“Esto, lo que pasó, nunca ha pasado en el mundo, nunca han atacado a un hotel en el mundo. Creo que ya estamos en Guinness Record”, declaró ayer sorprendido el gerente general del Hotel Holiday Inn, José Enrique Solórzano, al revisar los destrozos que dejaron las turbas del gobernante Frente Sandinista (FSLN) que el martes atacaron con piedras y morteros las instalaciones de ese hotel capitalino.
Liderados por el ex magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Rafael Solís, un grupo de seguidores sandinistas violentos se presentó la mañana del martes pasado a ese hotel tratando de impedir que 47 diputados de oposición pasaran a la Comisión de Justicia la ley que anularía el decreto del presidente Daniel Ortega que pretende de forma ilegal mantener en sus cargos a 25 funcionarios, a los que ya se les venció el periodo, entre ellos Solís.
Además de los destrozos físicos, Solórzano señaló que cerca de 40 reservas de todas partes del mundo fueron canceladas y las pérdidas en este caso alcanzan los 25 mil dólares.
Por daños a la infraestructuras, el gerente del hotel estima pérdidas cercanas a 20 mil dólares, es decir que en total las afectaciones superarían los 45 mil dólares.
“Desgraciadamente no se dan cuenta que un hotel como éste tiene 200 cabezas de familias que viven de ello también, que hasta cierto punto al no haber venta van a tener que sufrir porque todo lo que entra se reparte de alguna manera; e igualmente el país está perdiendo mucho”, comentó Solórzano.
“Había gente que iba a venir por la noche, pero que al final decidió no venir a Nicaragua, las consecuencias no las sabemos todavía, las consecuencias las veremos en los meses que siguen”, sostuvo.
Tal fue la trascendencia del ataque orteguista a este hotel que, según Solórzano, ha recibido llamadas de solidaridad de todas partes del mundo, desde China, Japón, Europa, Estados Unidos y otros países.
PAÍS MAL VISTO
Solórzano recibió ayer la visita del presidente de la Cámara Americana de Comercio (Amcham), Róger Arteaga, quien lamentó el daño que las turbas del FSLN están haciendo a la imagen país.
Arteaga señaló que la situación que vive Nicaragua es un reflejo de la inseguridad jurídica que existe en el país.
“Si hubiese sido una turba o pandilla común que hubiesen venido, hubiese sido otra cosa, pero los que están responsabilizados de impartir la justicia en Nicaragua están actuando como vándalos”, comentó.
“El inversionista que esté pensando en traer recursos para ponerlos en Nicaragua, la va a pensar, porque qué puede pensar de que los que imparten justicia son los que andan azuzando turbas y destruyendo la propiedad privada”, advirtió.
LLAMA AL DIÁLOGO
El presidente de Amcham llamó a las fuerzas políticas a buscar un diálogo para superar la crisis que viven los principales poderes del Estado.
“Quieren resolver los problemas a la fuerza, con violencia; eso es lo que hemos visto, porque los diputados no han hecho lo que están haciendo los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, que es levantar grupos vandálicos o turbas para destruir”, indicó.
A criterio de Arteaga, la reaparición de los bloques de choque orteguistas es un reflejo de “la desesperación del Gobierno porque sus argumentos ya se les agotaron y lo único que le queda son las turbas y la fuerza”.
El representante empresarial criticó que la Policía y jueces del Poder Judicial se hayan prestado para participar en la destrucción parcial del hotel de forma violenta.
“Nosotros queremos manifestarle nuestra solidaridad a nuestros socios de este hotel, para que se sientan acuerpados porque otros (inversionistas) estarían pensando levantar carpas e irse. Nosotros no queremos que la imagen de Nicaragua se vea en el mundo así”, comentó.
Arteaga lamentó que la violencia protagonizada por las turbas orteguistas acapara las portadas de varios diarios internacionales, entre ellos The Wall Street. “Ésa es la imagen que estamos dando en el mundo”, apuntó.
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