CABLES COMBINADOS
Disparos y explosiones seguían resonando este sábado en Bangkok, donde los enfrentamientos con sesgos de guerrilla urbana entre manifestantes antigubernamentales y militares causaron un número impreciso de muertos.
Los enfrentamientos comenzaron al amanecer del sábado, cerca del límite norte del barrio controlado por los “Camisas Rojas”, zona donde hasta el momento no se habían registrado combates.
Según un residente extranjero, unos 300 militares había sido rodeados la noche del viernes por habitantes del barrio, pero por la mañana todo estaba tranquilo.
En un determinado momento “varios ‘Camisas Rojas’ avanzaron con una bandera tailandesa y al cabo de veinte metros, sin advertencia previa, los militares dispararon contra el grupo”, contó el testigo.
“La situación actual es casi de guerra civil”, dijo por su parte Jatuporn Prompan, uno de los líderes de los manifestantes.
- Estados Unidos advirtió este sábado a sus ciudadanos que eviten los viajes a Tailandia que no sean imprescindibles y ordenó la evacuación del personal no esencial de su embajada en Bangkok a causa de los disturbios en el país.
Estados Unidos cuenta con unos 700 empleados en el país asiático, Aquellos que decidan irse del país tomarán vuelos civiles.
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“No sé cómo va a terminar el conflicto”, dijo al referirse a los enfrentamientos que en los últimos tres días causaron la muerte de más de 20 personas y alrededor de 200 heridos.
También se produjeron enfrentamientos cerca de un gran mercado nocturno, donde ya se habían registrado choques el viernes.
Un hospital aledaño indicó que había recibido los cuerpos de tres víctimas.
Por la tarde, dos fotógrafos de la AFP vieron en lugares distintos tres hombres heridos de bala. Uno de ellos, un civil que iba en una moto, en el norte de la zona “roja” y dos manifestantes en la punta sur, donde los “Camisas Rojas” se enfrentaron a los soldados con cócteles molotov.
Los manifestantes acusaron el sábado a los francotiradores del Gobierno de disparar a la cabeza de algunas víctimas. El Ejército dice que no está disparando a matar.
Los “Camisas Rojas” piden la renuncia del primer ministro Abhisit Vejjajiva, acusado de ilegítimo y favorable a la elite, y elecciones anticipadas.
Los manifestantes argumentan que el gobierno de coalición de Abhisit llegó al poder a través de la manipulación de las cortes y con el respaldo del poderoso Ejército. También lo acusan de no prestar atención a los pobres.
Después del fracaso de 10 días de negociaciones, el Gobierno decidió asfixiarlos logísticamente, privándolos de agua, electricidad y alimentos.
El Ejército instaló retenes en todos los accesos al barrio “rojo”, donde los manifestantes instalaron barricadas.
Los ancianos y los niños se retiraron del barrio, pero los manifestantes decidieron quedarse.
Weng Tojirakarn, uno de los líderes “rojos”, exhortó a sus camaradas a que se desprendieran de los símbolos rojos para no ser blanco fácil de los francotiradores.
Tojirakarn destacó que no ha muerto ningún soldado, lo que prueba que los manifestantes no están armados. La violencia ha generado temores de que Tailandia, la “Tierra de las Sonrisas”, un destino turístico que promueve una cultura de relax, caiga en la inestabilidad.
ABHISIT DESAFIANTE
Abhisit defendió ayer las medidas enérgicas del Ejército sobre los manifestantes que han tomado el corazón de la capital, diciendo que el mismo futuro del país estaba en juego.
El primer ministro de Tailandia mostró un tono desafiante, al decir en televisión nacional que su gobierno no cederá ante los manifestantes.
“El Gobierno debe avanzar. No podemos replegarnos porque estamos haciendo cosas que beneficiarán a todo el país… Insisto que si queremos ver un final a las pérdidas de vidas, la única forma es que los manifestantes terminen su protesta”, dijo.
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