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A la izquierda doña Rafaela López, quien lamenta la muerte de su hijo y pide se investigue por parte de la Policía. LA PRENSA/ S. CARRILLO

Dos marcados por la muerte

Javier Antonio Martínez López, de 35 años, fue encontrado muerto a orillas del río San Juan, cerca de la antigua empresa procesadora de madera Plywood de Nicaragua en Tipitapa. El hallazgo se produjo en horas de la tarde del jueves.

Javier Antonio Martínez López, de 35 años, fue encontrado muerto a orillas del río San Juan, cerca de la antigua empresa procesadora de madera Plywood de Nicaragua en Tipitapa. El hallazgo se produjo en horas de la tarde del jueves.

La madre del ahora occiso, Rafaela López, dio a conocer que su hijo salió desde el pasado lunes a la casa de un pastor que vive en El Timal, junto a seis hombres más que querían dejar el vicio del alcohol para dedicarse a trabajar en la parcela que el religioso tenía en ese lugar, sin imaginar que ya nunca regresaría a su casa.

Según el relato de la adolorida madre, a ella le dieron a conocer que su hijo se sintió desesperado y que la mañana del jueves decidió tomar su bolso y marcharse de regreso a Managua, pero de forma extraña desapareció hasta ser encontrado a orillas de las aguas con un golpe en la cara.

“Cuando mi hijo se fue de la casa tuve un leve presentimiento de que algo malo le podía pasar en las calles, porque nunca había vivido en otra casa”, dijo.

La Policía del Distrito Ocho presume que su muerte se trate de un ahogamiento por las condiciones en las que fue encontrado el cadáver, sin embargo, será el Instituto de Medicina Legal (IML) el que determinará las verdaderas causas de su muerte.

El cuerpo de Javier Martínez fue velado en su casa de habitación en el anexo al barrio La Primavera, donde había vivido durante toda su vida. El ahora fallecido dejó en la orfandad a una adolescente.

DE UN DISPARO

A las 8:00 de la noche del jueves José Agustín Narváez Paiz, de 25 años, perdió la vida al recibir un disparo en el cuello de manos de un desconocido. Los hechos ocurrieron de la rotonda Santo Domingo, 2 cuadras al Oeste, cuando éste se dirigía a comprar unos medicamentos a la farmacia cercana a su casa en el barrio Jorge Dimitrov.

Mientras tanto, fuentes extraoficiales manifestaron que el ahora occiso se dedicaba al robo, versión que fue negada por sus familiares, quienes alegaron que su comportamiento era intachable.

Tanto la Policía del Distrito Ocho como en la Estación Cuatro investigan ambos fallecimientos para buscar a los autores de las muertes o descartar mano criminal.

Ambos distritos son catalogados como peligrosos.

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