Pequeños y medianos comerciantes, ubicados en los alrededores de las avenidas donde las turbas sandinistas impusieron la violencia esta semana, pidieron al Gobierno buscar una salida a la crisis institucional porque les está afectando al punto de que las ventas han caído más de 40 por ciento en los últimos tres días.
Omar Rojas Martínez, vendedor de ropa usada en la tienda Mega Clothing, ubicada frente al centro comercial Plaza Inter, aseguró que desde que las calles fueron tomadas por los orteguistas han tenido que cerrar temprano, porque no están llegando clientes por temor a ser atacados por las turbas.
Rojas comentó que diario recibe la visita de al menos cien compradores, pero en los últimos tres días, desde que empezó la violencia callejera, “con costo vienen 20 personas”.
“No estamos vendiendo porque la gente tiene como miedo entrar a esta zona (de Plaza Inter). La gente está con miedo y por eso tenemos que cerrar temprano. Con costo estamos vendiendo cien pesos”, comentó.
MIEDO DE HABLAR
Esta situación también tiene preocupados a comerciantes ubicados en el interior del centro comercial Plaza Inter, pero algunos evitaron dar sus nombres por temor a represalias del gobernante Frente Sandinista (FSLN).
Glenda Cruz López, vendedora del puesto El Quesillazo, ubicado a la entrada del centro comercial Plaza Inter, informó que antes vendía el equivalente a 2,500 córdobas diarios, pero en los últimos tres días con costo ha logrado realizar 1,200 córdobas.
Cruz señaló que han estado cerrando los portones del centro comercial por temor a las turbas, pero los empleados tienen que llegar a trabajar y eso ha significado para ellos un mayor gasto en transporte, porque los buses urbanos han sido desviados de sus rutas.
Una vendedora de equipos móviles de una telefónica nacional, que pidió no ser identificada, manifestó que debido a la violencia en las calles han dejado de vender cerca de 15 celulares diarios.
La joven declaró que el problema es que al no haber ingreso diario, tendrán serias dificultades para pagar el alquiler de los módulos que ocupan en el centro comercial.
Los comerciantes coincidieron en que si persiste la crisis política en Nicaragua difícilmente van a poder levantar cabeza este año, después que en el 2009 vieran caer sus ingresos como consecuencia de la crisis internacional.
Roberto José Narváez, financiero de la pastelería Margarita, ubicada en Los Robles —cerca de donde el miércoles atacaron las turbas y quemaron dos automóviles— comentó que este conflicto ocasionó una reducción drástica de las ventas.
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