Por María José Uriarte y Lucía Navas
Alemania y Estados Unidos, por separado, expresaron su preocupación por la situación de violencia en Nicaragua, que durante tres días provocó la retención de diputados opositores, así como daños a la propiedad privada de parte de turbas orteguistas.
El ministro adjunto de Asuntos Exteriores de Alemania, Werner Hoyer, plasmó en un comunicado la inquietud de su Gobierno ante las acciones vandálicas de grupos afines al partido de Gobierno, que tuvieron su máxima expresión al sitiar a diputados de la oposición el pasado miércoles y atacar el edificio parlamentario bajo el argumento de que la oposición “boicotea” la labor parlamentaria.
“El Gobierno Federal está preocupado de los ataques a diputados de los partidos de oposición por grupos violentos y vándalos sandinistas en los últimos días en Nicaragua. Exhorta al Gobierno en Managua a garantizar la protección personal de los diputados, la práctica de sus derechos constitucionales y tareas parlamentarias. Junto con las contrapartes europeas, seguiremos observando el desarrollo de la situación en Nicaragua con mayor atención”, subrayó Hoyer.
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La crisis institucional que ha puesto en la mira nuevamente a Nicaragua en el ámbito internacional, se origina en la pretensión del presidente Daniel Ortega de postularse como candidato presidencial, cuando la Constitución no lo permite, y por la extensión de períodos a funcionarios, cuya vigencia ya concluyó, de acuerdo con la misma Carta Magna.
OEA DEBE MEDIAR
Por su parte Estados Unidos expresó también preocupación a través del vocero del Departamento de Estado de ese país, Philip Crowley, ante la posibilidad de que los disturbios observados durante tres días consecutivos en Nicaragua puedan impedir el proceso democrático político, socavar los derechos humanos y erosione el Estado de Derecho, sin descartar que ese Gobierno apoye una mediación de la Organización de Estados Americanos (OEA).
“Urgimos al Gobierno de Nicaragua a tomar pasos para poner fin a los disturbios; y a la Policía (Nacional), a garantizar la seguridad de todos los nicaragüenses”, indicó Crowley.
El vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos respaldó de manera implícita al Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, al afirmar que Washington “respaldaría que la OEA se involucre (en la situación política de Nicaragua), si eso facilita una solución pacífica a la crisis actual, acorde a los principios de la Carta de la OEA y de la Carta Democrática Interamericana”.
Sin embargo, el Gobierno de Nicaragua, mediante un comunicado, solicitó a Insulza abstenerse de emitir “comentarios injerencistas”, cuando éste manifestó su preocupación por los sucesos en el país.
Para Crowley, lo que existe en Nicaragua “es un revestimiento democrático que está erosionando, tanto las instituciones del Gobierno como los controles y contrapesos que se necesitan en cualquier sistema democrático”.
Crowley insistió que los actos de violencia, impulsados por orteguistas “solamente debilitan el funcionamiento de las instituciones que son vitales para la democracia nicaragüense”.
MÁS DISMINUCIÓN DE AYUDA
Una fuente del sector privado que tiene contacto con los cooperantes, aseguró que Holanda y Alemania serían los nuevos Gobiernos que reducirían o terminarían cancelando su apoyo presupuestario con Nicaragua, debido al deterioro respecto de las reglas democráticas y de la institucionalidad, agudizada con el decreto 03-2010 o “decretazo”, que pretende mantener inconstitucionalmente en sus cargos a 23 funcionarios públicos.
La fuente aseguró que “uno de los que todavía no tiene una decisión tomada, pero están en consultas con su sede, porque está analizando seriamente si no retirarse del país, pero sí reducir al mínimo la cooperación a Nicaragua, es Holanda, y eso nos tiene sumamente preocupados porque es el país que más brinda respaldo a programas de los pequeños empresarios”.
El jueves Dinamarca confirmó que iniciará un proceso de retiro de su cooperación.
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