En medio de enfrentamientos entre los grupos de pandillas que el partido de gobierno usa para acosar a la oposición y para llenar sus plazas, el presidente Daniel Ortega anunció anoche durante la celebración anticipada del Día de los Trabajadores que “gracias a la bondad de la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba)”, más de 100 mil empleados públicos que ganan menos de 5 mil 500 córdobas recibirán en lo que resta del año bonos mensuales de 529 córdobas que en diciembre se duplicará.
Además, Ortega mantendrá el subsidio al servicio de electricidad a 730 mil 73 familias que consumen menos de 150 kilowats al mes (que es una ley).
También mantendrá el subsidio al transporte colectivo de Managua.
También anunció que el subsidio se ampliará al transporte colectivo terrestre y acuático del resto del país.
En presencia de miles de empleados públicos, la mayoría vistiendo camisas con letreros de sus instituciones, Ortega hizo estos anuncios no sin antes agradecerles “la sabiduría que les dio Dios que los iluminó para que el Frente Sandinista viniese a gobernar en este país en beneficio de los pobres, en beneficio del pueblo, en beneficio de todos los nicaragüenses”.
Ortega resultó electo en noviembre del 2006 con el 38 por ciento de los votos válidos.
ORTEGA MULTIPLICA LOS PANES
Después de alabar la “gran alianza estratégica que se ha logrado establecer entre empresarios, trabajadores y el Gobierno”, Ortega dijo que muchos le habían aconsejado tomar la “plata de los bancos” para resolver las demandas de los trabajadores, pero esos recursos “no se pueden tocar” y entonces surgió el Alba para solventar la situación.
Comparándose con Jesús dijo que logró “multiplicar los panes” y detalló que los beneficiados con el bono “cristiano, socialista y solidario del Alba”, que no tendrá deducciones porque no es salario y tendrá mantenimiento de valor.
Los beneficiados serán 36 mil maestros de primara y 10 mil de secundaria (que habían recibido un ínfimo aumento salarial). También más de 23 mil trabajadores de la Salud con salario básico menor de 5 mil 500 córdobas. 12 mil policías. 10 mil miembros del Ejército. Y unos 9 mil 600 trabajadores del Estado que ganan menos de 5 mil 500 córdobas mensuales.
Eso significa que cada empleado recibirá un total de 4 mil 761 córdobas de mayo a diciembre y al ser cien mil empleados los beneficiados la cifra asciende a 476 millones 100 mil córdobas.
“En total estamos hablando de más de cien mil trabajadores…, es decir familias… Ciento veinte mil prácticamente… Los fondos ya los tenemos en reserva y con el acompañamiento de Dios vamos a seguir trabajando con la fe en Cristo que para el próximo año vamos a encontrar los recursos”, aseguró.
Además, anunció que unos 22 mil empresarios de buses, taxis, mototaxis y transporte acuático, que movilizan a unos dos millones de nicaragüenses en todo el país, recibirán un subsidio de 7.50 por galón de gasolina regular y de 8.45 córdobas por galón de diesel. Con lo que aseguró Nicaragua tendrá los precios más bajos de los combustibles en el istmo.
VIOLENCIA SIN CONTROL
A pesar de las buenas noticias que ofreció el mandatario a la clase trabajadora del Estado en su día, no logró atraer la atención de la gran mayoría de los asistentes. Especialmente de los jóvenes que en otras oportunidades son usados para tirar piedras y morteros a grupos opositores al Gobierno, y que anoche quizás por efecto del consumo de licor optaron por agredir a quien tenían más cerca. Mientras sus dirigentes, entre ellos Pedro Orozco, que lideraba la turba que agredió a los miembros de la Coordinadora Civil, el año pasado intentaba calmar los ánimos y observaba que la situación se le salía de las manos.
