VENDER EL ALMA AL DIABLO
Hace poco un amigo me recordaba la vez que el comandante Edén Pastora puso un anuncio clasificado en un diario porque estaba en banca rota: “Tengo en venta un lote de joyas históricas (un reloj marca Rolex, dos anillos del mismo estilo con siete brillantes y un cordón de oro). Asimismo vendo copiadora Risso con todos sus complementos, ideal para montar una impresora. También vendo un león africano casero de siete meses de nacido. Si es cierto que el diablo existe, díganle que también le vendo el alma”. Eso fue en enero del 2001. La situación del Comandante Cero ha cambiado mucho desde entonces. Trabaja para el Gobierno, maneja fondos venezolanos por 1.2 millones de dólares para el dragado del río San Juan, previsto a costar cuatro millones de dólares. “Trabajo para Daniel Ortega”, aclara él, y así se le ve defendiendo con uñas y dientes a Ortega en cuanto programa de televisión lo invitan. ¿Encontró al diablo al fin el Comandante? ¿Vendió su alma, pues?
MEA CULPA
Conozco incluso arnoldistas acérrimos, que sí los hay, que dicen haberle recomendado al doctor Arnoldo Alemán reconocer la responsabilidad que tiene en el diseño de la Nicaragua que actualmente tenemos. Gracias a él Daniel Ortega pudo llegar a la Presidencia, y gracias a él las instituciones del Estado se convirtieron en instrumentos partidarios, controlados por el Frente Sandinista. Ya no digamos el documentado latrocinio que hubo contra el Estado durante su gobierno. Si no está dispuesto a reconocer esas responsabilidades, es casi seguro que esté dispuesto a repetirlas tan pronto se le presente la oportunidad para hacerlo. Ese es un gran riesgo.
OPORTUNIDAD
Sin embargo, la historia ha dado a Arnoldo Alemán la oportunidad de resarcir algo del mucho mal que le causó a Nicaragua. La insistencia de Alemán de ser él quien lidere a la oposición contra Daniel Ortega sólo beneficia (otra vez) al propio Daniel Ortega y su proyecto político. Alemán debe entender que, en estas circunstancias, su presencia divide en vez de unir. Que un amplio sector de la población lo responsabiliza de todo el desmadre que vive el país, y que si llega a ser candidato es posible que consiga bastantes votos entre sus seguidores, pero nunca los suficientes para derrotar a Ortega.
RENTABILIDAD
Lo anterior supone reconocer que Alemán es un colaborador inocente del orteguismo. Que lo hace sin darse cuenta. Y eso suena hasta ingenuo tratándose de un político con tantas mañas como Alemán. El peor escenario es que Alemán esté participando en el juego de oposición consciente de sus capacidades para contribuir, apartándose, o destruir, quedándose. Y que sean precisamente esas capacidades de dar vida o muerte a un bloque opositor las que esté buscando para rentabilizarse en una renegociación del pacto con Ortega, en el cual ya era un socio bastante venido a menos.
NI UNO NI OTRO
Ni Montealegre ni Alemán. La única forma de que prospere una coalición opositora es que estas dos personas depongan sus aspiraciones y apoyen a un candidato que no genere tanta división, ni tanta opinión negativa, aunque no tenga los simpatizantes que con seguridad tienen ellos. Mi pronóstico es que Eduardo Montealegre, que a ratos luce más sensato, en algún momento retará a Alemán a que juntos depongan sus aspiraciones y busquen un candidato de amplio consenso como única forma para detener a Ortega en su alucinante y destructivo proyecto.
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