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Operación sonrisa ayuda a niños de paladar hendido

¿Qué les impide sonreír a centenares?

Melany Priscila Orozco permaneció dormida en el quirófano y no logró ver a los médicos que le regalaron una nueva apariencia a su rostro. A sus cinco meses, la pequeña ignora el nerviosismo que se apoderó de su madre durante los más de 40 minutos que estuvo en manos de los cirujanos, que le dieron la oportunidad de sonreír por primera vez.

Melany Priscila Orozco permaneció dormida en el quirófano y no logró ver a los médicos que le regalaron una nueva apariencia a su rostro. A sus cinco meses, la pequeña ignora el nerviosismo que se apoderó de su madre durante los más de 40 minutos que estuvo en manos de los cirujanos, que le dieron la oportunidad de sonreír por primera vez.

Melany nació con fisura labial, una malformación en el rostro, cuyo origen aún no tiene explicación médica; aunque se cree que puede estar ligada a muchos factores como la nutrición de la madre durante el embarazo, el tipo de agua que se consume o la exposición a algún tipo de insecticidas.

A la pequeña paciente, junto con otros cincuenta y nueve niños, se le está rectificando la malformación en la cuarta jornada que Operación Sonrisa está realizando en el Hospital Fernando Vélez Paiz, de Managua.

[doap_box title=”Seguimiento es importante” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

  • La mayoría de los 60 pacientes seleccionados para la cuarta jornada de Operación Sonrisa, son de los diferentes departamentos de Nicaragua., según explicó Fabiola Villarreal, coordinadora de programas de Operación Sonrisa, hay pacientes de Quilalí, Boaco, Ciudad Sandino y del Caribe, mencionó.
Dependiendo de la complejidad de la malformación, el paciente puede requerir varias cirugías, por eso el doctor Rodrigo Cabrera, director médico de Operación Sonrisa, recalca la importancia del seguimiento del paciente.

“Hay que ver que no se haya abierto, que los puntos no se hayan soltado, que no se haya infectado o si quedó algún defecto técnico, que el labio quedó de ladito, pues se rectifica, es más estético”, señaló.

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Según explicó el doctor Rodrigo Cabrera, director médico de Operación Sonrisa, este tipo de malformaciones no es prevenible, pues no existe ningún factor que pueda determinarse como causa; aunque aseguró que si un padre padeció de fisura labial o palatina, sus hijos tienen de 8 a 12 por ciento de posibilidades de padecer la misma malformación.

“Hay varias cosas que juegan un rol, en primer lugar es la desnutrición o el tipo de alimentos que la madre ingiere durante el embarazo, si fueron expuestos a fertilizantes o algún tipo de abono, el tipo de tierra, si están cerca de volcanes y el tipo de agua también juegan un rol en este proceso”, señaló Cabrera.

500 NIÑOS AL AÑO

Era casi mediodía del martes y el doctor Cabrera ajustaba las puntadas que cerraban el labio del quinto paciente de la mañana. Para el resto del día el reto era operar a 15 pacientes más.

Fuera del quirófano, Cabrera explicó que no existe un número exacto de niños que nacen con este problema, debido a que muchos de los nacimientos no son atendidos en centros de salud, sino con parteras.

Sin embargo en el país calcula que nacen entre 400 y 500 niños con labio leporino o palatina al año. Las estimaciones a nivel latinoamericano son que por cada 300 ó 400 niños nacidos vivos, al menos uno padece este tipo de malformación.

Y éstas van desde fisuras sencillas solamente en el labio, fisura bilateral en el labio y en el peor de los casos puede haber fisura tanto en el labio como en el paladar. Sin embargo, las fisuras también pueden presentarse de manera independiente.

Éste es el caso de Isaac David López, un niño de 14 meses que fue intervenido con paladar primario; es decir era la primera vez que se realizaba una operación, él no necesitó cirugía para cerrar el labio.

EL INICIO DEL TRATAMIENTO

En el caso de la fisura de paladar, el tratamiento comienza desde el primer día de nacido, cuando un odontopediatra le coloca una placa metálica en el paladar para evitar que la fisura se ensanche y el bebé pueda alimentarse satisfactoriamente y gane suficiente peso para el momento de la cirugía.

La operación de labio se puede hacer a partir de los seis meses, cuando el paciente tiene un peso indicado, una estructura de tejidos apropiada y no sufre ninguna enfermedad, según los especialistas.

El paladar se puede operar a partir del año de vida. Si el paciente es mayor de un año, se puede operar tanto el labio como el paladar al mismo tiempo; esto prolongaría el tiempo de la cirugía, pero no tendría que esperar más para que su familia pueda disfrutar de su primera sonrisa.

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