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Las correntadas provocadas por los últimos aguaceros han derrumbado paredones en El Rosario, Chinandega. LA PRENSA/S. MARTÍNEZ

Zona inhabitable

Debido a que las fuertes correntadas del río Acome han provocado derrumbes de tierra en la zona de Amolonca, barrio el Rosario, Chinandega, se declarará el lugar como inhabitable.

CORRESPONSAL/CHINANDEGA

Debido a que las fuertes correntadas del río Acome han provocado derrumbes de tierra en la zona de Amolonca, barrio el Rosario, Chinandega, se declarará el lugar como inhabitable.

Una comisión de la Defensa Civil, dirigida por el mayor Carlos Cáceres en compañía del alcalde sandinista Enrique Saravia Hidalgo, determinó que se debe reubicar a seis familias, integradas por 35 personas, que sobreviven a escasos metros del último derrumbe ocurrido el domingo pasado.

Doña Eudomilia Medal ocupa una de las seis humildes viviendas y le angustia que dos árboles, uno de mamón y otro de zapote, “están en el aire” producto del desplome.

“Tenemos que estar vigilando a los niños, porque si caen ahí se nos matan”, dijo la señora.

Elena Medal teme que una correntada fuerte como la del domingo pasado termine derrumbando las casas. Los derrumbes han ocurrido del plantel Amolonca, dos cuadras al Norte, media cuadra al Oeste.

“Como Alcaldía y Comupred tenemos la obligación de no tener víctimas en estas llovederas, esa orilla del río Acome será declarada zona no habitable y los líderes deben apoyar que ninguna persona se posesione del lugar que dejarán los que serán reubicados”, dijo Saravia.

Hasta ahora son tres víctimas las que han dejado las intensas lluvias, el último ahogado el pasado fin de semana fue Melvin Cadenas Ríos, de 27 años, originario del municipio de Santo Tomás del Nance, sector fronterizo norte de Chinandega.

Acerca de las calles vecinas aún de tierra y en mal estado, ubicadas a una cuadra de la zona de derrumbes, los vecinos dijeron que ahí es un barrio olvidado. El alcalde dijo que en meses anteriores concluyeron obras para las aguas negras y tienen previsto el alcantarillado y adoquinar 250 metros.

Doña Paula Cáceres, una de las vecinas, dijo que esperan que adoquinen pronto porque durante el invierno la calle se convierte en un lodazal.

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