Después de cuatro años de sufrir agresión física y psicológica de parte de su ex cónyuge, Marisol Alvarado, denunció el caso ante la Comisaría de la Mujer, en Tipitapa, pero ante la retardación del proceso investigativo decidió denunciarlo públicamente.
“Yo no quiero ser una víctima más (…), este hombre me persigue a todas partes, él anda con machetes, con palos todo el tiempo”, sostuvo Alvarado, quien recurrió al Movimiento de Mujeres María Elena Cuadra para que la respalden en su demanda de justicia.
Alvarado relata que desde hace mucho tiempo ella insistía a su ex pareja, Julio César Rivas Cano, su interés por la separación, pues ya no lo quería y únicamente le tenía miedo. Pero “cualquier cosa que le decía a él, lo primero que hacía era armarse de algún objeto o de agarrame, golpearme y hacer tantas cosas que no van con un hombre”.
- Johana Arce, funcionaria del Movimiento de Mujeres María Elena Cuadra, reportó que entre enero a junio de este año recibieron 264 denuncias por diversas causas, de las cuales 110 casos fue por violencia intrafamiliar. De ese total 65 casos aún les dan seguimiento con las Comisarías de la Mujer de la Policía Nacional y otros 17 fueron remitidos a los Juzgados.
A su vez, 17 mujeres fueron asesinadas como resultado de la violencia, casos que fueron tipificados por la Policía como parricidios, homicidios y asesinatos, dos más que el período anterior. En ese mismo período la Red de Mujeres Contra la Violencia contabilizaba 37 mujeres asesinadas.
En total la Comisaría de la Mujer registró en ese período 14 mil 282 denuncias en general, un 14 por ciento más que en igual período del año pasado, cuando hubo 12 mil 491 denuncias.
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Alvarado sostiene que era víctima de maltrato debido a los celos enfermizos de su ex pareja. Y aunque intentó separarse de éste en varias ocasiones, no podía hacerlo porque él la amenazaba constantemente con hacerle daño a su familia.
“Estando en la casa, él se armaba de cuchillos y me decía ‘mirá quiénes andan allí’. Y eran los niños”, sostuvo la denunciante.
TORTUOSA RELACIÓN
Como parte de la tortuosa relación, sostiene Alvarado que su ex cónyuge llegó en una ocasión al extremo de amarrarla, “esa noche fue terrible”. El motivo fue una llamada telefónica desconocida que entró a su teléfono celular, por la cual el hombre pedía explicaciones.
Después de eso, Alvarado optó por no portar teléfono móvil, pues en dos ocasiones en momentos de cólera le dañó los equipos y porque, además, era una forma que utilizaba para su excesivo control. “Si miraba un número nuevo, llamaba y averiguaba”.
“Dejémonos le decía (…) o vamos a pasar consulta”, asegura que aconsejaba a su agresor, pero el hombre reaccionaba diciendo: “Y qué me van a decir, que te deje . Nadie me va a decir lo que debo de hacer, porque yo ya lo sé, yo no te voy a dejar fácilmente”.
POLICÍA PASIVA
Alvarado, maestra de educación primaria, asegura que es del conocimiento de vecinos y compañeros de trabajo de la situación que ha tenido que enfrentar con su ex pareja, a quien identificó como Julio César Rivas Cano.
La última vez que su ex pareja la agredió fue el 14 de mayo, cuando lo denunció ante la Policía. “Ese día me agarró del pelo y me arrastró, me agarró del cuello, me quiso estrangular”.
Sin embargo, asegura Alvarado que su agresor la soltó y le dijo: “No vale la pena matarte”. De los golpes en el rostro aún quedan algunas marcas. Los moretones en el resto del cuerpo fueron confirmados por el médico del Instituto de Medicina Legal, dice la mujer.
La angustiada mujer narró que ha tenido que vivir todo tipo de violencia con Julio César Rivas Cano.
“Una vez me amarró los pies, otra vez con un desarmador me golpeó las piernas, me golpeaba la cabeza, me arrastraba del pelo todo el tiempo”.
TEME POR SU VIDA
Alvarado indica que cuando ella le advertía que lo denunciaría ante la Policía Nacional, el hombre respondía con más golpes acompañados de ofensas.
Ante la pasividad con que las autoridades han recepcionado su denuncia, la mujer está temerosa de lo que su agresor pueda hacer, pues asegura que continúa acosándola y la persigue hacia donde ella va.
Aunque el caso fue remitido a la Fiscalía, en esa institución le informaron que no pueden acusar por falta de argumentos, por lo que devolvieron el caso a la Comisaría y “se ha hecho difícil que en la Comisaría pongan un alto” al agresor.
“Ya no aguanto (…) ya no salgo, estoy presa en mi propia casa y si salgo tengo que salir acompañada porque él todo el tiempo está detrás”, clama la mujer, quien demanda ayuda de parte de las autoridades correspondientes.
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