Managua, Granada, La Concha y El Crucero unieron fuerzas este fin de semana.
La organización Un Techo para Mi País inició el pasado viernes 16 de julio una jornada de construcción de viviendas que finalizará este miércoles.
Con este trabajo de construcción simultáneo se beneficiará a 104 familias que viven en extrema pobreza, las cuales se suman a un total de 369 hogares nicaragüenses que ahora tienen un techo digno, gracias a este proyecto social.
Ésta es la séptima jornada de construcciones masivas que realiza el programa Un Techo Para Mi País. Este fin de semana un grupo de aproximadamente 300 jóvenes universitarios y estudiantes de secundaria se reunieron con serrucho y martillo en mano para construir estas viviendas de emergencia.
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Marialeonela Cerda, una de las jóvenes voluntarias, expresó que “es una gran experiencia compartir con las familias y vivir un poco la realidad que hostiga al país”.
DE CASA EN CASA
Desde el pasado viernes los voluntarios trabajaron en las zonas más afectadas de los municipios de Managua, Tipitapa, El Crucero, La Concha y Granada, en los barrios Milagro de Dios, Los Laureles Sur, Marvin Salazar, Santa Lucía, El Panamá y El Pantanal.
Los beneficiarios fueron escogidos por el Área de Detección y Asignación de la organización, quienes se encargan de descubrir los hogares afectados midiendo los criterios de vulnerabilidad, la situación socioeconómica de la familia y el estado físico de la vivienda que habitan.
Hasta ahora se ha construido viviendas de emergencia en los departamentos de Managua, Granada, Masaya, León, Chinandega, Jinotega y Matagalpa.
“Queremos llevar Techo Para mi País a otras zonas del norte de Nicaragua, incluso a la Costa Caribe”, manifestó Ana Álvarez Vijil, directora social de Un Techo Para Mi País en Nicaragua.
NOBLE CAUSA
Según Álvarez, los fondos para las construcciones son donados por empresas privadas, cooperación internacional y otras organizaciones no gubernamentales.
En esta ocasión quienes dieron su aporte a esta noble causa fueron la Fundación Almori, IHAM y AEI. En este caso las familias también aportan a la construcción, con el siete por ciento del valor de la vivienda, que equivale a 2,000 córdobas, además de colaborar con las cuadrillas en sus labores.
“Me siento feliz, gracias a Dios, primeramente a Él, por tener una casa propia”, expresó Rebeca Largaespada, una de las beneficiadas y madre de dos niños menores de edad y en espera del tercero.
Un Techo Para Mi País inició en Chile en 1997 y está presente en 14 países de Latinoamérica.
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