Eran las 7 y 20 minutos de la mañana y Carmen del Socorro Mercado estaba en la sala de espera del Aeropuerto Internacional Augusto César Sandino. Aguardaba con ansiedad la llegada de su hijo Tomás, de tan sólo 15 años. Carmen no se había comunicado con él desde su partida, y la angustia de la separación se apoderó de ella.
Siete días antes, Tomás Hernández Mercado había viajado a Puerto Rico para participar en las Olimpiadas Matemáticas de Centroamérica y el Caribe. Era uno de los tres seleccionados para representar a Nicaragua en la competencia, como parte del programa Jóvenes Talentos, que capacita a las mentes más brillantes del país en matemáticas.
Cuando Carmen lo vio venir, no pudo contener las lágrimas. Se acercó al vidrio y comenzó a agitar los brazos, desesperada por captar su atención. El niño la miró y le sonrió. Quince minutos después, Tomás salía por la puerta de vidrio y Carmen lo estrechaba contra su pecho llorando, mientras oía las palabras del delegado de la comisión: “Felicidades señora, tiene un hijo excepcional. Tomás ganó la medalla de bronce en las Olimpiadas”.
Aunque el programa Jóvenes Talentos tiene varios años de existir, nunca había logrado una hazaña como la de estas olimpiadas, realizadas en junio. Por primera vez Nicaragua quedó en sexto lugar en la tabla de puntajes. Los puntos son acumulados por los participantes de cada país, quienes se someten a seis exámenes que miden sus habilidades.
Según explica la coordinadora, María Auxiliadora Cortedano, “gracias al desempeño de Tomás Hernández, Orsini Flores y Emilio de Jesús Rocha, por primera vez Nicaragua es vista como un contrincante entre los 15 países que participaron”.
- Jóvenes Talentos es un programa de la Fundación Uno y la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), con la venia del Ministerio de Educación. El objetivo es seleccionar a jóvenes con excelentes habilidades para las matemáticas, a los que dan una preparación intensiva en álgebra, cálculo y trigonometría, entre otras áreas.
Carmen del Socorro Mercado asegura que este programa le ha dado oportunidades a su hijo. “Nosotros somos una familia pobre, no tenemos diknero para que Tomás reciba una educación como la del instituto. Es un milagro de Dios que exista un programa que ayude a que nuestros niños aprendan y se superen, y esta medalla es una prueba de que funciona”, dijo entre lágrimas.
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La madre de Tomás, quien enviudó cuando él era muy pequeño, lleva en el rostro las marcas de una vida difícil, de pobreza.
Tomás desconoce los lujos. Sólo tiene tres mudas de ropa y un par de zapatos. Su habitación es compartida por toda la familia. Cinco hamacas sobresalen en la pequeña casa, donde la cocina es de leña.
Para Tomás, el proyecto Jóvenes Talento ha sido un aliciente en medio de su vida precaria.
“Antes de entrar al programa, yo no tenía esperanzas de superación. Iba a la escuela para no decepcionar a mi mamá, pero las clases no me importaban. Mis notas eran bajas y nada me animaba a continuar”, recuerda el joven que hoy es un matemático de alto rendimiento.
Dice estar convencido de que Jóvenes Talento es la ventana para encontrar una nueva vida, la oportunidad para salir de la pobreza. “Yo me uní a este programa porque quiero ser un matemático de éxito y sé que con mi inteligencia puedo darle a mi familia una nueva vida”, afirma.
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Tomás tuvo un desempeño excepcional, mientras que Flores y Rocha lograron una mención especial por su rendimiento y sumaron 18 puntos cada uno, unidos a los 28 que obtuvo Tomás. El evento tuvo lugar en Mayagüez, a 230 kilómetros de San Juan, y contó con la participación de México, Colombia, Venezuela, Puerto Rico, Trinidad y Tobago, entre otros países.
TRES EXÁMENES POR DÍA
Tomás asegura que vivió momentos de mucha tensión durante el certamen. “Yo tenía miedo porque un compañero me dijo que no me sorprendiera si me sacaba cero en las olimpiadas, porque los ejercicios eran muy difíciles, pero me dije a mí mismo que iba a dar lo mejor de mí; y así fue”.
La delegación que acompañó a los jóvenes talentos estaba compuesta por un jefe, encargado de elaborar el examen junto con los jefes de los otros países; y una tutora, dedicada a velar por la seguridad de los jóvenes.
