El tema de hoy va dirigido a los estudiantes universitarios que inician sus clases por primera vez en el subsistema de educación, antesala del mundo laboral. Pero no en esta ocasión de la atención o desatención de los padres y madres de familia a sus hijos e hijas, motivo de análisis en otras ocasiones, sino de la desorientación en casi todo, una vez que éstos ponen los “pies” en las aulas de clase.
Más allá de la fantasía de sentirse adultos, cuando ya los seres humanos han dejado la infancia y adolescencia por alcanzar su completo desarrollo físico, etapa de estabilidad relativa y de vigor físico, además se supone que posean capacidad plena para decidir y actuar sin ayuda de sus padres, asimismo realizar actos que antes tenían prohibidos por su minoría de edad, por ejemplo: conducir automóviles, ir a una discoteca o fumar.
Cuando no lo son por todo lo antes expuesto, a pesar de las instrucciones, cursos de inducción, análisis de los reglamentos académicos y cumplimiento de las normativas establecidas por la institución educativa, todo esto suele “resbalarle” y de aquí un alto nivel de desorientación.
POCA MADUREZ
A lo anterior se suma —en caso de incumplir con algo— la versión poco madura que pueda dar a su familia, padre, madre o tutores y que posteriormente éstos reclaman y no en busca de una oportunidad o flexibilidad, sino de buscar un mea culpa, donde no funcionó la información.
La falta de madurez, donde predomina la conducta de dependencia emocional o el egocentrismo, otras veces la impaciencia o intolerancia ante las dificultades y contrariedades, muestran inseguridad que conduce a la duda y a la indecisión, susceptibles, miedo a equivocarse.
Una de las formas de superarlas es cuando las personas tomadoras de decisiones no trascienden ante la solicitud y los “estremecen” con un: “No se puede, para usted ya pasó el tiempo de dicha solicitud o gestión”.
Otros rasgos de inmadurez para los que “pagan la novatada” por ser nuevos estudiantes, es la falta de estudio sistemático, permanente que posiblemente lo tenían en la enseñanza media, pero que lo “extraviaron” en la mitad del camino (de noviembre del año anterior a los primeros meses del nuevo año). Aquí se encuentran con factores como clases en diversos horarios, la posibilidad de transportarse ya solos, las nuevas relaciones interpersonales, incluyendo el “jalar”, se le consume el tiempo en estos vaivenes, que no necesariamente antes los tenían, pero que tampoco constituyen una justificación para no estudiar todos los días.
Es cierto que es una edad (16 ó 17 años) donde suelen equivocarse, y en muchas ocasiones justificables (usted papá o mamá, ¿no pasó por ello en alguna ocasión o se le olvidó?), sin embargo el papel de los padres, de los profesores, es la orientación y nuestros hijos lo necesitan.
ANTOLOGÍA HISTÓRICA
La Sociedad Nicaragüense de Jóvenes Escritores convoca a todos los amantes de la literatura que quieran formar parte de la Antología Mitos y Leyendas Chile-Nicaragua a que envíen un cuento o relato que tenga que ver con nuestro país. Las inscripciones estarán abiertas hasta el 1 de julio. El material seleccionado será recopilado por la Sociedad de Escritores de Chile y el Instituto Nicaragüense de Cultura (INC).
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