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Griffey pudo brillar más

El pelotero del swing dulce, sonrisa electrónica y talento incomparable se ha retirado del beisbol de la misma manera en que llevó su carrera: distante del alboroto y dejando a los medios el debate sobre lo que pudo alcanzar de haberse mantenido saludable.

El pelotero del swing dulce, sonrisa electrónica y talento incomparable se ha retirado del beisbol de la misma manera en que llevó su carrera: distante del alboroto y dejando a los medios el debate sobre lo que pudo alcanzar de haberse mantenido saludable.

[doap_box title=”Más detalles” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

  • Ken Griffey Jr. debutó en las Mayores con un doble en su primer turno. Y en el primer chance que tuvo en Seattle le botó la bola a Eric King de los Medias Blancas en 1989.
  • Juegos se perdió Griffey entre 2001 y 2004 debido a lesiones.
El 11 de septiembre de 1990, disparó jonrones sucesivos con su padre, quien se había unido a los Marineros ese año. Kirk McCaskill, de California, soportó los toletazos.

El 20 de junio del 2004 llegó a 500 jonrones ante Matt Norris de San Luis. Ese batazo fue el hit 2,143 de su carrera, justo el total logrado por su padre en su trayectoria.

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Ken Griffey Jr., lo más parecido al jugador perfecto y quien parecía destinado a romper el récord de más jonrones en la historia, dijo adiós al juego que ayudó a expandir, luego que las lesiones y el paso de los años terminaran por romperle su cuerpo.

Después de 22 temporadas, Griffey Jr. consiguió acumular 630 toletazos, que lo ubican de quinto en la lista de mayores jonroneros de la historia. Remolcó 1,836 carreras y se va con un promedio de .284, por 2,781 hits en 9,801 turnos.

Griffey impactó en el beisbol colegial y se convirtió en el prospecto más codiciado para el draft de 1987, justo en el que fue seleccionado como primera escogencia por Seattle, una región que luego ayudaría a situar en el mapa de las Grandes Ligas.

Se trató de un jugador con todas las herramientas, dueño de una habilidad sin par para hacer contacto con la pelota, veloz para desplazarse en los jardines y sobre las bases, y con un poder extraordinario que se refleja claramente en sus logros.

Pero Griffey fue más que brillantes números. Se trató también de un jugador al que no se le vinculó jamás con esteroides o mal comportamiento, y que despertó el entusiasmo en una zona de Estados Unidos que estaba a punto de mover su equipo.

Hasta antes de su llegada, Seattle era conocido por la frialdad de sus aficionados con un equipo sin habilidad para ganar, por la breve estadía de Gaylord Perry y el impacto de escasa duración que provocó Alvin Davis. Griffey reescribió la historia.

Fue seleccionado en 13 ocasiones al Juego de Estrellas y ganó el título de Jugador Más Valioso en 1997, al registrar una monstruosa temporada de 56 jonrones, 147 remolques y un promedio de .304, mientras capturaba 10 Guantes de Oro.

Deportes brillar Ken Griffey Jr. archivo

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