Como en otras oportunidades la Policía brilló por su ausencia. Fue hasta que el discurso de Ortega había concluido y la mayoría de gentes que se encontraba cerca de la tarima principal huía por temor a ser agredidos, que unos diez agentes aparecieron. Al intentar poner el orden una turba se les vino encima y al final todos salieron corriendo, más de uno con golpes en la cabeza propinados con los tubos utilizados para lanzar morteros.
Ortega tuvo tiempo para arremeter contra Estados Unidos y Europa, a quienes advirtió que “Dios los va a mandar derechito al infierno”, por haber “castigado al pueblo cortando la ayuda presupuestaria” y por querer imponernos nuevas formas de esclavitud y opresión a través de la economía y el comercio y “políticas racistas”, entre ellas la ley que se aprobó recientemente en Arizona y el acuerdo de Acuerdo de Asociación que la Unión Europea (UE) “quiere imponerle a la región”.
CST, LA GRAN AUSENTE
Aunque la Central Sandinista de Trabajadores (CST) anunció el jueves que era organizador del acto, su dirigente Roberto González, a quien al parecer se le asignó uno de los 18 espacios de la tarima central, porque figuró en la lista de los que presidían, no ocupó el lugar. Y en la plaza no había banderas ni mantas con las siglas de la CST. Fue el Frente Nacional de los Trabajadores (FNT) y su dirigente el diputado Gustavo Porras quienes acapararon los espacios.
Nueve de los dieciocho espacios fueron ocupados por dirigentes de esa organización que vestían camisetas rojas con las iniciales del FNT, Ortega se puso a tono y también usó una camiseta similar, pero sin el letrero. Otras invitadas de honor, fueron las hijas y nueras de la pareja presidencial que acompañadas de sus hijos ocuparon una segunda fila de sillas de la tarima central.
CAUSA EMBOTELLAMIENTO VEHICULAR
A causa de la concentración oficialista que promovió el Gobierno con motivo de la celebración del Día Internacional de los Trabajadores, los managuas se vieron afectados por el embotellamiento vehicular que se experimentó por diferentes vías de la ciudad a causa del cierre de vías que dispuso la Policía Nacional desde la noche del jueves en los alrededores de los semáforos del hotel Hilton Princess.
Después de las 2:00 p.m. de ayer, en las zonas aledañas a la actividad del partido de gobierno, sobre todo en las inmediaciones al Centro Comercial Managua y el mercado Roberto Huembes, la situación se volvió más desesperante para los pasajeros de autobuses de transporte colectivo y vehículos particulares ante la lenta circulación de los mismos.
Los claxon se empezaron a escuchar con más frecuencia, los conductores empezaron a buscar vías alternas para desviarse, debido a la desesperante espera frente al timón de los vehículos que conducían con los que esperaban avanzar.
Pese a que en Managua existen dos plazas con mayor capacidad, y que no afectaría el tránsito vehicular del resto de la población que no está interesada en participar en esas concentraciones, el gobierno de Ortega está empecinado en efectuar sus actividades proselitistas en ese sitio.
La Policía Nacional estableció también una serie de “regulaciones y prohibiciones”, entre ellas el cierre del tránsito en Carretera a Masaya, entre el paso a desnivel de la laguna de Tiscapa, al norte de los semáforos del hotel capitalino, y los semáforos del Lacmiel, al sur. Y donde, indicó el comunicado, “se restablece la circulación normal” hasta después de la medianoche de ayer, según estableció el comunicado oficial.
Además, desde la 1:00 p.m. de ayer viernes también se cerró el acceso para la circulación vehicular de la rotonda Cristo Rey hacia los semáforos de Enel Central, sobre el by pass o pista Juan Pablo II, una de las principales arterias que atraviesa la ciudad de noreste a suroeste.
También se prohibió “la transportación de productos inflamables y químicos a 1,000 metros de la Plaza de las Victorias”, o sea de la intersección de la Avenida Cardenal Obando y la Carretera a Masaya.
(Con la colaboración de Elízabeth Romero).
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