Manuel Martínez Presidente de la Corte Suprema de Justicia
Fotos de La Prensa/ Bismarck Picado
Los violentos seguidores del Presidente de nuestro país, Daniel Ortega, lograron esta semana convulsionar las calles de Managua e interrumpir la paz de los nicaragüenses. El ex magistrado sandinista Rafael Solís fue el protagonista del show político esta semana. Su posición de mantener el cargo, por medio de un decreto presidencial emitido en enero y calificado por reconocidos juristas como “inconstitucional”, afectó no sólo al gremio del cual pertenece, sino que también al parlamento nacional.
A este mal se suman: amenazas, agresiones verbales entre magistrados y ex funcionarios del Poder Judicial, agresiones físicas entre diputados liberales y periodistas, y destrucción material, incluso en un hotel capitalino y en la Asamblea Nacional. Todo esto proyectado al exterior con una mala imagen de Nicaragua.
El presidente del Poder Judicial, Manuel Martínez, pronostica que el siguiente paso es “la destrucción de las instituciones del país”. Aunque admite que esto ya “está resquebrajado”.
En la sede de la Corte Suprema de Justicia reina la incertidumbre. Martínez nos recibe y la preocupación se refleja en su rostro, pero esto no es mayor a lo que han pasado pobladores nicaragüenses al ver paralizados sus trámites, tras el abandono de los jueces orteguistas en sus puestos de trabajo esta semana.
Manuel Martínez fue nombrado en julio del 2003 Magistrado de la Sala Constitucional y miembro de la Sala Penal de la CSJ. En el 2005 asume la presidencia del Poder Judicial, cargo que vence el próximo 15 de junio de 2010 y en su trayectoria profesional asegura que “nunca en mi vida de abogado, de juez yo vi algo parecido. Esto es bochornoso, es insólito, esto es algo espantoso, dantesco, no tiene precedentes ni creo que tenga algo que lo supere”.
¿Cómo calificaría usted los acontecimientos ocurridos en esta semana donde miembros del CSJ se han visto involucrados en actos vandálicos?
Los acontecimientos que han ocurrido a partir del lunes 19 y en las calles de la capital ya desbordan lo que podría considerarse contenido dentro un Estado de Derecho, sino que más bien lo considero como una situación de facto.
La institucionalidad del país se ha resquebrajado, ha sido violentada y lo más triste es que por miembros de este Poder del Estado, siendo nosotros los llamados en dar la seguridad jurídica en la vida, en la libertad, en la propiedad del pueblo nicaragüense. Ex magistrados y funcionarios activos han participado en esos actos vandálicos, esto dice de la calidad que debemos de mantener no sólo como funcionarios sino como simples ciudadanos y profesionales del derecho.
Yo espero y deseo que la sensatez y la cordialidad vuelvan a reinar en la mente de las personas que por momentos se encuentran ofuscadas por la pérdida de posiciones, que pueden ser pérdidas momentáneas por el desacuerdo a nivel de Asamblea Nacional. Yo me siento con un mal sabor con lo que ha sucedido, me siento apenado, preocupado por lo que pueda ocurrir.
¿Qué cree usted que pueda ocurrir magistrado?
Yo siempre he sido cauto y reacio a pisar terrenos políticos, pero las circunstancias me han llevado a considerar que todo este caos provocado, estas situaciones dirigidas y las manipulaciones que se han hecho es hacia un golpe de Estado, es hacia la destrucción de las instituciones. Al Poder Judicial le dieron un golpe de Estado al imponer dos magistrados que no son debidamente electos conforme a la Constitución Política.
¿Como presidente de este poder usted no tiene la facultad de sacarlos como lo anunció hace unas semanas?
Yo como presidente por mandato legal de la ley orgánica, lo que me queda es suspenderles las firmas en lo que se refiere a la parte administrativa al vicepresidente que era el doctor (Rafael) Solís. En cuanto a la propiedad del Estado ellos están en la obligación y yo también en el deber de reclamarle los bienes como la oficina, el vehículo y la demás cosas que se le conceden a los magistrados y ceder ésos a quienes sean debidamente electos .
