Musicalizando la vida

Laura Rodríguez Rojas

Estoy frente a la entrada del Teatro Nacional Rubén Darío, cuando de pronto veo a un hombre regordete y sonrojado, que se acerca a grandes zancadas hacia mí.

Viene vestido completamente de negro, y lleva una guitarra. Gruesas gotas de sudor se escurren por el rostro del cantautor nacional Ofilio Picón. Me saluda amablemente y comienza una entrevista que se remonta a muchos años atrás, cuando era apenas un niño y no sabía que la música se convertiría en la gran pasión de su vida. El ritmo de su voz es acelerado, como si el tiempo se le acabara para contar lo que guardan sus recuerdos.

Ofilio proviene de una familia de músicos. Su papá y sus tíos fabricaban instrumentos acústicos, por lo que creció escuchando música.

Durante los años de la dictadura somocista estudió medicina en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, y se integró al movimiento contra la dictadura. Posteriormente emigró a México, donde comenzó a descubrir su pasión por la música en los cafés y clubes.

En el séptimo semestre de la carrera de medicina descubrió su vocación para la composición, y en 1984 formó un grupo llamado Amarantus. En la Universidad de Puebla coincidió con muchos artistas y produjo un disco que ganó un concurso a nivel nacional, y que combinaba la poesía con la música.

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¿Qué tipo de música prefiere?
El rock progresivo.

¿Quién es su artista favorito?
Djavan

¿Como definiría su estilo?
Anárquico, espontáneo y disperso, porque me gustan todas las músicas.

¿Cómo se define a sí mismo?
Obsesivo con la calidad, muy disciplinado y con un gran sentido del humor.

¿Cuáles son sus cualidades?
Yo soy como las canciones que hago: cariñoso y tierno.

¿Cuál ha sido el mejor día de su vida?
Los días en que nacieron mis hijos.

¿Cómo encuentra el balance entre su trabajo y su familia?
En mi familia también fluye la vertiente artística, así que ellos me apoyan en todos mis proyectos.

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A partir de allí comenzaron las giras y los conciertos. “Esta experiencia fue definitiva para mi carrera, porque despertó mi interés por la poesía nicaragüense. Comencé a darle una mirada más profunda, y le di seguimiento a los suplementos literarios para musicalizar los poemas”.

EL RETORNO A SU TIERRA

Regresó a Nicaragua en 1986, pero poco después volvió a emigrar a México y luego a España. La experiencia en Madrid fue decisiva para su carrera, ya que allí conoció a Carlos Mejía, con el que fundó un cuarteto. En los años 90 regresó a Nicaragua para fundar el grupo Los de Palacagüina. Con este grupo grabó 4 discos: El Ave Canta Aunque la Rama Cruja , Azúcar y Pimienta , Nicaragua es un Chischil y Soy Nicaragüense Güegüense . Sin embargo, después de 15 años, este artista decidió separarse. “Me salí porque llegó un momento en que no tuve cabida dentro del grupo, porque sólo tocaban canciones de Carlos y yo quería tocar mis propias creaciones. Hubo muchas tensiones y crisis, hasta que decidí que lo mejor era seguir mi camino”.

Ofilio formó parte de la Nueva Nota o Café Concert y grabó el disco Ventana . El siguiente proyecto de Ofilio fue el disco Transiciones , el cual se grabó con un nuevo grupo. Éste adoptó el mismo nombre de la canción Ventana , e hizo varias giras al extranjero.

Posteriormente vino el disco Darío en la Memoria del Milenio , una secuela de Ventana . Éste fue uno de sus proyectos más difíciles. “Para mí fue un gran reto musicalizar los poemas de Darío, por eso tardé 5 años en sacar el disco. Incluso se hizo un vídeo del poema A Margarita Debayle ”, asegura.

En estos momentos Ofilio acaba de concluir un nuevo proyecto llamado Mujeres con Guitarras . Este disco recoge los poemas de 10 poetas nicaragüenses: Claribel Alegría, Daysi Zamora, Gioconda Belli, Rosario Murillo, Marta Blanca Castellón, Suat Marco, Isolda Hurtado, Marta Leonor González, Milagros Terán y Anailsy Gómez. El disco contiene 16 poemas musicalizados.

NUEVOS PROYECTOS

Para Ofilio la selección de los poemas no fue tarea fácil. “No fue sencillo escoger entre tantas obras de mujeres talentosas. Primero junté todos sus poemas y los leí varias veces. Después escogí los poemas que me impactaron teniendo cuidado de que abarcaran distintas generaciones y sucesos políticos, sociales, amorosos y religiosos. Quise que el disco fuera una muestra representativa de diferentes épocas” .El disco tuvo un tiraje de 1,000 copias.

Picón explica que el proyecto tiene un objetivo bien definido. “Yo quiero que la gente tenga acceso a los poemas a través de la música, que ésta sea el medio que los ponga en contacto con la literatura. Además, la historia nicaragüense siempre ha sido contada por hombres. Ya es hora que las mujeres den su versión de la historia, que tengan una voz para conocer sus opiniones, inquietudes, puntos de vista y sentimientos”.

Actualmente Ofilio está trabajando en un libro de entrevistas a grandes músicos nicaragüenses como Salvador Cardenal, Otto de la Rocha, Carlos Adán Berríos, Jorge Isaac Carballo, Mario Montenegro y Pablo Martínez Téllez. También, planea hacer un disco donde las letras y la música de las canciones sean ciento por ciento suyas.

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