JOSUÉ BRAVO Y DIARIO EXTRA/ COSTA RICA
La muerte de la menor de 12 años, K.N.R.B., de nacionalidad nicaragüense, invadió de dolor a la comunidad de La Paz en Río Celeste de Guatuso.
La menor fue sepultada ayer en Upala, cerca de la frontera con Nicaragua, en medio de cánticos religiosos
Los vecinos no logran asimilar que el principal sospechoso de matarla sea un nica de apellidos Boniche Altamirano, allegado a la familia y a la comunidad.
El detenido vivía a 75 metros de la casa de la menor, punto clave que le sirvió para vigilar cada paso de la infante.
Al parecer la tarde del domingo, Boniche esperó que la niña saliera de su casa con el fin de perseguirla. Luego se escondió en medio de un charral en espera de que la niña regresara a su hogar, y a unos metros de su vivienda la llamó y la metió en un rancho donde se presume la violó y luego la golpeó hasta matarla, según lo informó el padrastro de la fallecida, Hipólito Cardenal.
“Yo tengo esta bodega para guardar mis materiales y estaba muy ordenada, lo raro es que al día siguiente de que mi chiquita desapareciera, me vine a fijar por toda la parcela y encontré todo desordenado; aunque suene cruel, presiento que mi sobrino le hizo daño a la niña”, aseveró Cardenal.
Royner Muñoz, quien conoció a Boniche, afirmó que el hombre nunca mostró señales de ser un violador y mucho menos un homicida.
“Él ha trabajado en varias ocasiones con mi familia y por su forma de actuar y desenvolverse, es para mí increíble que sea el único responsable de esta dolorosa noticia”, detalló Muñoz.
Sin embargo, otra conocida de la comunidad, quien no quiso ser identificada, afirmó que el nicaragüense siempre se le quedaba viendo a Romero con ojos de deseo.
María José Bravo, madre de la niña, aún no acepta que su hija esté muerta. Su esposo trata de ayudarla y le dice que ella está en el cielo.
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