A orillas del muelle de Bluefields, en una mañana cubierta por un cielo gris, unos 15 barcos pesqueros carcomidos por el salitre permanecen anclados y abandonados. Igual que en las semanas anteriores, esta vez tampoco saldrán a faenar porque no hay combustible para llevarlos a alta mar y no hay quien compre los mariscos.
La última empresa que compraba a los pescadores los productos marinos cerró hace cinco años en Bluefields, dejando a miles de ellos en el desempleo, por lo que algunos han tenido que emigrar hacia Honduras y Costa Rica.
Otros con mayor suerte se embarcan en cruceros que navegan por el mar Caribe. Ahí trabajan como ayudantes cierto tiempo y luego regresan a sus comunidades.
El declive de la actividad pesquera se profundizó hace cinco años con la caída de los precios del camarón y el pescado en el mercado internacional, situación que llevó a la quiebra a cientos de pequeñas industrias pesqueras que operaban en la Costa Caribe Sur, donde ahora las embarcaciones permanecen paralizadas y algunas hasta se han hundido.
El presidente del Consejo Regional Autónomo del Atlántico Sur (CRAAS), Rayfield Hodg son, afirmó que otro factor que incidió en la caída de la actividad pesquera fue la sobreexplotación de algunos recursos marinos, situación que sumó puntos para que varias empresas emigraran hacia otras zonas.
“Prácticamente tenemos a nuestra población casi totalmente desempleada. La única fuente de trabajo que tenemos son las instituciones estatales y el restante ha tenido que buscar alternativas de trabajos propios”, afirmó Hodgson, quien apela ante la comunidad internacional para que apoye la reactivación de esta fuente de trabajo con unos tres millones de dólares.
Ante la necesidad de reactivar la pesca en Bluefields y el resto del Caribe Sur, el Consejo Regional prepara una solicitud ante los donantes por el orden de tres millones de dólares, para reabrir la última empresa pesquera que cerró hace menos de cinco años y que tiene entre sus activos unos 42 barcos paralizados y una planta procesadora.
El funcionario regional recordó que entre 1994 y 1998 la RAAS aportó a Nicaragua más de 20 millones de dólares anuales en exportación de productos pesqueros, y hoy “somos prácticamente carga para el Estado”.
Hodgson se reunió la semana pasada con el embajador de España en Nicaragua, Antonio Pérez-Hernández, a quien le pidió ayuda para reimpulsar la actividad económica más importante de la Costa Caribe nicaragüense.
Por cada barco, según Hodg son, se puede emplear a cinco pescadores, lo que significaría la apertura de unos 300 empleos en la primera fase de la reactivación de la empresa pesquera inactiva desde hace cinco años.
Adicionalmente se crearían otros 400 empleos directos e indirectos en la planta empacadora y procesadora instalada en Bluefields.
LA PROPUESTA DEL CONSEJO REGIONAL
La idea del Consejo Regional es inyectar a la empresa los tres millones de dólares y adquirir parte de las acciones de la industria, para administrar sus operaciones.
La propuesta ya fue aprobada en el seno del Consejo Regional, representado por todas las fuerzas políticas de esa zona.
- El segundo vicepresidente del Consejo Regional de la RAAS, en representación del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), Julio Manuel Pérez Guatemala, manifestó que sería imposible reorientar las transferencias estatales para empujar el proyecto de reactivación de la pesca, porque es insuficiente el dinero que envía el Estado a esta región.
Igualmente están buscando financiamiento con la Caja Rural (Caruna), pero hasta el momento no han obtenido respuesta.
Pérez dijo que el problema es que el Estado está priorizando con su presupuesto al Atlántico Norte, donde el Frente Sandinista (FSLN) controla el gobierno.
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Con la puesta en operación de los 42 barcos, la RAAS lograría una producción superior al millón de libras mensual, lo que representaría cerca de tres millones de dólares.
VAN CONTRA LOS BOSQUES
Aunque la Costa Caribe posee un alto potencial para la siembra de palma africana, las familias desempleadas optan por no trabajar en esa actividad económica porque el pago es insuficiente.
Cada día, un cortador de palma recibe un salario de 50 córdobas, mientras en la pesca puede llegar a obtener ingresos superiores a cien córdobas diario, comentó Hodgson.