Tras el arribo de la delegación, el jefe se separó del grupo y se reunió con los jefes de los otros países participantes. Ellos se encargaron de elaborar el examen y en ningún momento volvieron a entrar en contacto con los estudiantes ni la tutora, hasta que el evento finalizó, para evitar cualquier tipo de fraude.
Mientras, los jóvenes disfrutaron de actividades recreativas, en la espera de que el examen estuviera listo. Ya en la competencia, les aplicaron tres exámenes por día, hasta completar un total de seis. Los especialistas revisaron los exámenes y publicaron la lista con los nombres de quienes pasaron del anonimato a la fama, por sus extraordinarias capacidades.
Para Emilio de Jesús Rocha, uno de los jóvenes talento de Nicaragua, el evento fue único. “Esta competencia fue inolvidable. Todo estuvo muy bien organizado. Nos atendieron muy bien y lo más importante fue que dejamos a Nicaragua en alto”.
VIENEN LAS IBEROAMERICANAS
Orsini Flores espera que Nicaragua obtenga más puntos en las próximas olimpiadas iberoamericanas. “Esta olimpiada fue increíble porque puso a prueba nuestras capacidades, y porque competimos contra otros jóvenes que tienen el mismo interés que nosotros por las matemáticas, pero también es un referente para prepararnos mejor y desempeñar un mejor papel en las siguientes olimpiadas”.
Pero la participación del país en las Olimpiadas Iberoamericanas todavía está en duda, porque los jóvenes matemáticos necesitan recursos económicos. Flor Aida Téllez, madre de Orsini Flores, comenta: “Con esta olimpiada quedó demostrado que los jóvenes tienen talento, así que esperamos que en la siguiente competencia el Ministerio de Educación juegue un rol más definitivo. Cuando le pedimos apoyo para pagar el visado de los niños y los pasajes nos cantó cero. Fue gracias a la Fundación Uno que pudieron viajar y poner en alto el nombre de Nicaragua. El Gobierno debería preocuparse más por proyectos como este y no gastar el dinero en cosas que no valen la pena”.
En la olimpiada matemática de Puerto Rico, además de la medalla de bronce, los nicaragüenses adquirieron experiencia en competencias internacionales. “Ahora tenemos un banco de datos y problemas. Nos hemos alimentado y enriquecido y hemos abierto nuevas brechas. Por primera vez en la historia Nicaragua ha causado un fuerte impacto en los otros países participantes, ya que estuvimos a sólo cuatro puntos de obtener la medalla de plata”, explica la coordinadora Cortedano.
PIDEN AL MINED QUE APOYE MÁS
Para Marcela Sevilla Sacasa, directora general de la Fundación Uno, esta olimpiada fue un reconocimiento al arduo trabajo realizado con los estudiantes. “Sentimos que nuestro esfuerzo ha dado frutos, ya que el dinero y el tiempo invertido no han sido en vano”.
El costo total del proyecto supera los 70 mil dólares, distribuidos entre el pago a profesores, material didáctico y libros, viáticos de alimentación y transporte, y pasajes de los jóvenes, porque la mayoría viaja de municipios del interior del país hasta Managua todos los fines de semana.
Por el éxito obtenido en la competencia en Puerto Rico, la Fundación pretende fortalecer el programa de entrenamiento en matemáticas y duplicar el número de jóvenes que participan en él.
Sin embargo, Sevilla Sacasa solicita un mayor compromiso del Ministerio de Educación (Mined). “Hacemos un llamado al ministerio para que le brinde mayor apoyo al proyecto. Así como Tomás (Hernández), existen otros jóvenes que merecen explotar sus habilidades al máximo, pero, para eso necesitamos más recursos humanos y económicos. Estamos seguros de que en las comarcas y en las áreas rurales hay jóvenes brillantes que ni se enteran que el proyecto existe. Necesitamos que el ministerio juegue un papel de divulgación, promoción y patrocinio”, explicó.
Mientras Tomás y sus compañeros disfrutan del éxito internacional obtenido tras meses de intensa preparación, sus promotores planean el entrenamiento para la próxima olimpiada matemática. El reto que se avecina es mayor, más exigente, con más países competidores, porque es iberoamericano. Su meta es que la hazaña de Puerto Rico sea sólo el inicio de una cadena de éxitos de los jóvenes matemáticos nicaragüenses.
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