CIUDAD DEL VATICANO/ EFE
- La Iglesia católica danesa ha suspendido en las últimas 24 horas a dos sacerdotes, cuyas identidades se mantienen en secreto, mientras se investigan las acusaciones contra ellos por supuestos casos de abusos sexuales contra menores.
La Iglesia contabiliza hasta ahora 18 denuncias de abusos de menores por sacerdotes católicos.
El primer sacerdote suspendido por la Iglesia danesa, a petición propia, negó la noche del domingo bajo anonimato a la televisión pública DR las acusaciones y aunque reconoció haber dado abrazos con frecuencia a sus monaguillos, dijo que jamás había besado a ninguno.
Dinamarca es un país de mayoría protestante, en el que el 81 por ciento de la población pertenece a la Iglesia nacional luterana y la minoría católica se sitúa en torno al uno por ciento de los 5.5 millones de habitantes, según estadísticas oficiales.
EFE
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Por primera vez, y como velada respuesta a las críticas recibidas por la gestión de los casos de pederastia, el Vaticano divulgó ayer la Guía de la Congregación para la Doctrina de la Fe para afrontar esos hechos, que establece que hay que denunciarlos “siempre” a la autoridad civil.
También contempla que en los casos más graves el Papa puede directamente reducir al estado laical al clérigo pederasta, sin pasar por un juicio canónico previo.
El documento ha sido publicado en la página web del Vaticano, en el enlace “Abusos sobre menores, la respuesta de la Iglesia”, que incluye los documentos vaticanos para luchar contra esas situaciones, las cartas del Papa a las víctimas, discursos de Benedicto XVI y Juan Pablo II y otros textos relacionados.
El viceportavoz del Vaticano, Ciro Benedettini, precisó que no se trata de un documento nuevo, sino que es la guía redactada en 2003 y que ha sido publicada ahora, por primera vez, “en nombre de la absoluta transparencia impuesta por el Papa” para estos casos.
Titulada Guía para entender los procedimientos básicos de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre las acusaciones de abusos sexuales , el texto hace referencia a las leyes que se aplican actualmente en estos casos, el Motu Proprio (documento papal) Sacramentorum santictatis tutela de 2001 y el Código de Derecho Canónico de 1983.
La guía fue escrita en la época en la que el actual Papa era el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El texto está dividido en tres partes, la primera de las cuales se refiere al procedimiento preliminar y señala que, cuando se produce una denuncia de abuso de un menor por un clérigo, la diócesis local es la primera encargada de investigar el hecho.
Si la acusación tiene peso, el obispo local remitirá el caso con toda la documentación necesaria a la congregación vaticana y expresará su opinión sobre los procedimientos a seguir y las medidas que se adoptarán a corto y largo plazo.
Y, en ese punto, la guía señala: “Las leyes civiles referentes a las denuncias de esos delitos a las autoridades competentes siempre se deben seguir”.
Durante la etapa preliminar, y hasta que el caso esté concluido, el obispo puede imponer medidas cautelares para salvaguardar a la comunidad y a las víctimas y asegurar que los niños no sufran nuevos daños.
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