Con la ayuda de Atenea (diosa de la sabiduría), Perseo obtuvo las sandalias voladoras y la hoz con cuchilla de filo diamantino que pertenecían a Hermes (el dios mensajero), así como el yelmo o casco que hacía invisible a quien se lo pusiera en la cabeza y la bolsa o alforja indestructible, los cuales eran propiedad de Hades (el dios del mundo de los muertos).
Dotado con esos objetos mágicos y acompañado por Atenea, Perseo se dirigió hacia el remoto lugar donde vivían las Gorgonas. El héroe tenía que encontrar a Medusa, una de las Gorgonas, para matarla, cortarle la cabeza y llevársela al rey Polidecto, como prueba de su hazaña. Las Gorgonas residían en la región Hiperbórea, como llamaban los antiguos griegos al extremo norte del mundo, donde supuestamente vivían seres inmortales y Apolo, el dios del sol, llegaba en su carro de fuego cada 19 años, para rejuvenecerse una y otra vez.
(Según se dice en Wikipedia, algunos especialistas en esoterismo aseguran que “la Hiperbórea estaba fielmente relacionada con el Tercer Reich de Adolf Hitler, tomándola como posible origen de “la raza aria”. En el Tercer Reich las SS Ahnenerbe se encargaban de estudiar este tema y otros relacionados, como las ciudades subterráneas).
En realidad, la SS Ahnenerbe era la denominada “Sociedad para la Investigación y Enseñanza sobre la Herencia Ancestral Alemana”, que fue creada por el Partido Nacional Socialista de Alemania, el partido político de Adolfo Hitler, “para realizar y divulgar supuestas investigaciones científicas” en apoyo de la ideología nazi y en particular de sus teorías racistas relacionadas con el mito de la supremacía de la raza aria.
Al respecto es interesante observar que según las antiguas creencias griegas, la región Hiperbórea no sólo era habitada por seres superiores (supuestos antepasados de los arios germanos, según los nazis), sino también por monstruos como las Gorgonas. De manera que se puede decir que los verdaderos antepasados de los nazis habrían sido aquellos monstruosos seres mitológicos, pues los hitlerianos eran realmente una especie de monstruos sanguinarios.
Pero siguiendo con la historia de Perseo, cuando llegó por fin al sitio exacto donde vivían las Gorgonas, en la región Hiperbórea, Esteno y Euríale, las hermanas de Medusa, dormían profundamente. Perseo se aprovechó de esta circunstancia para atacar a Medusa, a la que desconcertó haciendo que ella mirara al escudo reluciente de Atenea, en el cual se reflejó su monstruosa imagen que la infernal criatura jamás había visto. Y ante la confusión que esto causó a Medusa, Perseo logró cortarle la cabeza con la afilada hoz que le había proporcionado Hermes.
En aquel momento, del cuello sangrante de Medusa nacieron dos criaturas extraordinarias: un hermoso caballo blanco alado y un imponente guerrero, armado con una espada de oro. Eran Pegaso y Crisaor, los hijos de Medusa, quien los había concebido cuando tuvo la relación sexual con Poseidón, el dios de los océanos, pero no los pudo alumbrar porque su embarazo se interrumpió al ser convertida en monstruo por Atenea, como castigo por haber profanado su templo.
El ruido de la pelea despertó a las Gorgonas Esteno y Euríale, quienes quisieron atrapar a Perseo para castigarlo por haber matado a Medusa. Sin embargo Perseo logró huir, volando, gracias a las sandalias aladas que le había facilitado Hermes por la expresa solicitud de Atenea.
Y así, llevando la cabeza de Medusa en la alforja indestructible de Hades, Perseo emprendió el vuelo de regreso a su lejano hogar. Pero antes de llegar el héroe habría de verse a envuelto en otras fantásticas aventuras
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