Yo quiero que usted quede bien clara que posiciones de fuerzas no hay en este Poder del Estado de parte nuestra.
Yo no lo voy a equiparar con ninguna persona que recurre a la vía de hecho y a la fuerza para hacer valer su posición o sus pretensiones , yo todo lo dejo a la ley, por que nosotros nos debemos a la Constitución y a las leyes.
¿Doctor qué significa para usted el decreto presidencial 03/2010 que tanta polémica ha causado?
Es un abuso de autoridad en primer lugar, y es una nulidad. El presidente de la República no tiene esa facultad para prologar períodos (a funcionarios) que sólo la Constitución Política lo señala a través de la Asamblea Nacional.
De manera que yo siento que tener que decirlo, no como magistrado liberal, sino como simple ciudadano, que hoy estoy aquí, mañana voy a estar en mi casa, me preocupa la observancia, el irrespeto a la Constitución y la limitación de la facultad de cada uno de los poderes, porque ése es el precio y el contrapeso, es el equilibrio de una democracia, el hecho de que el orden previsible sea respetado, porque si no respetamos eso, vivimos en un caos, en la selva, se vuelve el mundo civilizado en un mundo selvático y prima la ley del más fuerte y ¿quién es el que tiene la fuerza? Pues definitivamente el que tiene el Ejército y también a la Policía, entonces eso no es democracia, no es un estado organizado conforme lo desea la ciudadanía y eso es peligroso. Esto siembra desesperanza en la población y un pueblo desesperado en capaz de cualquier cosa.
¿Usted como presidente del Poder Judicial se ha planteado una salida ante este conflicto?
Hay dos salidas, una teórica y otra práctica. La primera es que todo mundo vuelva a la cordura, a la sensatez, por eso se ha vuelto teórica porque los hechos demuestran que no existe tal cordura o tal sensatez, y la práctica es que la Asamblea Nacional se ponga de acuerdo para que elija debidamente a todos los funcionarios a quienes se les ha vencido el período. Son los diputados los que tienen que elegir y entonces se volverían las aguas al cauce normal.
Pero ¿qué progreso observa usted tomando en cuenta que el doctor Solís lideraba manifestaciones ?
Con lo que vi en las calles, yo por mucha estima que le tengo al doctor Solís me parece que no es una conducta, una postura propia para la condición de ex magistrado y pretendiente a ser reelecto. El comportamiento que tuvo es penoso y si él viniera a verme, se lo diría en su cara que desapruebo esa conducta carente del más mínimo civismo, porque ya no se trata de personas letradas en Derecho sino de moral, de civismo. Yo creo que no debemos comportarnos así ninguno de los que somos magistrados.
¿Qué se puede esperar del presidente de la Corte Suprema de Justicia ante la crisis que se atraviesa? ¿Se siente orgulloso de estar al mando de este Poder del Estado?
Me siento apenado, preocupado. Profesionalmente el orgullo que se siente por tener una profesión como ésta se desvanece, no por fracasos propios sino por actitudes ajenas. En este caso la descomposición que existe dentro del personal que integra el Poder Judicial y la conducta que han tenido le quita el encanto que tiene un Poder del Estado tan importante como éste en el exterior, y para el mismo pueblo.
¿Qué imagen se ha proyectado, según usted doctor?
En el exterior yo creo que hemos quedado en vergüenza. Me afecta mi orgullo personal, porque estoy al frente de una institución que se ha vuelto demasiado politizada, anárquica y caótica. Esta institución se ha vuelto una turba, es penoso pero así es. Ayer (martes pasado) andaban los jueces en esa manifestación, paralizaron la administración de justicia y eso es un mal mensaje.
¿Usted se siente con las manos atadas para trabajar?
