Tratándose de Argentina, es natural que se espere más. El equipo suramericano ha llegado al Mundial como un candidato al título, pero se ha impuesto casi a pellizcos 1-0 a Nigeria en su debut en Sudáfrica.
Después de un inicio dinámico, que incluyó un gol de cabeza de Gabriel Heinze, tras un centro de Juan Sebastián Verón, Argentina pareció concentrar su mayor esfuerzo en preservar la victoria, mientras el tiempo transcurría y su mente probablemente estaba puesta en el próximo rival de su grupo.
Para quienes están atentos sólo al resultado, Argentina ha satisfecho sus expectativas. Ha ganado y al final de la historia, eso es lo que cuenta. Para quienes además del qué, les gusta el cómo lo hace, la tropa gaucha quedó en deuda. Le faltó ejercer más presión, definir mejor y más rapidez en sus transiciones.
Aun con el estupendo trabajo del arquero nigeriano Enyeama, quien fue un gato protegiendo el arco, Argentina debió hacer más. Tiene la mejor delantera del Mundial, con jugadores que llegan en su mejor momento como Messi, Milito, Tévez e Higaín, más Agüero que no jugó. El 1-0 se quedó corto.
¿Qué tal se vio Messi en su primera salida? Muy bien. Al genial jugador del Barsa sólo le faltó el gol, el que le fue negado en más de una ocasión por Enyeama y sus acrobiacias bajo los palos, aunque también por su falta de puntería en otras ocasiones. Pero fue el mejor jugador del partido, a pesar de Heinze.
Messi fue agresivo y desequilibrante. Un peligro permanente en torno al área. En más de una ocasión sacó de balance a la ofensiva de Nigeria y no se escondió ante el rol que le toca asumir en el equipo argentino. Su mejor desempeño está por venir. Ha iniciado bien aun sin gol.
Pareció entenderse muy bien con Tévez, con quien ensayó varias arremetidas que terminaron en manos del arquero. A diferencia de Tévez, que fue muy notorio en la ofensiva, Higuaín desperdició varias oportunidades que le ofrecieron sus compañeros en este primer encuentro.
Aun hay mucho camino por transitar. El de ayer fue apenas el primer encuentro, y en el debut los equipos suelen mostrarse engarrotados y afectados por la presión. Sin embargo, Argentina tiene que elevar su nivel. Los rivales serán más exigentes y las expectativas también.
La próxima de la tropa suramericana será Corea del Sur, que ayer dejó al descubierto la fragilidad de Grecia, que evidentemente ya no puede sobrevivir sólo con el recuerdo de su éxito en la Eurocopa del 2004. Así que una Argentina que se conformó con ganar y que pareció sobre administrarse, pensando en el futuro, ha comenzado al suave en el Mundial.
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