propia nacionalidad.

Goff desciende de empresarios langosteros. En Puerto Lempira, capital del departamento hondureños de Gracias a Dios, saben muy bien que los Goff (lo fueron también el abuelo y el papá de Carlos Goff) son empresarios fuertes de la pesca del crustáceo, con buzos. En la región mosquitia de Honduras esta actividad comenzó desde los años sesenta.

En esta época del año los barcos langosteros están anclados en el muelle. Los únicos que salen al mar son los autorizados para capturar caracoles. LA PRENSA/G. MIRANDA

Como el resto de empresarios langosteros de Bilwi, Goff es huraño con los medios de comunicación. La mayoría de los varones conectados a la actividad langostera son escurridizos, más aún alérgicos a los medios. Por lo general atienden el teléfono una vez y luego de saber que un periodista quiere entrevistarlos, no vuelven a contestar.

Otros, con más cortesía, postergan la entrevista por una u otra razón, o delegan en sus gerentes el encuentro. Casi a coro, la mayoría dice lo que dice Goff: que los medios los han satanizado frente a la situación de los buzos miskitos, que no hay objetividad, sólo amarillismo.

“Nos han satanizado. Más que los trabajadores, un grupo de ONG (Organizaciones No Gubernamentales) que les interesa ser amarillistas. No se dan cuenta que están dañando al trabajador, no a la empresa, porque nosotros nos reorientamos”, dijo Goff, en una entrevista que concedió a LA PRENSA a fines de diciembre para este reportaje.

Sobre el tema más sensible: la situación de los buzos enfermos, Goff dice que su empresa ha sido pionera en la capacitación de los pescadores. Desde 1998, cuando se estableció, comenzó a traer expertos estadounidenses para capacitar a los buzos. “Pero no se tuvo el apoyo del Gobierno”, confesó.

Según este empresario, tampoco hubo mucho interés del Gobierno, al principio, para ingresar a los trabajadores al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).

Tampoco hubo mucho interés en el establecimiento de las vedas. Y se le salió un “fuimos nosotros” cuando explicó que ellos —como empresarios— empujaron el tema de las vedas junto con el Gobierno regional, para dejar descansar el recurso langosta por unos meses.

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  • El cultivo de peces como guapote y tilapia, más camarón, puede ser una alternativa económica para la región del Caribe, dice Armando Segura, director ejecutivo de la Cámara Nicaragüense de Pesca, (Capenic).
“La Costa Atlántica tiene las condiciones para desarrollar el cultivo de diferentes especies de peces”, afirma Segura.

Esta opción daría empleo a la gente de las comunidades indígenas que siempre se han dedicado a la pesca de subsistencia. Eso no tendría mayores consecuencias para el ecosistema, explica Segura.

Según el director de Capenic, en los últimos tres años, los empresarios langosteros “han mejorado las condiciones en las que se bucea”.

Eso se traduce, según Segura, en aminorar el número de inmersiones de los buzos, su certificación médica y la capacitación para mejorar las técnicas de buceo.

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LAS ALTERNATIVAS

Ahora son ellos, de nuevo —dicen— los que están proponiendo salidas al Gobierno ante la inminente aplicación de la Ley de Pesca que establece el fin del buceo de langosta, a partir de enero del 2011.

Miguel Ángel Maravilla, gerente de la empresa de Barrington Muller, propietario de cuatro barcos, dice que una de las alternativas es la pesca de escama, como le dicen a la extracción de pescado fresco.

 No todos los buzos están aptos para extraer caracol, un producto que se paga a un precio más bajo en el mercado.   LA PRENSA/G. MIRANDA

Maravilla dice que la producción de pescado fresco tiene un potencial enorme en la región, son bancos que se explotan poco, debido a la falta de un mercado atractivo.

Una libra de pescado fresco en cualquiera de los tres mercados que hay en Bilwi, se halla a 15 córdobas en promedio. Ese precio no es atractivo para los empresarios que ahora invierten entre cinco y seis mil dólares por colocar un barco en el mar durante 11 días, lo que dura una faena.

Atractivo sería poder venderlo al exterior. Estados Unidos es el país que suena. Sin embargo, por la falta de medios de transporte la idea se derrite como el hielo en el calor.

Goff calculó que, en las condiciones actuales, trasladar una rastra de pescado fresco desde la RAAN costaría más de 4,000 dólares. Entre Managua y Bilwi no existe una carretera asfaltada, sólo un camino que en buses se recorre en 25 horas, con suerte. En ese tiempo, el producto perdería calidad.

