El gran dedo
La ola de destituciones de alcaldes que se ha desatado debería ser vista como campanada de alarma en un problema que va más allá de un cargo. Es una estocada al sistema democrático, que ya de por sí anda bastante mal por estos lados. ¿Acaso no estamos ante un proceso arrollador del voto popular? Desde hace rato se está machando (miren qué contradicción) “el poder ciudadano”, nos están diciendo que en Nicaragua el voto del ciudadano no vale, que se están instalando de hecho “otras” formas de elegir. Un gran dedo. Un gran elector. Que dice quién vive y quién muere.
¿A quién responden?
Las destituciones sólo reafirman la intención del Frente Sandinista de poder quitar y poner a quien le venga en gana y, con ello, profundizan el comportamiento partidario de los alcaldes, por sobre sus funciones edilicias. ¿A quién responderá un alcalde? ¿Al Frente Sandinista que lo puede poner a su gusto y antojo o a los ciudadanos de su municipio que, como ya vimos, han perdido el poder de quitar y poner con sus votos?
Cómplices
Y no hay que olvidar que todo esto que está pasando sucede con la complicidad de concejales de otros partidos, que deberían estar explicando las razones que tienen para apuñalar la democracia cuando se destituye a alguien que se supone llegó a ese cargo por el voto popular y no ha sido sometido a un proceso que demuestre la necesidad de su destitución.
Causales
No se trata de que los alcaldes sean inamovibles en sus cargos. Se trata de que existan reglas y se respeten. No se puede depender de las rabietas o caprichos de alguien. Según la Ley de Municipios, las causales para cambiar a un alcalde son, uno, la renuncia; dos, la muerte; tres, condena mediante una sentencia firme a pena de privación de libertad o de inhabilitación del cargo; y cuatro, abandono injustificado de sus funciones. Si vamos a seguir así, sería mejor agregar una quinta causal: “Cuando se le antoje a doña Rosario Murillo”.
Prioridades
Por eso suceden cosas como las que están ocurriendo ahora mismo en Managua. La alcaldía ha quedado con sus vergüenzas al aire al exhibir toda su incapacidad para construir la ampliación del cauce de El Dorado. Lleva meses funcionando un desvío que atrasa el tráfico, hace perder dinero y paciencia a todos los que por ahí pasamos. Pero no hemos salido de una cuando ya estamos metidos en otra. Ya levantaron vallas, y armaron todo el despelote en el sector del Princess, donde el Frente Sandinista está interesado en construir una plaza que funcione el próximo 19 de julio. Y casi estoy seguro de que la “obra partidaria”, que nadie entiende su necesidad, caminará con mayor eficiencia que la ampliación del cauce que significa la seguridad de cientos de pobladores del sector y miles de conductores que a diario pasan por esa zona. ¿Apostamos?
Círculo vicioso
Grandes titulares anuncian: “Quiebre de la Policía”, “Nuevo golpe al narcotráfico”. Grandes fotos en las que se ven los alijos de coca geométricamente organizados, los rostros compungidos de los malhechores esposados, las declaraciones efusivas de los comisionados. Cámaras. Show. El país le está dando duro al crimen organizado. Al poco tiempo, sin embargo, nuevos titulares vienen. “Juez libera a narco”, “Proponen indulto a sicarios”, “Inocentes a pesar de agarrarlos con las manos en la masa”. Y los mismos que vimos con los rostros compungidos y con la droga y las armas a sus pies salen ahora alegremente. El crimen organizado ríe otra vez.
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