No, porque mientras no hayan derogado la Constitución, que no hayan suprimido todas las leyes y que no nos cierren las puertas aquí, pues se va hacer lo que se pueda, pero en realidad hay limitante en el elemento humano, porque no está cumpliendo con sus funciones. Los sindicatos se han politizado, ya no son sindicatos laborales sino que son sindicatos políticos que están al frente de esa marcha, de manera que en ese sentido si es un desacato a la autoridad. Cualquiera, no Manuel Martínez, sino cualquiera que presida este Poder del Estado debe tener poder sobre la institución, pero ellos no obedecen a la institución, no obedecen a las leyes, ni al Código del Trabajo, sino a consignas políticas, lo cual es triste pues.
¿Qué ejemplo se le está dando a los estudiantes de Derecho?
Creo que hay que cerrar por un tiempo las escuelas de Derecho, después de este ejemplo que hemos dado los abogados de las generaciones anteriores. No hemos dado un buen ejemplo. Creo que esta lección, el caos provocado, debe de ser borrada de la historia para que los futuros abogados no tengan ese antecedente. Es una lección triste, dolorosa y negativa para el futuro.
¿Hay precedentes ?
Nunca, en mi vida de abogado, de juez yo vi algo parecido. Esto es bochornoso, es insólito, esto es algo espantoso, dantesco, no tiene precedentes, ni creo que tenga algo que lo supere. Esto es insuperable en barbarie, éste es el único calificativo que tiene lo que han hecho los miembros de este Poder del Estado.
Los incidentes que protagonizaron el doctor Solís y Rivera, y por los actos del viernes anterior que no pudimos enterar es bochornoso; eso, traer ataúdes y calificar de matones al doctor Rivera me ha molestado. De la misma manera que yo critico a las personas que participaron en los actos vandálicos, yo me he preocupado por las declaraciones vertidas contra el doctor Rivera.
¿Hay conflicto a lo interno?
Pese a todo esto yo mantengo un trato cordial con mis colegas, con ninguno de ellos tengo dificultad, ni con las damas, ni con los caballeros, yo me mantengo con mi civismo y mi apego a la Ley y mis deberes que voy a cumplir hasta el día en que se venza mi período de presidente en junio, si es que nos dejan terminar.
Cuando el magistrado Solís le da un ultimátum de tres días para salir de la Corte, ¿usted cree que se basa en una orden ligada al partido de gobierno?
A posteriori te lo creo, pero a priori cuando me lo dijo lo tomé a broma. Te cuento, cuando me preguntaron (los medios de comunicación) que ¿por qué no los sacaba?, les dije que les íbamos a dar un tiempo prudencial ¿pero cuánto? insistieron, entonces dije podría ser una semana.
Luego a él (Rafael Solís) lo entrevistaron y dijo que ¡quien se iba a ir era yo! en tres días, vino a decirme aquí y yo lo tomé como una broma. Pero con lo que está ocurriendo creo que es una cuestión orquestada, porque primero fue contra el Poder Judicial y ahora contra la Asamblea Nacional, y va a continuar, esto es un preámbulo, de manera que esperemos cuál es el siguiente capítulo.
Pero si tienen instrucciones de no dejarnos entrar seguramente van a cerrarnos las puertas, pero absolutamente no tienen ninguna autoridad, más bien el que podría cerrarles las puertas sería yo, pero no lo haría por cortesía, no por temor, pero ahora estoy pensando seriamente que hay algo de eso. Además ya he recibido amenazas.
¿Puede ser una presión para que dimita de su cargo?
Yo no salgo de aquí (Corte Suprema de Justicia) hasta que se me venza mi período y si antes de tiempo el Señor me llama y me muero, pues me harán los honores aquí. No salimos de aquí, porque esto es muy serio.
¿Habrá otra crisis cuando se venza su período en junio y el de los demás magistrados?
Sí, porque no habría administración de justicia, y si tardan en elegir funcionarios seria más grave la crisis para en junio, sería grave para la administración del Poder Judicial porque no habría presidente. b
Ver en la versión impresa las paginas: 24 ,8 ,26 ,6