14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
Guillermo E. Miranda

El fanatismo y el servilismo envilecen a los hombres

Mi primer impulso al escribir este artículo fue titularlo “No sé si reír o llorar por Nicaragua”, ya que ésa fue mi primera reacción al ver al presidente de la asamblea invocar un artículo transitorio de la Constitución del 87, cuya función caducó hace más de veinte años con el único propósito de sacarle las castañas del fuego al presidente Ortega. El simple hecho de aceptar debatir sobre la legalidad de semejante disparate sería hacerles el juego, motivo por el que únicamente me limitaré a hacer la siguiente referencia; las disposiciones transitorias se autoderogan al dejar de existir la situación que las generó. Sobre lo que sí deseo llamar la atención es sobre cómo Ortega va siguiendo al pie de la letra el consejo de Tomás Borge. El que los serviles del Presidente hayan salido a tratar de legitimar semejante dislate tampoco debe sorprendernos, porque como muy bien lo expuso el editorial de LA PRENSA del pasado 9 de marzo, al comparar el servilismo de los políticos y magistrados orteguistas al de los jueces y fiscales del nacionalsocialismo de Hitler (abro cita textual): “Hitler es la ley”, proclamaban los nazis. Y para institucionalizarlo, Herman Goering, el tristemente célebre lugarteniente de Hitler, recalcó el 12 de julio de 1934 en una reunión de fiscales alemanes, “la ley y la voluntad del Führer (caudillo) son la misma cosa”, cierro cita. Todos recordamos las atrocidades que se sucedieron en ese régimen y tampoco ignoramos el costo que la humanidad tuvo que pagar para erradicarlo de la faz de la Tierra. Por ello quiero llamar la atención sobre las declaraciones de Payo Solís, a quien se le venció su período como magistrado de la Corte Suprema de Justicia el pasado 11 de abril, cuando de una forma por demás irresponsable y aprovechando una visita oficial del Ejército a la CSJ, le pidió a éstos que estuvieran alertas a intervenir en contra de cualquiera que quisiera protestar por semejante atrocidad jurídica. Esta irresponsable petición nos indica que Payo Solís, Roberto Rivas, Argüello Poessy y otros, pretenden seguir usufructuando dichos cargos de forma ilegítima, amparados únicamente en las bayonetas del Ejército. La tozudez con que Ortega se ha aferrado a su reelección, imposible por mandato constitucional, lo han hecho violar cuanta ley se le ha puesto enfrente, llegando al colmo del ridículo de mandar a desempolvar un artículo derogado para poder sostener su capricho. La incapacidad demostrada por la Asamblea Nacional, de frenar las violaciones del oficialismo, me han llevado al convencimiento que la gran tarea de rescatar nuestra República tendrá que ser labor de todos los nicaragüenses que aspiramos a vivir en democracia.

El 23 de marzo de 1775 Patrick Henry, prócer de la independencia norteamericana, en un memorable discurso pronunciado cuando se debatía sobre la imperiosa necesidad de ir a la guerra para lograr la independencia, dijo lo siguiente. Dadme la libertad o dadme la muerte. El día que los nicaragüenses sintamos que la democracia, la libertad y el respeto a nuestras leyes y Constitución sea a nuestras conciencias lo que el aire es a nuestro cuerpo, ese día será el principio del fin de los sueños dictatoriales de Ortega y de cualquier otro que tenga las mismas pesadillas. En síntesis, la Constitución jamás debe ser un instrumento para que el Gobierno controle al pueblo, sino más bien un instrumento para que el pueblo controle al Gobierno.


El autor es ex comandante de la Resistencia Nicaragüense

Opinión fanatismo Ortega servilismo Tomás Borge archivo
×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí