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José Luis Velásquez Pereira

Thomas More: La ética para todos los tiempos

Mil quinientos años de Cristianismo fueron necesarios para recivilizar Europa y reintroducir el imperio de la razón sepultada por la barbarie; sólo la fe sostenida por la Iglesia la salvaguardó para tiempos mejores. Cerca del año 1,500 Europa volvió a estar lista para su reencuentro con la razón: las escuelas catedrales se convertían en universidades donde renacía el saber con el redescubrimiento del pensamiento antiguo; desde Bizancio asediada por los turcos, llegaban los artistas que habían guardado el legado griego; la España Mora, donde el Islam, en su feliz período de helenización, entregaba el pensamiento de Aristóteles por medio de Avicena y Averroes. El comercio y las finanzas agilizados por los judíos y la burguesía revolucionaban la vida urbana y la producción.

Citando a Dickens: “Era el mejor de los tiempos y el peor de los tiempos”. La fe amenazaba con apagarse anquilosada en los dogmas y el servicio al poder temporal, muchas voces se alzaban exigiendo enderezar el camino del Señor. Poderosos caudillos avasallaban a los nuevos pueblos por la guerra; la peste cabalgaba sobre los campos repartiendo muerte. Los nuevos pueblos abandonaban el latín para usar sus propias lenguas. La Reforma Protestante interrumpió la unidad de la Iglesia y con la Contrarreforma provocaron las guerras religiosas; los Estados-Nacionales terminaron la unidad política del Sacro Imperio; y las lenguas vernáculas liquidaron al Latín como lingua franca. En este contexto fue puesto a prueba Thomas More.

En Europa tres príncipes despiadados se disputaban el poder: Carlos V. Sacro Emperador, Francisco I, Rey de Francia y Enrique VIII Rey de Inglaterra, en medio de sus ambiciones quedó atrapada la Iglesia, los Humanistas y el pueblo.

A More, católico ferviente al servicio de Enrique VIII, considerado modelo del príncipe del Renacimiento, correspondió enfrentar la más dura de las pruebas. El Rey acicateado por la competencia con sus rivales, corrompido por su concupiscencia y enloquecido por la sífilis, se transformó en un monstruo, arrastrando a Inglaterra a un período sombrío de su historia. El hombre que mereció el título de “Defensor de la Fe” se volvió en contra de todo lo que había defendido, desunió más a la cristiandad, introdujo un rabioso nacionalismo, rompió la universalidad europea, y sembró la raíz de grandes conflagraciones bélicas.

La obsesión por un heredero varón llevó a Enrique VIII a seis matrimonios fracasados y al asesinato de varias de sus esposas. Su fracaso en legitimar su sucesión le indujo a desatar una infame persecución contra el catolicismo que arrastró al cadalso a Thomas More, quien al rechazar la autoproclamación del Rey como cabeza de la Iglesia de Inglaterra fue acusado de alta traición, encarcelado, juzgado en base a falsos testimonios y finalmente decapitado.

Durante el juicio algunos de sus amigos quisieron inducirle a someterse al Rey, argumentando que en tiempos tan difíciles, era imposible apegarse a principios morales y que debería ser pragmático para sobrevivir y prosperar. More no se dejó arrastrar por el relativismo y las seducciones de su entorno, a las que otros habían ya claudicado; con entereza les respondió: “Los tiempos no son nunca tan malos como para impedir que un hombre bueno viva en ellos”. Con esta respuesta More nos dejó un imponente legado, que pagó con su propia vida y que Alfonso Aguiló ha definido claramente cuando afirma que la moral no está pensada sólo para los buenos tiempos, sino que, de hecho, cuando más falta hace es en los malos tiempos. Los malos tiempos no justifican las traiciones a la conciencia, las malas acciones ni la mala vida.

Columna del día Opinión

COMENTARIOS

  1. RAMÓN SALGADO VALLE
    Hace 14 años

    ¡Ah si el cardenal Obando y Bravo, con su discípulo, Eslaquit, supieran un poco de las ideas y conducta de Tomás Moro, seguramente, serían personas con un comportamiento mejor!

    Tomás Moro, debería ser mejor conocido, entre el clero católico, y la ciudadanía en general.

    Ramón Salgado Valle
    [email protected]

  2. Jorge
    Hace 14 años

    Hay concurso en los historiadores que lo que tenía el rey Enrique no era sífilis sino gonorrea. Muchos piensan además que era bisexual y se vovía loco cuando bebía mucho wiskey. Algo parecido a lo que le pasaba los artistas de afinales del 19 cuando tomaban ajenjo. Aprovecho para decir que hay que cambiar la foto del autor, que con el ceño tan fruncido da la impresión de que ha fumado de la verde, y todos sabemos que es muy correcto.

  3. alfredo
    Hace 14 años

    Hay que estudiar mejor la historia …. Tomas More fue’ un gran defensor de la Iglesia Catolica pero tambien un gran intolerante hacia los que no pensaban como el, al punto tal que justifico’ torturas y muerte contra los erejes !!!! Asi’ que tenerlo como patrono de las universidades es lo peor que se puede hacer. No era un espiritu que patrocinaba la libertad de pensamiento sino todo lo contrario!!! Estudien ortodoxos de la fe’ , creidos que solo ustedes tienen la verdad!!!

  4. Samuel
    Hace 14 años

    Muy bueno el articulo, especialmente para la Nicaragua de hoy. Espero lo hagan visible, pues los otros comentarios no se ven todavía.

  5. los perros no entienden de perlas
    Hace 14 años

    un delincuente como ortega y pandilla; no entienden de esto; ellos solo entienden el lengauje de las balas.

  6. La bola pica y se extiende
    Hace 14 años

    En cambio en Nicaragua 500 anos de cristianismo y 187 anos de pactismo nos llevaron a la cola de latinoamerica y sobre todo con sellos neomonarquicos dedasos clientelismo y pactos que ocultan niegan irrespetan satanizan el derecho del pueblo ha eleciones primarias partidarias de precandidatos y diputados.

  7. DE MORE A RICHELIEU A ORTEGA
    Hace 14 años

    No lo había pensado. Pero que les parecería El Cardenal Ortega? Después de tomarse todas las instituciones del Estado, sólo le quedaría tomarse la Iglesia. Si Richelieu pudo ser cardenal y meter las narices en el gobierno de Francia, porqué Ortega no podría ser cardenal y meter las narices en la Santa Sede? En medio del escándalo pederasta en que se encuentra actualmente la Santa Sede, no debería ser dificil chantajear a Benedicto XVI (Lenin puede tener ideas) y hacer un pactito con

  8. Silvio
    Hace 14 años

    Tomas Moro de ejemplo? Por favor. El capitalismo surgio a raiz de la etica protestante, y no de la etica catolica. Lean a Max Weber y luego hablamos.

  9. Xavier
    Hace 14 años

    ¿Mil quinientos años de Cristianismo para recivilizar Europa? Por favor, acaso se le olvidó la inquisición. Semejante salvajada de la inglesia Católica. Y todas las condenas y asesinatos a hombres de ciencia y de mente progresiva como Giordano Bruno. ¿Con qué cara se atreve a decir que el Cristianismo recivilizó Europa? Si más bien el Cristianismo y la religión en general han constituido el lastre más pesado que el progreso haya podido y seguirá teniendo.

  10. Juan Fajardo
    Hace 14 años

    Los pueblos tienen el gobierno que se merecen, asi como las mujeres tienen el marido que se merecen. Aguanten, porque todas las clases politicas, intelectuales y los burgueses, dijeron: que viva el rey! Ahora suporten la bota y no se quejen par de idiotas.

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