JERUSALÉN/CABLES COMBINADOS
El abordaje sangriento israelí de un barco de ayuda turco que se dirigía a Gaza está complicando los esfuerzos de paz en Medio Oriente, profundizando el aislamiento internacional de Israel y amenazando con destruir los vínculos del estado judío con su crucial aliado Turquía.
Y a pesar de que Israel esperaba defender su intenso bloqueo a Gaza con su ataque del lunes en alta mar, en lugar de ello parece estar acelerando la defunción del embargo, a juzgar por la condena internacional hasta el momento.
La operación de un grupo de comandos antes del amanecer del lunes, en la que murieron nueve activistas pro-palestinos, seguramente también fortalecerá a los gobernantes del grupo islámico Hamas en Gaza a expensas de los aliados estadounidenses en la región, entre ellos el principal adversario de Hamas, el presidente palestino Mahmud Abbas, así como Egipto y Jordania.
“El ataque contra una misión humanitaria… sólo distanciará más a la comunidad internacional y aislará a Israel, al tiempo que conferirá más legitimidad a Hamas en su aseveración de que representa la difícil condición del pueblo palestino”, dijo Scott Atran, un analista de la Universidad de Michigan.
El baño de sangre en el Mediterráneo dio otro golpe a los esfuerzos del gobierno del presidente estadounidense Barack Obama para reanudar las negociaciones de paz, y plantea nuevos cuestionamientos sobre uno de los pilares de la política de Estados Unidos: que Hamas puede ser dejado a un lado mientras Washington trata de orquestar un acuerdo de paz entre Abbas y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
El ataque puso a prueba las relaciones israelí-estadounidenses, las cuales aún no se han recuperado del todo de su peor disputa en décadas, provocada por los planes de construcción de Israel en el disputado Jerusalén oriental.
ISRAEL JUSTIFICA
Israel aseguró ayer ante el Consejo de Seguridad de la ONU que la llamada “Flotilla de la Libertad” buscaba romper el bloqueo marítimo contra Gaza y que sus activistas atacaron a los soldados, que respondieron en “defensa propia”.
“Los seis barcos de la flotilla intentaron romper el bloqueo marítimo de Israel a Gaza. Esa flotilla no iba sólo en misión humanitaria”, defendió el embajador adjunto de Israel ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Daniel Carmon, que participó en el Consejo de Seguridad del organismo convocado ayer a petición de Turquía, Líbano y la autoridad palestina.
Mientras, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo ayer en Ottawa, Canadá, que “lamentaba” la pérdida de vidas durante el ataque del ejército israelí contra una flotilla pro-palestina que llevaba ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, y que dejó al menos nueve muertos.
El ataque israelí provocó el lunes la reacción internacional de muchos países que la consideraron “desproporcionada” o “inaceptable” y convocaron a los embajadores del Estado hebreo.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo en Chile que Turquía “no se quedará en silencio y con los brazos cruzados ante este inhumano terrorismo de Estado”.
Erdogan declaró que este ataque prueba “el terror de un Estado inadecuado al derecho internacional” y muestra que Israel “no quiere la paz en la región”.
“Estas posturas amenazan la paz en la región”, recalcó el primer ministro de Turquía.
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