Nicaragua está en peligro de que se extienda la violencia juvenil a causa de las maras, como ocurre en los países ubicados en el norte de Centroamérica: Honduras, El Salvador y Guatemala.
Esta aseveración la efectuó el presidente de la Corte Centroamericana de Justicia, Alejandro Gómez, quien consideró que la violencia juvenil en esos tres países de la región “ha aumentado muchísimo” y advirtió que en Nicaragua están dadas las condiciones, para que esta situación también se registre.
“No hay que tomar la actitud de decir que en Nicaragua no puede pasar lo mismo. Ustedes están también en peligro que eso ocurra”, sostuvo Gómez.
Tras inaugurar un foro debate sobre “Violencia Juvenil en el área centroamericana”, Gómez indicó que la pobreza es una de las causas de este problema, así como la falta de una respuesta coherente, pues los gobiernos no estaban preparados para esto.
Nicaragua no escapa a esta situación, según Gómez. Y a su criterio hay una especie de silencio de los gobiernos de la región que no aceptan ni niegan, pero “la cuestión no es ésa, es de prepararnos. Es un fenómeno que no se puede combatir aisladamente”.
“¿Por qué es que los niños delinquen? En parte es primero por el ejemplo que ellos ven en su hogar, un hogar a veces deshecho por falta de oportunidades, no van a la escuela, no se educan, después que no encuentran empleos están pidiendo dinero en los semáforos. Hay que combatir eso, ¿cómo hacerlo? Ahí vendrán los expertos que nos lo digan, pero hay que hacer algo”, sostuvo Gómez.
Y refirió que por ejemplo en El Salvador un niño de 12 años que no va a la escuela, que no encuentra trabajo, “se le acercan los pandilleros (le dicen) venite para acá, nosotros podemos ser tu familia y lo reclutan, la pandilla se vuelve la familia sustituta”.
A su criterio debe efectuarse un trabajo preventivo, que debe hacerse desde los educadores hasta jueces, pasando por los fiscales, dijo el funcionario, quien considera que para ello es necesario una institución que coordine la acción que realicen todos ellos. Igual esto debe pasar por la región que debe estar coordinada.
Sobre la presencia de 14 mareros que el año pasado registró la Policía Nacional, a criterio de Gómez, esto indica que éstos llegan como “la punta de lanza” para analizar el terreno.
“Sí, definitivamente, por eso decía yo hace un minuto que no hay vacunas contra las maras. Aquí puede empezar ya una labor de penetración, imagínese usted que la materia prima allí está, sólo hay que llegarla a recoger. Si existe ese peligro”, sostuvo Gómez.
La jefa de la Dirección de Asuntos Juveniles de la Policía Nacional, comisionada mayor Erlinda Castillo, reconoce que la amenaza está latente, de tal manera que se necesita hacer un trabajo muy dirigido, muy directo”. Pero consideró que “son desafíos de atender en cualquier momento”, aunque Nicaragua ha atendido el fenómeno de otra manera en relación con los demás países de la región.
Castillo manifestó que aparte de los planes de intervención psicosocial, la Policía Nacional está aumentando su tejido territorial en aras de fortalecer a aquellos jóvenes que han sacado de pandillas y convertirlos en jóvenes líderes.
Según Castillo, los hechos violentos en que se ven envueltos los jóvenes han disminuido. Actualmente la Policía trata de recopilar la información con respecto a los jóvenes que se pacificaron el año pasado. Muchos están integrados al estudio, carreras técnicas, otros están integrados a trabajos temporales en fábricas, otros con pequeños negocios.
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