¿Cuál compromiso? ¿cuándo? ¿dónde? ¿y con quién? El ex presidente Arnoldo Alemán Lacayo, en su reciente discurso ante militantes y simpatizantes del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), en Boaco el domingo pasado, para proclamar su precandidatura presidencial, hizo un gran esfuerzo por distanciarse del pacto libero-sandinista del pasado y por el contrario, argumentó que asume un nuevo compromiso con los nicaragüenses.
¿Pero cuál compromiso doctor Alemán? Usted, como líder no debe enredar con sus actos y discursos eufóricos a la población que todavía alberga algunas esperanzas de que no sólo el PLC, sino la oposición en general, ayude a Nicaragua.
Y digo lo anterior porque si quiere apoyo de todos lados, no debe atacar a aliados naturales y potenciales, como lo hicieron usted y el diputado Wilfredo Navarro, de la forma más baja contra los organizadores de la marcha de las escobas. Ahí iba gente que también cree en el PLC y que se sintió agredida por palabras peyorativas de Navarro, sobre todo. Y ambos han sido incapaces de ofrecer disculpas a la gente que asistió. ¿Y así quieren ganar en 2011 ofendiendo a los votantes?
El error más grande es pensar que los tiempos y las costumbres siguen inalterables y que ganarán “sólo con el uniforme” —como se dice popularmente cuando se juega beisbol—.
El adversario (el FSLN del presidente Daniel Ortega) cuenta con funcionarios corruptos en las instituciones del Estado dispuestos a preservarle el poder al mandatario, y a su vez, beneficiarse ellos; tiene la maquinaria política y económica para abusar de los bienes públicos en su campaña electoral, está en posición de negociar cargos públicos, chantajea con la justicia a quien se le cruza en el camino, manda a sus grupos terroristas a las calles a atacar físicamente a los manifestantes que no son de su partido y por si fuera poco, como todo régimen tiránico, ofende a los mismos nicaragüenses, a través de todos sus medios posibles.
Frente a todo lo anterior, el PLC-Vamos con Eduardo y los demás agentes políticos y sociales opositores al totalitarismo orteguista, se diluyen en discursos, marchas y actividades políticas (lo cual está bien) pero hasta donde conozco a través de personas cercanas a estos grupos opositores, no hay una estructura técnica y política trabajando intensamente a la par de las otras actividades públicas, en aras de la construcción de esa anhelada victoria que se pretende para el 2011.
Hay muchas personas en distintos sectores de la sociedad nicaragüense, muy valiosas que desean ayudar no sólo al PLC, sino a la oposición, pero que no son buscadas. Estas personas no aspiran cargos públicos, sólo un cambio de sistema político.
En la oposición no hay implementación de técnicas modernas en el desarrollo de una contienda electoral, no realizan diario análisis técnicos de hechos políticos históricos y actuales, no redactan informes documentados de FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas), no hay scouteo del adversario, no se ven resultados del trabajo de un equipo técnico que se encargue de una campaña mediática tomando en cuenta aciertos y desaciertos del pasado, para proyectarlas hacia un futuro cercano, y sobre todo viendo a una sociedad política nicaragüense evolucionada o estancada, según el lente con que se vea el tema. Sólo con gritos, discursos, marchas y ofensas, la oposición no la tiene fácil. Se tiene que hacer más que eso, sobre todo para vencer a un sistema corrupto cuya máxima expresión está en el Consejo Supremo Electoral (CSE).
Ver en la versión impresa las páginas: 11 A