Con un hombre menos en la cancha, tras la expulsión de Thiago Motta, el Inter se clasificó a la final de la Champions League, pese al 1-0 frente al Barcelona que dejó un marcador global de 3-2 a favor del conjunto italiano. El equipo catalán no encontró la manera de perforar la muralla defensiva que formó el Inter, comandada por el guardametas Julio César. El único tanto que pudo marcar el Barcelona fue a través de Gerard Piqué al minuto 84, pero un solo tanto no fue suficiente para mantener con vida a los catalanes en esta competición, por lo que ahora el Inter podrá disputar la corona frente al Bayern de Munich en la gran final, que se efectuará el 22 de mayo.
LA PRENSA/AP/DAVID RAMOS