La alternativa acuática es igual de cara, según los empresarios. No obstante tienen esperanzas de activar la pesca de escama con la pista aérea internacional que se está habilitando, pero que no acaba de estar. Esperan despachar pescado directamente hacia el exterior.

Maravilla, un hombre de mediana edad, tiene entre sus manos libros contables, donde lleva registrada la situación económica de la empresa como una bitácora.

El “Señor Maravilla”, como le dicen los hombres que a cada rato entran a su oficina, explica que Muller (propietario) ha estado viajando a Honduras para comprar nasas. Allá son más baratas. Cada caja vale 25 dólares aproximadamente.

La nasa, esa trampa de madera en la que la langosta entra por una carnada, es la alternativa que el Gobierno está dando a los empresarios langosteros para que abandonen la pesca por buceo. O al menos es lo que ellos piensan lo que dice la Ley, porque oficialmente no hay una comunicación de las autoridades del Instituto Nicaragüense de la Pesca (Inpesca).

INPESCA ESQUIVA

Durante tres semanas, LA PRENSA intentó consultar a Steadman Fagot, director de Inpesca. En dos ocasiones contestó su celular y en ambas delegó la explicación a Danilo Rosales, el subdirector de Inpesca.

En ese tiempo (dos últimas semanas de febrero y primera de marzo) Fagot, ex combatiente de Yatama, habría estado fuera del país, en su finca en Waspam, y viajando en la región pendiente del clima electoral. Rosales, a su vez, pospuso el encuentro dos veces y luego dejó de atender el teléfono.

Los empresarios no esperan otra cosa de Fagot: que cumpla la Ley y les imponga la reconversión. En varias ocasiones, sobre todo en época electorera, ha expresado su voluntad de acabar con el buceo, considerado uno de los oficios de más alto riesgo en el mundo por la OIT (Organización Internacional del Comercio).

En diciembre del 2007, en el primer año de la Administración del presidente Daniel Ortega, Fagot suscribió un acuerdo con las autoridades de la región para suspender el buceo.

El empresario Carlos Goff es de los que creen que el buceo no se puede acabar tan fácil, porque es la única fuente de empleo en la región.

“No quiero ser pesimista ni tampoco muy sarcástico, pero pienso que hay unos factores importantes que es la idiosincrasia de la cultura. Esa gente tiene décadas trabajando en eso. ¿Cómo usted los ubica en otra actividad?”, preguntó el empresario de origen hondureño.

Hasta ahora, el Gobierno no ha creado otra alternativa de subsistencia para las miles de personas que viven de esta actividad. Además, “el recurso del caracol, el pepino, la esponja marina, sin el buceo no se puede dar”, dijo el empresario, quien recuerda menos de cuatro accidentes entre sus empleados en los últimos dos años.

El pepino y el caracol son alternativas para unos cuantos empresarios en la época de veda de la angosta. Por ahora, el caracol no es muy atractivo, pues su precio es mucho más bajo que el de la libra de langosta y su captura requiere más tiempo y pericia. “No es cualquier buzo que saca caracol”, dice entre tanto Maravilla.

MAL AÑO

Uno de los peores años para los empresarios fue el que pasó, el 2009. El precio se cayó de forma estrepitosa. Los procesadores llegaron a pagar hasta ocho dólares la libra de langosta, menos del 50 por ciento de lo que valía antes. Y los costos de producción se mantuvieron —dicen los empresarios— quienes instantáneamente aplicaron la baja en el precio en el salario de los buzos.

En esos días de crisis, los barcos redujeron sus faenas a las mitad para reducir costos. Eso también implicó menos hombres en el agua. La rotación de los buzos entre una embarcación y otra fue mayor.

La crisis se selló con una huelga en junio del año pasado. En los últimos meses del 2009, los empresarios notaron una mejoría en la producción, pero pasó el huracán Ida, agitó las aguas y después sobrevinieron malos tiempos que se mantuvieron constantes en los primeros meses del año, hasta el cierre de la veda.

Muchos de los empresarios tienen ahora sus barcos parados en el muelle. Son cajas flotantes que se mueven al vaivén del viento. Algunos que tienen permiso aprovechan para sacar caracol. Otros esperan pedidos de pepinos de clientes asiáticos. En realidad, ellos esperan que esos vientos traigan propuestas reales del Gobierno. Esperan que ese barco atraque pronto en la región.

Posponer Ley

Los empresarios pesqueros aseguran que ha habido una falta de liderazgo del Gobierno en la aplicación de la legislación que prohibiría el buceo de langosta a partir de enero del año que viene. Frente a eso, se ha pensado en “someter en la Asamblea (Nacional) una iniciativa de Ley para ampliar el plazo, de ser posible”, dice Armando Segura, director de Capenic.

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