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Richard Dreyfuss entre tiburones y pirañas

Richard Dreyfuss volvió a Hollywood, vuelve estrenando este mismo año nada menos que tres películas tan diferentes como el romance de ‘The Ligthkeepers’, la acción de ‘Red’ y los efectos tridimensionales de ‘Piranhas 3D’.

Fotos de LA PRENSA/New Films International


Richard Dreyfuss volvió a Hollywood, vuelve estrenando este mismo año nada menos que tres películas tan diferentes como el romance de ‘The Ligthkeepers’, la acción de ‘Red’ y los efectos tridimensionales de ‘Piranhas 3D’.

¿A este punto de su vida le gustan las entrevistas o le molesta contestar preguntas de un completo extraño?

– Me encanta, porque siempre opino sobre temas que no conozco para nada. Siento como un bendecido alivio cuando no opino sobre algo. Es como otra adicción que desaparece, pero es muy difícil que pase. Nombra cualquier tema al azar.

¿La fama y el éxito a veces trae cierta soledad que lo aleja de la gente en general?

– Puede llegar a pasar.

¿Alguna vez fue así, con usted?

– Sí, absolutamente. Por definición, el éxito te aísla del resto de la humanidad, te quita el derecho de privacidad, el derecho a caminar por la calle llorando por alguna pelea que tuviste con alguien. De hecho, cuando me di cuenta de todo eso, tomé la clara decisión de no hacer algo así y di un paso atrás.

¿A qué época se refiere?

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– Al principio de la década del 80.

¿Y cómo fue aquel paso atrás del que hablaba?

– Bueno, simplemente dejé de hacer los roles que me pedían en ese momento, como cuando rechacé ‘All That Jazz’, porque si aceptaba, tenía que entrar dentro de un grupo de gente que en Los Ángeles no se anima a salir de sus casas.

¿Sacó algo más en claro con tantos años en Hollywood?

– Nunca conté la cantidad de películas que hice, nunca. Deben ser sesenta y algo, pero sólo tuve dos malas experiencias. En los años 70 di una clase “Cómo ser un actor desempleado en Los Ángeles“, delante de 500 chicos y sólo pedía que fueran miembros del sindicato de actores. Les enseñé a engañar a los directores de casting, cómo lograr que un representante sea tu mejor amigo, cómo hacer para que se despierten en medio de la noche pensando “Tengo que conseguirle trabajo a Richard”. Y terminé entrevistando directores de casting, escritores, directores de TV y representantes, porque yo había sido el actor desempleado más feliz de Hollywood. Yo sabía que si conseguía dos trabajos al año, podía vivir bien. En los viejos tiempos, en 1963, como actor invitado en un programa de TV te pagaban 12,000 dólares. ¿Sabes cuánto pagan hoy en el mejor programa? $$4,800, sin tener en cuenta la inflación. Y eso se debe a los lunáticos del sindicato de actores y la avaricia de los poderosos.

¿Es cierto que no recuerda haber filmado la película ‘Whose Life Is It Anyway’?

– Me acuerdo muy bien que estaba drogado (Ríe). Quiero decir es que no puedo llevarme el crédito de la película ‘Whose Life Is It Anyway’, porque estaba bajo los efectos de las drogas. Y cualquiera que sea la interpretación que di tuvo que ver por estar drogado, todo el tiempo. Por eso no la agrego más entre las interpretaciones que evalúo de la misma forma.

¿Es verdad que en cierto momento decidió renunciar al cine?

– Sí. Volví, pero igual llegué a tener la fantasía de colocar un aviso de publicidad en la revista Variety que diga “Gracias por los 40 años. Adiós“, para no volver nunca más. Pero después, pasé por dos divorcios y pérdidas de la vida que no me permitieron renunciar. No tenía suficiente dinero. No podía decir ‘Adiós’ porque necesitaba cierto ingreso económico y esto es lo único que sé hacer. Y por eso nunca pude publicar aquel aviso de despedida, pero al menos dejé de ser un actor-céntrico. Dejé de buscar trabajo, ya no traté de producir cine ni ofrecí proyectos. Me fui. Ahora acepto trabajos sólo por dos razones: una es cuando soy un idiota si lo rechazo, como el rol de ‘The Lightkeepers’. Y la otra razón es el dinero. ‘Poseidon’, que fue una porquería, la acepté porque estaban dispuestos a pagarme el mismo salario que yo solía cobrar antes.

¿Quiere decir que hoy le cuesta encontrar ciertos roles que mantengan cierto desafío o alguna diversión?

– Hollywood es tan corrupto que cualquiera trataría de responder esa pregunta con una mentirosa respuesta honorable. La verdad es que para todo hay una razón. No soy la misma persona de antes, ya no soy la estrella de cine que solía ser, no me ofrecen tantos roles como antes y tampoco cobro lo mismo. Y por eso, acepto menos roles y un salario menor. Se terminó el romance. Por eso, el cine, hoy ocupa un segundo lugar en mi vida y mi carrera sigue una espiral en bajada, porque cuanto menos hago, menos me ofrecen. La liberación es que ya no me importa para nada lo que piensa la gente y no tengo que caerles bien a quienes me esforcé por caerles bien durante 35 años.

¿Al menos tiene un termómetro de las películas que le gusta? ¿Después de terminar un rodaje está feliz con el trabajo que tuvo?

– Cambia con cada trabajo. Por ejemplo, quería interpretar el rol de (el Vicepresidente) Dick Cheney, hasta que conocí a Oliver (Stone). Después, sólo me encargué de humillar a Oliver lo más que pude. Es sorprendente que por alguna razón yo haya terminado interpretando en cine tantos miembros del gabinete republicano. ¿De dónde habrá venido? No lo sé. Yo sólo pido una atmósfera creativa y tranquila, para trabajar con gente que aprecio. Lamentablemente, la mayoría de los directores no conocen la diferencia entre la palabra ‘director’ y la palabra ‘jefe’. Y aquellos directores que no entienden la diferencia se abusan demasiado.

¿Steven Spielberg es uno de esos ejemplos?

– Steven es un pájaro aparte, es el único de su generación que en cierto sentido, como director, hizo lo que yo hice como actor: buscar variedad en el trabajo, mientras otros directores de esa era (sin nombrarlo se refiere a George Lucas) sólo hicieron una gran película y después se repitieron una y otra vez. Yo no tengo ningún interés en hacer algo parecido y, aparentemente, tampoco Steven (Spielberg), aunque nunca hablamos del tema.

¿La nueva película ‘Piranha 3-D’ es al menos un tributo a la película ‘Tiburón’?

La verdad es que al principio yo la había rechazado, para no burlarme de la película ‘Tiburón’ y mi propia carrera. Pero después me llamó por teléfono Bob Weinstein para decirme “Podemos pagarte más” y como me firmó un cheque lo suficientemente grande como la iniciativa que necesitaba, dije “Ok, voy a hacer la película”.

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