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El rendimiento del maíz ha bajado, con relación al comportamiento de años anteriores. LAPRENSA/ ARCHIVO

Siembra afectada por diversos factores

Por las precipitaciones históricas en la zona; en la comunidad Santa Martha, de la comarca Yasica Sur, municipio de San Ramón, el maíz es el rubro que la familia de Cortedano puede cultivar durante “la primera”, mientras que el frijol sólo se siembra en el tercer subciclo productivo —denominado apante— a finales de cada año, la mejor temporada para el frijol en el departamento de Matagalpa.

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CORRESPONSAL/MATAGALPA

De las cinco manzanas de tierra que poseen, Martha Cortedano Amaya, su esposo y sus dos hijos, tienen listas tres manzanas para cultivar maíz. La esperanza de la mujer es “que el invierno se componga” en la última decena de este mes, para iniciar la siembra en la llamada época de primera.

Por las precipitaciones históricas en la zona; en la comunidad Santa Martha, de la comarca Yasica Sur, municipio de San Ramón, el maíz es el rubro que la familia de Cortedano puede cultivar durante “la primera”, mientras que el frijol sólo se siembra en el tercer subciclo productivo —denominado apante— a finales de cada año, la mejor temporada para el frijol en el departamento de Matagalpa.

Mientras la familia de Cortedano espera cautelosa, otros productores en zonas húmedas, como Peñas Blancas, en El Tuma-La Dalia, ya sembraron pequeñas áreas y podrían cosechar maíz a partir de junio, refiere Justo Pastor Mairena, vicepresidente de la filial matagalpina de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG).

Sin embargo, Cortedano dice que además de esperar las lluvias, “en Yasica Sur nadie ha sembrado porque también hay una crisis económica y la gente no ha podido comprar semillas”.

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  • Para el caso del frijol, el Ministerio Agropecuario y Forestal (Magfor) proyecta la siembra de 41 mil 834 manzanas de ese rubro y estima una cosecha de 549 mil 704 quintales del grano en el departamento de Matagalpa.
Según estadísticas de este ministerio, el área de siembra de frijol durante la época de primera este año incrementaría en 5 mil 584 manzanas, respecto del año pasado y en 15 mil 544 manzanas con relación al área sembrada con ese rubro en la época de primera del año 2007.

Al menos los rendimientos del frijol han incrementado en la época de primera, pasando de 8 quintales por manzana, en el 2008, a casi 10 quintales por manzana, en el 2009, y este año las proyecciones del Magfor indican que será de 13 quintales por manzana. Sin embargo, los datos del Magfor no precisan sobre las variedades del frijol.

Justo Pastor Mairena, vicepresidente de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG) en Matagalpa, estima que a nivel departamental los rendimientos productivos del frijol rojo oscilan entre 8 y 15 quintales por manzana, mientras que para el frijol negro andan entre 20 y 25 quintales por manzana.

“Es probable que haya aumentado el área de siembra y disminuido los rendimientos de frijol rojo, pero sí hay una buena parte de esa área en la que los productores están sembrando el frijol negro para la exportación a Venezuela, porque tiene más estabilidad en el precio”, afirma.

En el departamento de Matagalpa, la mejor época para la producción de frijol es el subciclo productivo de apante. El año pasado el Magfor proyectó una producción superior a 1.5 millones de quintales de frijol de apante.

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MÁS ÁREA Y MENOS RENDIMIENTO

Martín Flores, delegado  departamental del Magfor.
LA PRENSA/L.E. MARTÍNEZ M.

Para el subcliclo de primera, el Ministerio Agropecuario y Forestal (Magfor) proyecta la siembra de 69 mil 413 manzanas de maíz, casi nueve mil manzanas más que las cultivadas en el 2007 en el departamento de Matagalpa. Además, pronostica la cosecha de un millón 750 mil 503 quintales del grano, casi 30 mil quintales menos que el año pasado y casi 440 mil quintales menos que los cosechados durante el mismo período del 2006.

Las cifras, suministradas por el delegado del Magfor en Matagalpa, Martín Flores, reflejan que el rendimiento productivo decrecería de los 33 quintales por manzana cosechados en el 2006, a los 25 quintales por manzana que esa entidad proyecta para la cosecha de este año.

Al menos Cortedano vive en una zona privilegiada porque, cuando aplica suficiente cantidad de fertilizantes, obtiene 50 quintales de maíz por manzana.

“Pero, a veces no ajusto para abonar o fertilizar y entonces el maíz no rinde nada”, dice Cortedano.

Por su parte Flores atribuye el decrecimiento en la productividad a afectaciones climáticas, en algunos casos, y en otros a que todavía persisten malas prácticas agrícolas como no usar semillas de calidad.

Martha Cortedano Amaya.
LA PRENSA/L.E. MARTÍNEZ M.

En tanto, Mairena apunta que “inciden las dos cosas: la calidad de la semilla y la fertilización”.

El delegado del Magfor sostiene que en coordinación con el Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA) ha hecho investigaciones relacionadas “con opciones tecnológicas, sean semillas o buenas prácticas, a fin de lograr una mayor productividad”.

DIFICULTADES PARA OBTENER SEMILLA

Sin embargo, Cruz Antonio López Hernández, quien vive en Yasica Norte, entre los municipios El Tuma-La Dalia y San Ramón, sostiene que “siempre hay problemas y las personas de pocos recursos, principalmente, tienen dificultades para conseguir semillas”.

Aunque reconoce que hay quienes son atendidos por programas del Magfor u organismos no gubernamentales, López dice que “no cubren todas las necesidades”.

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Para el subciclo de primera, el Magfor sólo dispone de semillas suficientes para la siembra de cuatro mil manzanas, ni siquiera el seis por ciento del área proyectada a cultivar con maíz en el departamento.

Según el vicepresidente de la UNAG, sólo el 20 por ciento de los productores recibe apoyo de los diferentes programas productivos, mientras que el 80 por ciento siembra con esfuerzos propios. López dice que algunos de ellos destinan una parte de sus cosechas para guardarlas como semillas.

Los productores también lamentan el poco acceso a financiamiento para adquirir las semillas e insumos para la siembra, además de los altos costos de los agroquímicos y fertilizantes.

A pesar de esos inconvenientes, Cortedano conserva esperanzas para hacer lo de siempre en la época de primera: sembrar y cosechar el maíz, entrojarlo y destinar una parte para el consumo de su familia, otra para hacer y vender nacatamales. Mientras que el grano que no pueda proteger con cal y “se pique” (se llene de gorgojos) lo usará para alimentar a las gallinas y cerdos que tiene.

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