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En busca de acuerdos climáticos ambiciosos

Por Juan Manuel Gómez Robledo

Los ciudadanos y las organizaciones de la sociedad civil del mundo han manifestado su enojo y frustración por el desenlace de la Conferencia de Copenhague —celebrada en diciembre de 2009— ya que no se mostró la voluntad política para lograr los compromisos ambiciosos que impedirán el crecimiento desmedido de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que ocasionan el cambio climático y que amenazan la preservación de los ecosistemas, indispensables para la vida humana.

México será sede de la 16ª Conferencia de las Partes de Cambio Climático, que se celebrará en Cancún del 29 de noviembre al 10 de diciembre de este año. Nuestro mandato es hacer todo lo que esté en nuestras manos para lograr acuerdos y acciones concretas con la participación equitativa de todos los países, con el fin de hacer frente al mayor reto que enfrenta la humanidad: el aumento desmedido de las temperaturas provocado por los sistemas de producción, consumo y desecho actuales.

¿Cómo vamos a trabajar hacia ese fin? Primero, hemos establecido mecanismos de consulta abiertos, equitativos, respetuosos y transparentes en los cuales participan todos los países sin importar su nivel de desarrollo, ubicación geográfica o ideología.

Segundo, estamos fomentando la participación activa de todos los sectores sociales, haciendo énfasis en la sociedad civil, especialmente los sectores más afectados por el cambio climático como son las mujeres y los pueblos originales del mundo, así como a los niños y jóvenes, herederos del planeta.

Tercero, buscamos fortalecer el sistema multilateral y el papel de las Naciones Unidas y de las instancias negociadoras del sistema climático internacional que emanan de ella, el Protocolo de Kioto y la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, para lograr acuerdos multilaterales ambiciosos.

Cuarto, subrayar los principios de la Convención y el Protocolo de Kioto. Las emisiones nacionales y globales deben alcanzar su punto máximo lo antes posible. Los países desarrollados tienen una responsabilidad histórica en los niveles de GEI en la atmósfera y por lo tanto deben reducir aún más sus emisiones. Se deben generar incentivos a favor de los países en desarrollo para que se desarrollen bajo esquemas de bajas emisiones de GEI, de conformidad con sus metas y a aquéllas establecidas por los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas.

Quinto, estamos fomentando la construcción de entendimientos entre los países en desarrollo y los países desarrollados para lograr avances concretos en materia de mitigación y adaptación al cambio climático, los cuales requerirán de la puesta en marcha de un mecanismo financiero estable lo antes posible, dando prioridad a los países más vulnerables, entre los que se encuentran varias naciones hermanas latinoamericanas. No debemos perder de vista que después de las islas del Caribe, México, Nicaragua y los demás países de Centroamérica nos encontramos entre los más vulnerables a los efectos del cambio climático.

Nuestra experiencia con fenómenos hidrometeorológicos extremos en los últimos quince años son las primeras señales de alerta a la necesidad de continuar actuando de manera conjunta con el fin de disminuir nuestra vulnerabilidad social y ambiental como lo hemos venido haciendo recientemente con el Proyecto Mesoamérica. En México estamos muy conscientes de que el cuidado de la naturaleza y las disminuciones de GEI están en nuestros mejores intereses. Por eso, nos hemos comprometido, de manera voluntaria, a reducir nuestras emisiones significativamente a partir del 2012.

México no puede solo. Necesitamos construir acuerdos ambiciosos concretos junto con 192 países. A pesar de que los últimos años de negociaciones climáticas han sido frustrantes, ningún otro tema ha acaparado la atención de la sociedad civil mundial y promovido la participación de tantos Jefes de Estado y de Gobierno. Los grandes avances a favor del bienestar de la humanidad se han logrado con décadas de esfuerzo: la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas. Continuemos, juntos, estos esfuerzos por un desarrollo sustentable en armonía con la naturaleza acordando acciones inmediatas en Cancún. Tenemos siete meses para lograrlo.

El autor es Subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.

Opinión cambio climático Copenhague archivo

COMENTARIOS

  1. Karen Bermúdez M
    Hace 14 años

    Es necesario que la temática ambiental sea prioridad es las agendas municipales y de acción local, para disminuir nuestra vulnerabilidad social y ambiental, como hemos visto y vivido en Managua con una pequeña llovizna y la ciudad esta inundada e intransitable. Es loable el interés de México por disminuir los GEI, en Nicaragua necesitamos involucrarnos y revisar con lupa esas concesiones a empresas contructoras, sino estaremos flotando con nuestras viviendas en el Lago de Managua.

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