“La gente prefiere vivir de la naturaleza, cortar los árboles y vender la madera, el ingreso es mejor todavía, aunque se está destruyendo el medio ambiente”, añadió.
Ni la actividad agrícola es vista como una alternativa de fuentes de trabajo en la RAAS, porque las condiciones de la zona no son óptimas para el cultivo de granos básicos, por ejemplo.
“No cultivamos nada. Estamos inactivos económicamente. Nuestra única alternativa es la pesca”, reiteró Hodgson.
ONU ANALIZA CRISIS EN LA RAAS
La gravedad económica que golpea a la RAAS está siendo analizada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que sigue de cerca las necesidades de la zona y trabaja con fondos de la cooperación internacional, principalmente con España.
Para eso trabajan con las comunidades de la RAAS en el programa denominado Pana Laka, que significa “amistad”, mediante el cual pretenden ayudar a las autoridades regionales a fortalecer sus capacidades de administración y gestión de estrategias de reducción de la pobreza.
Norman Howard, enlace del PNUD en la RAAS, manifestó que la “idea es que las autoridades tengan una visión clara de hacia dónde se quiere ir”.
Howard reconoció que para empujar el crecimiento económico de la Costa Caribe nicaragüense hay que reactivar la pesca.
No obstante, señaló que la RAAS debe trabajar para “buscar un modelo económico sostenible. La idea no es sólo buscar inversión, sino ver cómo esta inversión va a ser sostenible”.
En un intento por reducir los altos índices de desempleo que azotan a la RAAS, el PNUD, en conjunto con España, trabaja en programas para pequeñas y medianas empresas y fomento del turismo.
BARRERAS AL TURISMO
Aunque la RAAS es una zona rica en belleza natural, la que se mezcla con el calor humano de sus habitantes, empujar el turismo en ese sitio demanda mucho trabajo de capacitación de las personas que ofrecerían este servicio.
Las autoridades regionales de la Costa Caribe Sur reconocen las múltiples barreras que se deben superar en la zona, en materia de infraestructura y la promoción de una cultura de servicio de calidad al visitante.
El presidente del Consejo Regional Autónomo del Atlántico Sur, Rayfields Hodgson, señaló lo incipiente que es el turismo en la zona, al relatar que una vez fue a un restaurante de Bluefields, donde pidió un pollo a la plancha y le sirvieron un pollo frito.
“Cuando le cuestioné, por qué me habían dicho que había del tipo de pollo que pedía, el mesero dio la vuelta y me dijo que ese era el plato que había, y si lo quería que lo tomara, si no que me fuera”, contó Hodgson ante la pregunta del embajador de España, Antonio Pérez-Hernández, de que si el turismo podía ser una alternativa a corto plazo para reducir el alto índice de desempleo provocado por la caída de la actividad pesquera.
“Debe haber un cambio estructural”, comentó sobre ese mismo tema el representante del PNUD.
El embajador Pérez-Hernández animó al Consejo Regional de la RAAS a que presente un plan de reactivación de la industria pesquera en esa zona, ante la Comisión de la Unión Europea (UE), para lograr los tres millones de dólares que necesitan para volver a la producción pesquera.
El diplomático manifestó que España estaría dispuesta a respaldar la propuesta en el seno de la UE, si la presentan de manera clara, concreta y ajustada a la realidad de la RAAS.
Recordó que actualmente su país impulsa en la Costa Caribe nicaragüense 36 proyectos por el orden de los 30 millones de dólares.
El embajador manifestó que lo importante es que los costeños definan su prioridad en la estrategia de desarrollo económico, para que luego la comunidad de donantes internacionales se inserte en esa estrategia.
“La pesca parece una de las prioridades más claras de la región y nosotros por supuesto estaríamos dispuestos a trabajar en esa línea”, afirmó el diplomático español.
“Lo que se ha hecho hasta ahora con nuestra cooperación creo que ha tenido un impacto muy positivo”, añadió.
Pérez-Hernández viajó la semana pasada a Bluefields y Laguna de Perlas para inaugurar una serie de proyectos en materia de salud, acceso al agua y justicia, ejecutados por varias agencias de cooperación españolas.
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