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Las críticas a la policía nacional no son nuevas, pero su parcialización en la destitución del alcalde de Boaco, Hugo Barquero, indica que ya tomó partido. LA PRENSA/ARCHIVO/B. PICADO

Policía pone en riesgo la paz

Desde el retorno al poder del presidente Daniel Ortega, en enero del 2007, la actuación de la Policía Nacional ha sido muy criticada, pero analistas políticos consideran que su intervención en los acontecimientos de Boaco, donde el gobernante Frente Sandinista (FSLN) destituyó al alcalde Hugo Barquero y los agentes lo sacaron por la fuerza, demostró que la institución policial ha traicionado su rol para convertirse en una institución política armada, que puede poner en riesgo la paz de la nación.

Desde el retorno al poder del presidente Daniel Ortega, en enero del 2007, la actuación de la Policía Nacional ha sido muy criticada, pero analistas políticos consideran que su intervención en los acontecimientos de Boaco, donde el gobernante Frente Sandinista (FSLN) destituyó al alcalde Hugo Barquero y los agentes lo sacaron por la fuerza, demostró que la institución policial ha traicionado su rol para convertirse en una institución política armada, que puede poner en riesgo la paz de la nación.

[doap_box title=”El germen de la violencia política” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

  • El analista Julio López Campos señaló, en su programa radiofónico Causa y Efecto, que “si algunos sectores comienzan a ver a la Policía como sus enemigos virtuales o reales” se podría romper el acuerdo que trajo la paz al país.
En las condiciones actuales, si se crea la desconfianza, no serán los derechos particulares de unos los que se erosionarán, sino las condiciones de posibilidad de la paz, añadió.

Según López, si eso ocurre comenzarán las fisuras en el orden social, el desequilibrio, la inestabilidad, la desconfianza y el germen de la violencia política, que es la manera tradicional como los nicaragüenses resuelven en última instancia sus diferencias.

“Puede ese germen de la violencia tomar cualquiera de los viejos caminos por los que ha transitado y ha terminado tomando la historia política real de Nicaragua”, advirtió.

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Carlos Tünnermann, del Movimiento por Nicaragua (MpN), considera que las últimas actuaciones de la Policía no sólo dejan mucho que desear, sino que han generalizado la percepción de que la Policía está siendo manejada por una autoridad superior a la de la comisionada Aminta Granera, que lleva a la institución a “tomar partido” ante determinadas decisiones, lo que sería peligroso para los partidos de oposición durante el proceso electoral del 2011.

El jurista Sergio García Quintero opina que se podría esperar cualquier cosa, ya que las acciones de la Policía han llevado a esta institución del orden público a “traicionar” el rol que le corresponde dentro de la organización del gobierno.

Tünnermann y García señalan que otro error de la Policía es que justifica su actuación parcializada, aduciendo que es bajo estricto apego a la Constitución y las leyes, cuando en realidad hace todo lo contrario.

“Dejan mucho que desear porque han estado actuando como una institución política armada, al servicio de un Gobierno que violenta la Constitución… En realidad se han lanzado en defensa de los violadores de la Constitución. Eso los convierte a ellos en coactores o en cómplices, porque no están obligados a proteger a alguien que pretende convertirse en dictador o que ya es un dictador, porque ya tenemos una dictadura completa”, afirmó García Quintero.

OPOSICIÓN LO HA PERMITIDO

El jurista lamentó que no haya nadie ante quien recurrir, ya que han desaparecido las instituciones, la justicia y el orden jurídico.

También dijo que la “oposición democrática” tiene su cuota de culpabilidad, porque consciente o inconscientemente protege la apariencia de Estado que ha quedado.

“Hay una corresponsabilidad de parte de los líderes políticos de oposición, porque se dedican a sacar comunicados o pronunciamientos, a recoger firmas o marchar, en lugar de buscar soluciones reales a los problemas. Por eso es que Ortega se ríe de la oposición”, enfatiza García Quintero.

Tünnermann, aunque reconoce que existe el riesgo de que el presidente Ortega manipule a la Policía para favorecer a su partido, el Frente Sandinista, en detrimento del resto de partidos políticos, confía en que antes del proceso electoral del 2011 la jefa de la Policía, Aminta Granera, reaccione para evitar que la institución pierda la poca credibilidad que le queda y garantice las condiciones para que las elecciones se desarrollen con normalidad.

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