LONDRES/ AFP/ EFE
La enorme nube de cenizas provocada por la erupción de un volcán islandés que se ha extendido por Europa paralizó ayer gran parte del tráfico aéreo y causó trastornos a millones de pasajeros en todo el mundo.
La agencia europea Eurocontrol estimó en más del 50 por ciento los vuelos anulados en el continente durante la jornada.
El organismo encargado de la seguridad aérea espera que se lleven a cabo “unos 12,000 vuelos”, contra unos 28,000 previstos en un día normal, según una revisión al alza de sus primeras previsiones.
Sobre el tráfico transatlántico, de los 300 vuelos previstos de América hacia Europa ayer, únicamente se garantizaron entre 100 y 120.
En México, tres vuelos hacia Amsterdam, París y Londres fueron anulados entre el miércoles y el jueves.
La nube de cenizas “continúa moviéndose hacia el este y el sureste y su impacto continuará durante al menos 24 horas”, previno Eurocontrol en un comunicado difundido en Bruselas.
La parálisis del tráfico aéreo cuesta más de 200 millones de dólares diarios al sector, según una primera estimación “conservadora” de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
Irlanda reabrió prácticamente todo su espacio aéreo el viernes por la mañana, Noruega y Suecia también comenzaron a hacerlo tímida y progresivamente.
Los espacios aéreos de Bélgica, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Holanda, Hungría y Polonia permanecerán igualmente cerrados al menos hasta este sábado.
La nube se dirigiría ahora hacia el norte de Italia, pero España y el resto del sur de Europa debería librarse, al menos por el momento.
“Si las previsiones se mantienen, la nube afectará a Suiza y el norte de Italia, Rumanía, Hungría, Eslovenia y Croacia en una línea que va directamente hacia el este”, declaró en Bruselas un experto de Eurocontrol, Kenneth Thomas.
UN RIESGO A SALUD
Paradójicamente, uno de los pocos países donde el tráfico funcionaba con normalidad era Islandia, donde se encuentra el volcán situado por debajo del glaciar Eyjafjallajokull, del que emanan poderosas columnas de humo desde su erupción explosiva el pasado miércoles.
La nube de cenizas está formada por finas partículas de roca que son altamente abrasivas, y que, según los expertos consultados, pueden penetrar en las turbinas de los motores de los aviones y paralizarlos, con el riesgo que supone para el vuelo.
En la historia de la aviación hay un caso protagonizado por un avión de la compañía británica British Airways el 24 de junio de 1982, que se vio envuelto en una de estas nubes.
Un Boeing B747 que volaba por el Pacífico Sur tuvo sus motores afectados por la nube de cenizas lanzadas por el volcán indonesio Mount Galunpjung, que se pararon en vuelo por unos minutos y se volvieron a encender gracias a una maniobra de los pilotos que evitó el desastre.
La OMS advirtió que la ceniza microscópica puede ser peligrosa cuando se asienta sobre la tierra porque las partículas inhaladas, al penetrar en los pulmones, causan problemas respiratorios.
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